lunes, 30 de marzo de 2009

¿Cómo hacer un blog en Cuba?

Por: Yoel Rivero Marín.
En la era moderna, donde se le rinde culto a la INTERNET, es casi una ofensa estar sin conexión, en los países del primer mundo tener una publicación digital es prácticamente como llevar un diario escolar. Según Internet World Stats el número estimado de usuarios de internet en el mundo es de 1.407.724.920. El sondeo se efectuó en Marzo de 2008. Tomando en cuenta la población mundial total (6.676.120.288) significa que poco más de un 20% de las personas pueden acceder a internet. Pero para el 80 % de la población mundial es realmente un privilegio contar en primer lugar con un ordenador personal y una utopía tener a 10 kilómetros de distancia la posibilidad de conectividad. Lamentablemente Cuba cae precisamente dentro de ese 80 % y mientras más nos alejamos de la capital nacional o de las capitales de provincia la realidad se convierte en un golpe demoledor que te quita todo empeño de acercarte al mundo. Decir lo que pensamos y que otros lo conozcan ya se hace una necesidad, pues a diario son millones los que buscan sus intereses con Google o solo ven los videos que son puestos en You tube. ¿Cómo hacer entonces un blog en Cuba?... o más crítico aún, ¿Cómo hacer un blog en un municipio del centro de Cuba? Sabemos que lo que podamos escribir los que contamos con este servicio no será leído por el resto de los sagüeros, en mi caso recidente en la localidad de Sagua la Grande, pero sí por el resto del mundo y eso es en estos momentos lo más importante, pues la realidad que navega en la red no debe ser solo la que pongan los que tienen el dinero para hacerlo, debe ser una realidad lo más abarcadora posible. Todos los que contamos con el acceso a la red tenemos que dedicar muchas horas fuera de nuestras propias obligaciones cotidianas para darle vida a estas bitácoras personales, las que surgieron precisamente cómo algo personal, donde cada quien en el mundo plasmaba lo que sentía y vivía de una forma muy espontánea y sin muchos requisitos. Los cubanos le hemos hecho algunas variaciones a su función y esta posibilidad se ha convertido en una forma de decir y abrirnos al mundo. Podemos contar con sitios que prácticamente no tienen nada que envidiar a una publicación oficial en cualquier rincón del planeta, por la seriedad, la profundidad y la variedad de sus contenidos. Hacer un blog en Cuba no crean que resulta nada sencillo. Hoy por ejemplo yo terminé mi jornada laboral, cumplí con todas mis obligaciones hogareñas y tengo a mi pequeña hija de solo 7 años prácticamente cursando una maestría en paint para que me permita escribir estas líneas y llevarlas a la red. Los que sostenemos estos sitios personales no siempre tenemos el tiempo, no siempre tenemos conexión, no siempre tenemos la idea en el momento que tenemos la PC, no siempre somos capaces de saltar por encima de nuestras abrumadoras cotidianeidades para escribir en la red y aún así lo hacemos, por fuerza mayor como dijeran unos, yo digo que es por ahínco, por esa necesidad de decir, por la necesidad de ser escuchados.
Nadie sabe lo que experimenta alguien que se encuentra en el centro de Cuba y de su tierra, de Sagua la Grande, dice lo que siente, lo que vive, lo que aprende. De ella han escrito muchos en la red, sin la más mínima responsabilidad, con un individualismo de ideas y conceptos que hacen bullir el desarraigo que los mata. Tal vez tienen la INTERNET en el cuarto de sus casas, pero no tienen sus casas en la tierra desde donde escribimos los que somos capaces de hacer un blog en Cuba y particularmente en Sagua la Grande, esa que está viva y sigue su curso, esa que no se ha detenido, esa que con aciertos y desaciertos camina, anda bien, mal, regular, pero anda. Escribir en la red es, aún cuando implica sacrificios, uno de los goces más plenos que pudiera experimentar, aún cuando tenga que sortear obstáculos de todo tipo, incomprensiones de toda clase y hasta la familia, que nunca ha navegado en la red, que no comprende por qué le dedico tanto tiempo sin el más mínimo beneficio material.
Hacer un blog en Cuba no es fácil, tal vez no lo puede hacer cualquiera, tal vez traiga más problemas que soluciones, tal vez muchos piensen que no tenemos la libertad de decir lo que pensamos y cuándo lo pensamos, pero aún así los hacemos y decimos lo que queremos decir, somos nuestros propios escritores, editores y censores y para quien lo dude el debate está abierto, pregunte lo que quiera sobre cómo hacer un blog en Cuba, aquí podemos aclarar cualquier tipo de interrogante.

Maestro Enrique Sánchez 20 años en la Banda municipal.

Lic. José Luís Pérez Machado.
Un personaje del escenario musical saguero muy vinculado a la música de concierto, sobre todo a las Bandas de Conciertos, es el Maestro Enrique Sánchez, los sagüeros y los amantes de la buena música no lo debemos olvidar.
El 11 de mayo de 1901 nació en esta villa Enrique Sánchez Delgado su talento le permitió dedicarse fundamentalmente a la música de concierto pues Enrique tenía aptitudes para la composición, la orquestación y por su puesto para la dirección, formó parte de algunas orquestas como la de los Hermanos Cuellar pero su mayor tiempo lo dedicó a dirigir la Banda Municipal durante un extenso período que medió desde 1945 hasta mediados de la década de los años 1960, continuador de la tradición de nuestro pueblo en este tipo de agrupación donde se funde lo culto y lo popular, cuentan algunos de los músicos que trabajaron bajo su batuta que el Maestro Enrique era muy disciplinado en los ensayos y que nunca suspendió una de sus retretas. La banda Municipal dirigida por él se presentó en diversos escenarios sagueros pero el Maestro prefería el parque.
Uno de sus méritos más importantes fue organizar con músicos sagueros una orquesta sinfónica con 80 miembros, esta formación ocasional se presentó en el Teatro Alkázar el domingo 24 de Abril de 1955, en el proyecto participó decisivamente La Unión Sindical de Músicos de Sagua quien reclutó a los músicos y promovió el histórico concierto.
Enrique Sánchez muere en el año 1970 pero Músicos y Maestros como él son los que han mantenido las ricas tradiciones musicales de nuestro pueblo para que hoy podamos escuchar a nuestra centenaria Banda Municipal de Conciertos.

viernes, 27 de marzo de 2009

Río Sagua la Grande lo llamó el Padre de las Casas. Undoso lo llamó el poeta Plácido.

Por: Lic. Raúl Villavicencio Finalé.
Historiador de Sagua la Grande.
Motivo eterno del sagüero, justificación de existir para la ciudad eso y mucho más pudiera ser el Río Sagua la Grande. Por tal motivo bien merece nuestro comentario. Sus bondades y sus acostumbradas crecidas han hecho una historia para contar.
Explicar por qué de manera contradictoria este río constituye al mismo tiempo un don y un castigo para la ciudad. Mientras que por una parte su existencia ha contribuido, por disímiles razones, al desarrollo local, por otra ha traído también momentos de ruina y dolor.
Antes de adentrarnos en su vínculo con la historia local debemos conocer algunos aspectos que resultan muy interesantes.
Se encuentra casi en el centro de la Isla, posee unos 163 kilómetros de largo, es el más largo de l vertiente norte y el segundo del país después del Cauto. Nace en el Domo de Cubanacán y atraviesa cuatro municipios de la provincia: Manicaragua, Ranchuelo, Santo Domingo y Sagua la Grande para verter sus aguas en el, litoral norte donde posee un delta sumergido.
Su cuenca abarca unos 2113 kilómetros cuadrados.
Para los sagüeros, lo más importante de esta historia lo constituye el hecho de que en el lugar que observamos al fondo de donde me encuentro sirvió de asiento a los primeros pobladores, quienes escogieron ese punto de la margen izquierda y no otro para establecerse definitivamente. Fue el Padre Fray Bartolomé de las Casas quien en 1514 le da nombre al río mientras cruzaba su boca, combinando una palabra del léxico español (grande) con una palabra del lenguaje polisintético aborigen (cagua) para anotar en sus crónicas de manera castellanizada “Sagua Grande”, imbricando así ambas culturas.
Uno de los lugares más pintorescos que este posee nuestro río es el conocido en el pasado como “La Chorrera”.
Si pensamos en los famosos bosques que caracterizaron a la región debemos imaginar aquí un hermoso lugar antes de la llegada del colonizador español.
Era la chorrera entonces el único tramo corto del río donde este corría rozando el bajo fondo, permitiendo con ello, el paso a pie o a caballo entre ambas márgenes y a la vez el único punto donde se podía acceder al río por una suave pendiente que permitía evitar los abruptos barrancos que caracterizan de manera general al cauce de este río. Estas condiciones físicas apropiadas más las aguas puras y cristalinas convirtieron a la chorrera en el lugar ideal en el cual los colonizadores establecieron la aguada desde donde acopiaban el vital líquido para su incipiente caserío.
Constituía también el único lugar por donde se podía establecer contacto con el centro político y administrativo radicado en el poblado de Santa Clara.
La corriente tan baja del río acumuló también el lugar la arena y el barro suficiente para construir las casas de embarrado de la época. Específicamente la extracción de arena se extendió hasta la década de los años 50 del pasado siglo.
Fue también la chorrera el lugar escogido por muchas generaciones de sagüeros para refrescarse con un baño durante los calurosos días de verano.
Hoy el lugar no sirve para nada de lo que hemos narrado hasta aquí, porque la acción insensible del hombre ha convertido lo que antes era un lugar hermoso en un sucio y feo vertedero y de las aguas puras y cristalinas solo queda el recuerdo.

Elías "El barbero" trovador y tenor de Sagua la Grande.

Por: Lic. José Luís Pérez Machado.
El la búsqueda incesante dentro de la historia de la música en Sagua la Grande encontramos a un interesante personaje del escenario musical de nuestra ciudad, me refiero a José Manuel Elías: el barbero.
José Manuel Elías Navarro nació en esta ciudad el 17 de junio de 1905, desde pequeño demostró gran intuición para la música, tuvo una formación fundamentalmente autodidacta, aunque estudió solfeo y Armonía con el Maestro Antonino Fabre; aprendió guitarra y se enroló rápidamente en el movimiento trovadoresco de la época aquí en Sagua, esta afición la compartió con el oficio de barbero el cual nunca abandonó, por eso en el ámbito musical le llamaban Elías el barbero desde esta labor José Manuel Elías alcanzó gran prestigio porque fue líder sindical de toda la región del Sindicato de Barberos y Peluqueros, dirigió múltiples asambleas y mítines a favor de la unidad del movimiento obrero, participó en el Congreso Nacional del su sindicato en el mes de junio del año 1954.
Sin embargo, también fue muy activa su vida musical, su formación trovadoresca que nunca abandonó junto a sus aptitudes vocales de tenor ligero le posibilitaron incursionar con éxito en el canto lírico, en formaciones corales y agrupaciones populares lo que le permitió compartir la escena con trovadores tradicionales de la talla de Antonio Machín e Hilda Santana y con líricos como el también saguero Ernesto Trápaga con quien compartió piezas clásicas de ese género. Su barbería situada en la calle Carmen Ribalta era un centro de promoción musical donde asistían muchos músicos sobre todo trovadores. José Manuel Elías formó parte de la Coral de Santa Clara y fue en entusiasta colaborador de las fiestas carnavalescas. Por sus condiciones vocales recibió ofertas de viajar a Europa las cuales desechó. Al triunfar la revolución mantuvo se dualidad como barbero y cantor combinando ambas aficiones, solía visitar campamentos y poblados alejados de la ciudad haciendo valer ambas condiciones, así transcurrió la vida de José Manuel Elías Navarro: El barbero, hasta su desaparición física el 15 de abril del año 1967.

martes, 17 de marzo de 2009

La primera Jazz Band de Cuba 1914 en Sagua la Grande.

Lic. José Luís Pérez Machado.
En el desarrollo cultural-musical saguero tiene mucha influencia el desarrollo económico comercial y nuestra posición geográfica condicionada por la existencia del puerto de La Isabela de gran actividad desde mediados del siglo XIX. Este se convirtió además en un canal cultural sobre todo desde EU y principalmente Florida-Sagua, por eso mientras la influencia francesa propulsó la aparición de charangas en la sureña Cienfuegos aquí proliferaron tempranamente las orquestas de Jazz band por la fuerte influencia jazzistica norteamericana donde la línea de los metales vientos es protagonista, fundamentalmente trompeta, trombón y saxos. Sagua tiene el privilegio de contar con un movimiento fundacional en Cuba pues ya en el año 1914 la Jazz Band de Stacholy interpretaba su música en los principales salones de la villa, poco después se unen a esta moda musical otras como la Jazz Band Sagua, la Polar Jazz Band, los Hermanos Temprano, en una segunda generación a mediados de los años 20 de ese siglo aparecen otras, algunas perduraron hasta fines de la década de los 50, me refiero a las Hermanos Quintero, Hermanos Mollinedo, La Orquesta Sagua, Los Diablos Rojos y la decana Hermanos Cuellar, también se insertó en este movimiento Melodías de Obdulia y la Ritmo del Cayo, estas últimas de línea típica.
Llama la atención que estas orquestas eran verdaderos clanes familiares, por otra parte mantuvieron una permanencia en la misma época histórica lo que confirma la existencia de músicos y público consumidor, otro particular fue la presencia de la mujer inclusive como directoras de bandas integradas por hombres, me refiero a Coloma Cuellar y a Obdulia Mildestein.

Carnavales en Sagua, alegrías y tristezas en el tiempo.

Por: Lic. José Luís Pérez Machado
¿Cuánto añoran los sagüeros sus fiestas de carnaval?. ¿Ha involucionado el festejo popular en Sagua la Grande?
Los carnavales son fiestas populares centenarias que tienen sus antecedentes en las fiestas africanas de los barracones cuando los esclavos eran autorizados por sus amos para celebrar, por otra parte el componente español también tributó las verbenas como tradición festiva popular callejera, esto se une a las festividades por la terminación de zafras de la cana, el tabaco, del café u otra actividad productiva. Un papel determinante lo desempeñaron las fiestas patronales de las parroquias de cada pueblo como la de la Purísima Concepción y sobre todo la Fiesta del Carmen en Isabela de Sagua, muy famosa en toda la región. Todas estas manifestaciones musicales de diversos orígenes conformaron lo que conocemos por los carnavales que aparecieron en el mosaico musical cubano y particularmente Saguero en las primeras décadas del siglo XX.
En Sagua los carnavales tienen ciertas características entre las que sobresalen las comparsas representativas de ciertas instituciones y sociedades de recreo y por su puesto de los barrios, también las congas y la música popular bailable de orquestas en las entones adornadas tarimas, otra modalidad eran las serenatas a diversas personalidades. Relacionadas también con la música existían los muñecones y las mascaritas. También se presentaban carrozas pero no tan vistosas y suntuosas como la de otras localidades como Remedios y Camajuaní.
Sin embargo, voy hacer alusión a un hecho relacionado con los carnavales que enlutó la sociedad saguera el 17 de marzo de 1929: el fatal accidente de la carroza Los Pollitos de la Sociedad Edén Sport de Sagua que estando en pleno desfile se incendió al caer sobre ella un fuego artificial y morir por quemaduras 9 jóvenes de las 14 que estaban sobre la carroza, el hecho de gran conmoción se convirtió en una manifestación de duelo popular, así lo recogen las fotos, la prensa y testimonios de la época como las décimas de Miguel Puertas El Guajiro de Las Villas.
No obstante aquel trágico y a la vez curioso suceso los carnavales constituyen una sólida tradición cultural saguera donde la música es protagonista.

sábado, 14 de marzo de 2009

Parque Infantil de Sagua la Grande.

Por: Raúl Villavicencio Finalé
¿Qué había en la manzana que ocupa hoy el Parque Infantil de Sagua la Grande?.
A fines del siglo XIX esta plazoleta era un lugar despoblado. Con el nacimiento de la República mediatizada por iniciativa de alguien que desconocemos comenzó a nombrarse como “Plaza General Peraza” en honor al insigne sagüero Francisco Peraza y Delgado, quien fuera miembro del Estado Mayor del General Antonio Maceo durante la Guerra del 95.
Pero la historia de este lugar estará además ligada a otra figura sagüera de renombre, me refiero a Don Francisco de Paula Machado a quien se le conocía más como “Pancho Machado”.
Este ilustre sagüero se destacó durante la reconcentración de Weyler por salvar a los niños que padecían de ese bestial y genocida método del tristemente célebre Capitán General español.
Para ellos creó, desde su posición de alcalde local, asilos que los salvó de la miseria. Terminada la guerra, el Gobierno interventor norteamericano lo nombró por sus cualidades Delegado Especial para la reorganización de la educación en la arrasada Isla. Terminada esta labor, al entrevistarse con Leonardo Word el representante de los EE.UU. en Cuba renunció al pago que le correspondía pidiendo en su lugar una escuela para Sagua la Grande, la cual por su insistencia fue concedida y construida en este lugar en el que se inauguró el 20 de mayo de 1903. En agradecimiento fue bautizada como “Escuela Nro 1 Francisco Machado”. Como muestra de la ingerencia que se sufría entonces fue construida siguiendo rígidamente el estilo arquitectónico norteamericano de esa época. Durante 20 años esta escuela fue el centro educativo de la región, en ella se celebraban exámenes de ingreso al magisterio, escuelas de verano, conferencias pedagógicas, reuniones importantes de la localidad y era la sede de la Asociación de Maestros.
El 5 de junio de 1924 un sospechoso y voraz incendio la redujo a cenizas perdiendo Sagua el emblemático local. Nuevamente el área quedó despoblada por un tiempo hasta que volvió a construirse en ella de nuevo.
El lugar quedó como una explanada vacía hasta los años 40 del siglo pasado en que se construyó en él el actual parque infantil, bautizado como General Francisco Peraza.
Como lo más significativo en este parque es la estatua a las madres que posee en su centro, se le conoce también como parque de las madres.
La iniciativa de erigirla se debe al periodista sagüero Enrique Isoba Toledo, presidente entonces de la Asociación de Corresponsales de Prensa de Sagua la Grande.
La obra pertenece al escultor Fernando Boada y fue esculpida sobre mármol extraído de la cantera de Sagua la Grande donado a la ciudad por su dueño.
Para el rostro de la cariñosa madre que acoge al hijo en sus brazos se escogió a la sagüera Eloisa del Valle, esposa de Rubén Tejerina, también periodista local y abuelos del cantante del mismo nombre.
El monumento fue inaugurado el 20 de mayo de 1945 a las 10 y 30 de la mañana. A partir de entonces la presencia de la madre protectora de la niñez se nos presenta como un símbolo maternal que vigila atentamente el juego de los niños que acuden a este histórico lugar.

jueves, 12 de marzo de 2009

EL HOSPITAL DE CARIDAD “SAN JOSE”

Por: Ing. Yosbanys Roque Herrera
Ing. Ania López Duque
Dra. Sachely Noriega Barreiro
En la Villa del Undoso a mediados de la década del 40 del siglo XIX se instaura el primer hospital, siendo este un Hospital Militar por contrata que por sus comodidades, aseo, orden y buen servicio estuvo a la altura de los mejores de la isla, pero debido a la magnitud que iba alcanzando la ciudad sus capacidades comenzaron a resultar insuficientes para atender a la población.
Por lo que, en abril de 1866, para beneplácito del pueblo Sagüero, se crea el Hospital de Caridad " San José" como muestra de la voluntad por mejorar la salud pública y enfrentar con efectividad las enfermedades que sembraban muertes y calamidades en la Villa y sus alrededores, sobre todo en los sectores más humildes de la sociedad. Quiso la suerte, o quizás fue intencional, que la placa indicativa de la inauguración del Hospital colocada en su parte frontal, fuera construida utilizando el mármol de la tarja mortuoria de Doña Juana Caballero, hija de nuestro ilustre Don Juan Caballero, fundador de la Villa. Por lo que actualmente al dar vuelta a la mencionada placa se puede apreciar su uso anterior.
Sostener esta institución subvencionada por el Gobierno Municipal y una junta de patronos no era tarea fácil, los períodos de crisis económica influían de forma marcada en su sostén. La crisis económica de la primera mitad de la década de los 80 en el siglo XIX producto de una crisis monetaria y la rebaja en los precios del azúcar y otros productos agrícolas tuvo su repercusión el Hospital "San José". Él como otras obras públicas comenzó a sufrir evidentes muestras de deterioro producto de la falta de mantenimiento. Por esta etapa la junta de patronos no lograba reunir los fondos necesarios y los abastecedores se negaron a avituallar a la Institución si antes no se le pagaban los adeudos.
Esta situación crítica en el hospital tuvo su máxima expresión el 24 de mayo de 1884 cuando un colgadizo de 20 varas de largo se desplomó dejando debajo de él a 8 enfermos. Esta profunda crisis estuvo a punto de cerrar a tan importante Institución. Y así habría sido de no ser por la muerte en 1887 de Don Tomás Ribalta en Barcelona dejando 20 000 pesos en su testamento a nombre de los pobres de Sagua con los que se decidió restaurar el hospital.
Al comenzar la década de los 90 el hospital contaba con 9 salas y tenía una capacidad para 130 enfermos pero, según un articulo en el diario Político Reformista "El Porvenir" del 18 de octubre de 1893, las capacidades y servicios aun resultaban insuficientes para la cantidad de población que él se atendía, aunque en dicho artículo se resalta la actitud positiva de los trabajadores de esa institución.
A raíz de los acontecimientos de la inundación del 24 de septiembre de 1894, ante la profunda crisis sanitaria en que se sumió la Villa, amigos de Sagua en Cuba y el exterior se hicieron presentes haciendo colectas y propiciando el envío de donativos que llegaban desde varias partes del mundo. Los hermanos Lamadrid, Sagüeros residentes en Barcelona, lanzaron una campaña en esa ciudad española logrando la mayor donación que se recibiera entonces, con un total de 28782 pesetas, suma con la cual la comisión creada para destinar los fondos llegados decidió emplearlos para restaurar y reformar el Hospital de Caridad "San José", construyéndose dos salas más con una capacidad para 25 camas a las que se le dio el nombre de "Salas de Monserrate" honrando con ello al pueblo catalán, además de una edificación menor en la entrada del hospital para las oficinas de la administración con una inscripción en su parte superior que decía: "Barcelona".
En 1895 comienza una nueva gesta independista, la guerra necesaria como diría Martí Pero como cualquier guerra trajo consigo el hambre, la persecución, la violencia en los campos de Cuba, así que para principios de 1896, la reconcentración comenzaba de manera espontánea, familias campesinas huyendo de la violencia se refugiaban en las ciudades; mientras los más leales a las fuerzas insurrectas continuaban en sus sitios abasteciendo en las medidas de sus posibilidades a sus compatriotas en armas. Así que a mediados de 1896 Valeriano Weyler decretó la reconcentración forzada. Sagua la Grande se convirtió en anfitrión de miles de familias de los alrededores que empeoraron las condiciones y la situación económica higiénica y sanitaria de la Villa.
El inspector de sanidad de la Isla, general Don Cesar Fernández, vino a Sagua la Grande a mediados de 1896 con el objetivo de “solicitar” al ayuntamiento la construcción de un hospital de sangre. El alcalde de entonces, Sr. Noriega, contestó que no tenía fondos para esto, pues con la atención a los reconcentrados se iba todo el presupuesto, el Coronel Escribano, integrante de la comisión, con tono amenazante le contestó: “Que mueran primero todos los reconcentrados ante de morir un solo soldado español”. Por lo que el ejército español durante la guerra independentista del 95 no utilizó las instalaciones del hospital San José para atender a sus heridos y enfermos, para ello se creó un Hospital de Sangre en los antiguos almacenes de Moré y Ajuria en Isabela de Sagua.
El Hospital de Caridad nunca atravesó una peor situación, las contribuciones para esta causa casi no existían y el ayuntamiento podía hacer muy poco, se observaban muchas irregularidades con lo pocos medios que llegaban a él producto de una pésima administración. Las condiciones higiénicas eran terribles, carentes prácticamente de ropas de camas, de medicina, de alimentos, de personal calificado para la atención. Con solo entrar y observar los pisos de madera renegridos por la inmundicia, las camas unidas para albergar la mayor cantidad posible de pacientes pues se recluían en él más enfermos de lo que originalmente estaba diseñado para albergar, porque la insalubridad, el hambre, la miseria hacían sucumbir a muchos reconcentrados ante las enfermedades, sobre todo a los niños que constituyeron el grupo más vulnerable ante la situación existente.
El Dr. Abril Letamendi, un incansable luchador por mejorar la situación de los niños en el hospital, describe en un artículo la situación del hospital, además de solicitar en él que la administración pública se hiciera cargo de la administración de la institución benéfica. Entre otras cosas exponía que en la sala de niños se llegaron a recluir 75 niños (el triple de su capacidad), con frecuencia se observaban 3 o 4 niños con ropas sucias y roídas durmiendo sobre un solo catre que la inmundicia consumía y sin ropa de cama. Las enfermeras estaban carentes de la más elemental preparación profesional y sin posibilidades de mejorar en este sentido pues con la miseria que se les pagaba sólo la necesidad extrema podía llevar a alguien a trabajar ahí, por lo que era frecuente que los tratamientos no fueran correctamente llevados según las indicaciones de los médicos. Los contratistas de medicamentos, alimentos, etc. se negaron a continuar aprovisionando al hospital si no se les pagaban las deudas, así que todo escaseaba y la leche que llegaba a la boca de los pacientes no podía estar más adulterada. Por todo lo anterior nuestro buen doctor concluye que el hospital de Caridad “San José” lejos de ser una institución de salud era un foco infeccioso.
El Alcalde Machado como una de sus primeras medidas y por orientación del Gobernador Civil de la Provincia disolvió la junta de patronos y puso el hospital bajo la tutela de la alcaldía. Enseguida hizo una selección del personal para trabajar en la institución y sacó a todos aquellos que no cumplía con sus deberes, se rascaron los piso de madera para eliminar la suciedad y dejó al señor Alejandro Santos, hombre de probada integridad, al frente de la administración del hospital. Las cosas mejoraron entonces en la medida de las posibilidades, sobre todo en aspectos subjetivos y de organización porque los abastecimientos siguieron siendo pésimos.
Una muestra fehaciente de lo anteriormente expuesto sobre las críticas condiciones del hospital de Caridad durante la reconcentración, lo refleja una triste experiencia sufrida por el alcalde Machado y que sirvió de inspiración para la creación de los asilos para niñas huérfanas:
Resulta que como en el mes de marzo y encontrándose en su despacho, revisando cuentas por pagar, ingeniándoselas como repartir los pocos recursos disponibles en medio de tantas demandas, cuando una joven de aspecto dulce, simpática, pelo rubio, ojos azules y tristes suciamente vestida, en chancletas y con el rostro bañado en lágrimas se presentó ante él con otra niña de la mano y le dijo:
 Sr. Alcalde, por Caridad, por su madre, tenga compasión de mí y de mi hermanita y mande que entierren a nuestra madre que se ha muerto esta mañana……
 ¿Y donde ha muerto? - le preguntó
 Allá, en unos colgadizos, así a la intemperie en el suelo cerca de los almacenes de Betharte
 ¿Y de qué ha muerto? - Volvió a interrogarla con lástima
 No sé, enferma y de hambre, sin alimentos, ni medicinas, salí a ver si recogía una limosna y cuando volví estaba muerta y esta, -Señalando a la hermanita- enferma también, sin comer desde ayer, acostada sobre ella la encontré.
Su congoja era tan tierna, su relato tan desgarrador, que le produjo una emoción inolvidable... -Volvió el rostro hacia el otro lado hondamente conmovido.
Reponiéndose al cabo de un momento, haciendo un supremo esfuerzo y serenándose más le preguntó:
 ¿Cómo te llamas?
 Juana Fariñas
 ¿Qué edad tienes?
 17 años
 ¿Y tu hermanita?
 8
 ¿Cómo viniste aquí?
 Reconcentrada , de Rodrigo
 ¿Dónde vives?
 En ningún lado, en la calle y cobrando espíritu, mirándola con amarga tristeza, con suplica indefinible
 Sr. alcalde - agregó - Yo soy una muchacha buena, yo quiero seguir siendo buena…. yo tengo hambre…. pero prefiero morirme…… ¡Sálveme, Sr. Alcalde, Sálveme!
Comenzó de nuevo a llorar con tal aflicción que él, profundamente afectado, volvió su rostro otra vez y lágrimas ardientes brotaron de sus ojos sin poder contenerlo, ante la inmensidad de aquella desgracia.
 Bueno - le respondí tartamudeando - no llores más veré de que modo te Protejo
 Lléveme de criada su casa, y yo me conformo con las sobras de la mesa para mi hermanita y para mí. Yo trabajo, yo aprendo a hacer de todo, lo que no quiero es andar vagando por las calles sin amparo y que mi hermanita se muera de hambre…. - Suplicó con ingenuidad. Y apoderándose de sus manos las besó, sin que él pudiera evitarlo, llorando convulsivamente.
Reflexionó un instante. ¿Dónde recogería a estas infelices? Era imposible dejarlas a la frialdad del mundo a merced de su candorosa debilidad, porque el fin y al cabo, y por muy buena que fuera vencería siempre el hambre y la imperiosa necesidad de vivir.
 No llores más - Volvió a replicar - No te dejaré abandonada a tu hermanita la mandaré para el hospital para que la curen….
 No, no, señor; al hospital no ¡Por Dios se lo pido, pues se morirá! - arguyó - horrorizada ante la alternativa planteada, pues esa Institución tenía fama de ser la antesala de la muerte y recobrando fuerzas continuó con entereza - ¡Al hospital no, por su madre! Déjela conmigo, yo la cuidaré
Le explicó entonces que en el hospital la cuidarían, que hablaría con el médico para que tuviera especial cuidado de ella y demás, convenciéndola finalmente con sus palabras.
 Aguarda un momento - Le ordenó.
Mandó a llamar al jefe del depósito municipal y al llegar le dijo:
 Usted vive en el depósito con su señora madre. Desearía que le entregara a esta muchacha y que la tenga allí hasta que yo avise … ya veré luego que hacemos…, esta otra chiquita, llévela al hospital con esta tarjeta para el Director…, y cerciórese de que entierren su madre que ha muerto, no se en que lugar… Ella se lo dirá… ¡Lléveselas, lléveselas…!
Moynelo se alejó con ellas llorando y Machado quedó con el corazón roto y una fuerte emoción por la impotencia de no poder hacer más, de saber que en las calles de la villa cientos de Juana Fariñas vagaban y él no podía hacer prácticamente nada.
El final de la Guerra del 95 llegó y luego de la ocupación yanki, con el inicio de la etapa republicana, cambió el nombre del Hospital de Caridad “San José” por el de “Pucurull”, nombrado así en honor a quien fue desde el primer momento muy entusiasta por la causa separatista, como delegado de Martí colabora en la organización del Comité de la Juventud Liberal de Sagua. Se incorporó a la Brigada Sagua, formó parte de varios combates, entre ellos el de San Diego, afectado su sistema nervioso enfermó gravemente y algún tiempo después muere. Por eso el Hospital de esta cuidad llevaba el nombre del médico y patriota Ricardo Pucurull. Mas, lamentablemente, otras cosas no cambiaron, según las entrevistas realizadas a antiguos trabajadores del Hospital "Pucurull", las condiciones continuaron pésimas en el mismo, así como la miseria en que se sumergía. Cuentan los entrevistados que el agua de inyección que debe ser usada para una sola persona, era en aquel entonces utilizada hasta para tres, o sea las enfermeras almacenaban aguas de inyección de varios pacientes para ser empleado en aquellas personas que no tenían presupuesto para pagarlo, todo esto se hacia a escondidas. Expresaron además que en la sala de Pediatría se encontraban hasta 3 niños por cuna y sus madres en el suelo, así como las extracciones de sangre realizadas para posteriores transfusiones no podían ser refrigeradas por lo que estas perdían su calidad y no obstante en muchas ocasiones eran utilizadas en quienes precisaban de ellas.
Con el triunfo de la Revolución y el establecimiento de las nuevas medidas de salud pública en una primera etapa buscando humanizar los servicios se dieron a la tarea de eliminar paulatinamente el pago de los tratamientos y mejorar las condiciones en las Instituciones de Salud. Durante los primeros años de la Revolución el Hospital de Caridad continuó brindando servicios, pero ante las insuficientes capacidades de atención en la región centro norte de Villa Clara se decidió la construcción de un nuevo y moderno hospital que cubriera las necesidades del territorio Sagüero y sus municipios aledaños. El 9 de abril de 1968 fue inaugurado el mismo, que asumió paulatinamente durante un periodo de tiempo en unos meses todas las funciones del antiguo Hospital de Caridad “San José”. en esos momentos Hospital

lunes, 9 de marzo de 2009

Una publicación necesaria, un homenaje imprescindible para Luís Agesta.

Por la importancia de su figura y el valor emocional que tiene su nombre para todos aquellos que han hecho radio en Sagua la Grande, Sagua Viva publica íntegramente el comentario que dedicara el blog "Con voz propia" dedicado al insigne realizador radial sagüero Luís Agesta, un maestro para todos aquellos que tuvieron el privilegio de trabajr con él.

NOSOTROS PERDIMOS. Fabio Bosch evoca a Luís Agesta

Rápidamente en la tarde de este domingo elmaestro Fabio Bosch, desde Cienfuegos, contestó a un mensaje mío evocando a nuestro querido Agesta.
De repente, así como aparecía por un pasillo de la W o de la UNEAC con una ejecutoria impecable, o en un evento con una borrachera contagiosa y alegre, tras una noche sin dejar dormir a todo el que estuviera por sus alrededores debido a sus ronquidos (¿rugidos?), cayó enfermo hace solo unas semanas LUIS AGESTA HERNÁNDEZ, uno de los más grandes radialistas de Cuba. Todo ha sido tan rápido, que apenas cuando mi hermana Nélida Irene me llamó de Sta. Clara y me dio la noticia de su muerte, me he quedado casi sin aliento. Llamé a Justificar a ambos ladosalgunos amigos… unos lo sabían ya, otros no. Con casi ninguno pude dialogar; un nudo en la garganta me lo impedía.
Y es que se nos ha ido alguien con tantas ganas de vivir, pero además con tanta autoridad en su verbo y en su ejecutoria, que varias generaciones de radialistas tendrán que recurrir a él como una referencia. Musicalizador fino, Director de Programas certero, Escritor seguro y diáfano… no hubo evento donde su exposición no fuera precisa y esclarecedora.
A mí, en lo personal, me duele pensar que nunca más llegaré a un Jurado, Reunión, Cónclave o lo que sea, donde los organizadores no encuentren dónde ubicar a AGESTA para que duerma y sentir su voz de trueno decir: “Ahí está Fabito, a él lo pueden poner en mi misma habitación… él está de acuerdo”. Y no le faltaba razón, yo siempre acepté esa difícil misión que puso a llorar a Rafael Martínez Martínez una noche en el Hotel Inglaterra, o desquició a un oficial que lo extraditó de una unidad militar, pues ya había ganado el sobrenombre allí de “El León de Lagunillas”. Y es que no solo era yo quien soportaba sus descomunales ronquidos, sino que además, era su preferido para hacer las diversas anécdotas de sus peripecias en ese campo. Mientras yo hablaba él me miraba como si fuera un niño travieso y se reía encogiendo los hombros, en un gesto peculiar. Pero su favorita era la del día que Frenes, él y yo llegamos a un albergue en la Habana, y Chaflán nos alertó de un holguinero que roncaba de manera insoportable, y entonces yo relataba cómo él lo había derrotado de manera espectacular.
Su risa contagiosa, sus ronquidos estrepitosos, sus apreciaciones incomparables se fueron apagando y un amigo común llegó a su lecho de enfermo; él abrió los ojos y le dijo: “Me tocó perder”.
A pocos minutos de morir, cuando llamé a Juan Carlos Castellón a Sancti Spíritus, me habló de la enorme pérdida a la que estaba asistiendo la radio cubana. Entonces, comprendí que esta vez puedo contradecir a mi buen amigo LUIS AGESTA, porque no fue él quien perdió… fuimos nosotros. Lo hemos perdido a él y esa pérdida nos dolerá por el resto de nuestras vidas profesionales y personales.

LUÍS AGESTA

Por Adrián Quintero.
La perdurabilidad de la radio es obra de mucha gente. Hay quienes ni siquiera figuran en los créditos de los programas. No se les conoce más allá del ámbito de alcance de las emisoras.
Pero hay nombres cuya sola mención inspira respeto lo mismo en La Habana, que en Santiago, o Santa Clara. La radio está en deuda con ellos por la carga de rigor profesional que le han aportado.
De todo cuanto he hecho a lo largo de varios años de ejercicio profesional, escribir obituarios no está entre mis preferencias. Pero hacerlo me reconforta de pérdidas irreparables.
Murió Luís Agesta, uno de los más destacados realizadores que ha tenido la emisora CMHW durante toda su historia. Formado como musicalizador, conoció como nadie cuál era la melodía exacta para cada momento de un programa, o cuando –sencillamente- no hacía falta sonido alguno. Vivir lejos de la capital no le impidió codearse con los más destacados colegas. Hoy lamentan su muerte lo mismo Fabio Bosch, que Caridad Martínez, Alberto Liberta, Joaquín Cuartas, o Leonor Cabal.
Al referirme a Agesta lo hago no sólo comprometido por su ejecutoria en la radio, sino también porque nació en Sagua la Grande. Jamás lo declararon hijo ilustre de esta ciudad, pero para mí lo era. Recordaba con pasión sus días juveniles trabajando en la conocida bodega de su padre, en Pueblo Nuevo y hablaba con dolor del estado de parcial ruina en que su encuentra la Villa del Undoso.
Realicé estudios universitarios, pero los secretos de la radio los aprendí con viejos camajanes. No puedo decir que tuve un maestro, sino varios; de mucha gente tomé un poquito. Pero a Agesta le debe uno de los “poquitos” más significativos.
Ni siquiera fui su compañero en la CMHW. Pero no puedo olvidar las largas jornadas de trabajo del jurado que seleccionaría los programas de la provincia para el Festival Nacional de la Radio.
Radio Sagua me había designado su representante en la emisora provincial. Y yo, con la intrepidez que sólo se tiene a los 22 años, me había atrevido a sentarme a analizar programas de radio a la misma mesa que él.
Lo recuerdo con el cigarro humeante, con sus manías…Acostumbraba a alisarse el cabello graciosamente hacia un lado. Tal vez estaba comunicándonos algo…
Durante aquellos encuentros viví las discusiones más enriquecedoras de toda mi vida. Con frecuencia me ha parecido que nuestras emisoras precisan renovarse con el talento de gente de joven. Sin embargo, los criterios de Agesta –con todo y los treinta y cuarenta de años de trabajo que acumulaba- nunca me sonaron a viejo. Así pasa con los artistas verdaderos, que están siempre prestos al intercambio con los jóvenes.
Agesta, como cualquiera, podía estar equivocado; pero lo verdaderamente enriquecedor de cada debate con él no era ganar o perder, porque siempre se ganaba.
Tenía métodos muy originales para convencer a sus colectivos. Podía apelar lo mismo a la idea más sutil, que una frase criollísima, capaz de aliviar tensiones y mejorar el humor de los artistas. Sus rabietas podían tener trazas de comicidad, pero todo el mundo lo respetaba.
En estos casos recurrimos a frases como “su ejemplo perdurará”. Justamente lo que más dolor me causa no es su muerte, sino que existan pocos como él. Hace apenas unos meses, durante el festival Santa Mareare, organizado por él como presidente de la sección de cine, radio y televisión de la UNEAC villaclareña, le oí quejarse por el poco respeto que le profesan a su trabajo algunos artistas de hoy.
Ser cascarrabias es casi elogio para la mayoría de los buenos directores de la radio. Me falta mucho por aprender, pero “cogiendo lucha” se empieza. Al parecer no nos morimos tanto por infartos en estos medio.
Fue el maldito cáncer el que se lo llevó muy pronto. Supe de la enfermedad, pero no me atreví a ir a verlo. Hubiera querido agradecerle una vez más por pensar en mí para recibir el premio Manolín Álvarez, otorgado por la UNEAC a jóvenes creadores con algunos resultados. Pero no tuve valor para una despedida. Quiero pensar que no me despedí, porque nunca se fue.
Tratar de sembrar en otros el amor por la radio que él, entre cigarros, sorbos de café y ron –sin proponérselo- contribuyó a inculcar en mí, será el único modo de pagar la deuda de gratitud que tengo con mi coterráneo Luís Agesta Hernández.
TOMADO DEL BLOG: http://convozpropiabril.blogspot.com/
Otros vínculos importantes: http://www.cmhw.co.cu/noticia.asp?auid=6871

jueves, 5 de marzo de 2009

Joaquín Albarrán.Padre de la Urología moderna.

Autores: Yenny Guevara Consuegra
Luisa Saavedra López
Lic. Ileana García López
Al médico cubano Joaquín Albarrán y Domínguez se le tiene como símbolo de las generaciones de especialistas hoy dedicadas a la Urología. Hace 147 años que nació el 9 de mayo, en Sagua la Grande, Villa Clara, esta ilustre personalidad mundial de las Ciencias Médicas. Aunque de vida relativamente corta (murió en París, a los 51 años de edad, el 17 de enero de 1912), su trabajo investigativo fue muy intenso. Sus conocimientos enciclopédicos aplicados a un dominio especial de la Medicina hicieron que fuera considerado el más completo de los urólogos modernos.
En su condición de bacteriólogo demostró el papel patógeno de la Bacteria piógena (de Albarrán y Hallé), identificada posteriormente como Bacterium-coli en las infecciones urinarias. Hábil cirujano, practicó por primera vez la ureterolitotomía por cálculo del uréter pelviano, y realizó numerosas intervenciones operatorias que acreditaron su talento renovador.
Entre los trabajos más relevantes que mucho le han valido a la modernidad de la urología aparecen Enfermedades quirúrgicas del riñón y la uretra (1899), Exploración de las funciones renales (1905) y Medicina operatoria de las vías urinarias (1909).
De igual forma, realizó diferentes ensayos y aportes instrumentales como la prueba de la Poliuria experimental para explorar la función comparada de los dos riñones, antes y después de la absorción de cierta cantidad de agua para estudiar así la marcha de la secreción de cada riñón. Las investigaciones de este aspecto tuvieron un saldo altamente favorable: permitió solucionar el problema de la tuberculosis renal.
Esta eminencia médica, hijo de padre español y madre cubana, cursó sus primeros estudios en el Real Colegio de Belén, de los Padres Jesuítas. En 1872 viajó a Barcelona, donde se graduó de Bachiller. Allí, mediante una logia masónica, apoyó la causa independentista cubana y aportó fondos para la lucha. Incorporado en 1873 a la Universidad Literaria de aquella ciudad, se gradúo cuatro años más tarde de Licenciado en Medicina con notas de sobresaliente. Su tesis Contagio de la tisis obtuvo en 1878, en la Universidad Central de Madrid, el Premio extraordinario del Doctorado-Hors de pair.
En la primavera de 1879 se trasladó a París para ampliar sus estudios. Tiempo después se relaciona con el famoso neurólogo francés Luis A. Ramvier, reconocida autoridad en el campo de la Histología, quien lo acepta entre sus discípulos en el Colegio de Francia. A la vez asiste al Hospital donde hace amistad con el célebre profesor Eduardo Brissaud, y acude al laboratorio de Luis Pasteur para estudiar Bacteriología.
Tras aprovechar toda oportunidad para enriquecer sus conocimientos, muestra de su acuciosidad profesional, en 1884 se presenta entre 400 aspirantes y obtiene por oposición una de las 48 plazas de interno en Medicina y Cirugía de los Hospitales y Hospicios de París.
Durante el periodo de internado se orienta definitivamente hacia la cirugía y se especializa en intervenciones quirúrgicas dentro del campo de la Urología. Fue así como asumió la jefatura de la Clínica de enfermedades de vías urinarias del Hospital Necker, en 1890, y dos años más tarde, el cargo de profesor agregado de clínica, en la Facultad de Medicina de París. Como resultado de sus notables aportes resultó electo Vicepresidente de la Asociación Francesa de Urología.
Con el inicio del siglo XX lo nombran jefe del servicio de Urología del Hospital Necker, y al retirarse el maestro Guyón, de la Cátedra de Clínica de enfermedades de las vías urinarias, de la Universidad de París, fue designado su sustituto. Miembro de prestigiosas instituciones científicas mereció valiosas distinciones y premios; en 1907 el Gobierno francés lo honró con la condición de Oficial de la Legión de Honor.
Fue cofundador con Guyón de la urología, gran especialista en la citoscopía.
Fue reconocido en el ámbito mundial por su entrega a la urología moderna. Realizó aportes al conocimiento médico en la Histología, Anatomía, Bacteriología Clínica y, especialmente, en la Urología.
Su amor por la tierra en que nació quedó demostrado al escribir en una revista de la época: "Si los azares de la vida me han hecho adoptar por Patria a la gran nación francesa, nunca olvido que soy cubano y siempre tenderán mis esfuerzos a hacerme digno de la Patria en que nací".
Esta sentida declaración aparece grabada en el pedestal de la estatua que en su homenaje se levanta en Sagua la Grande, su pueblo natal.
Premios obtenidos:
1887, Medalla de Oro en Cirugía de los Hospitales, entregada en París
1889, Premio Oulmont, otorgado por la Academia de Medicina de París
1904, Premio Tremblay, otorgado por la Academia de Medicina de París
1884, Premio Godard, de los Hospitales de París
Áreas del saber:
Ciencias Médicas
Urología
Nefrología
Publicaciones
Lo aparente y lo trascendente
Peri-nefritis: anatomía patológica, patogénica y tratamiento

El caso de Joaquín Albarrán, un hombre genial, un hombre que llega con treinta y pico de años a París, sin conocer el idioma. Tiene que revalidar la carrera, que había hecho en Madrid —pagada por mi padre, que lo quería mucho. Ese hombre muere de tuberculosis a los cincuenta y dos años en los momentos en que ya ha logrado ser figura de primer orden en la medicina, no solamente francesa, sino europea. Un hombre de capacidades excepcionales, el cirujano urólogo más famoso de la época a nivel mundial. Un hombre que se daba el lujo de cobrar honorarios enormes. Hay una carta de él a mi madre donde le da cuenta de esto: tiene que operar al Káiser de Alemania, no al Káiser que nosotros conocimos, sino al padre de Guillermo l. Tranquilamente, cuando le pasa la cuenta son veinticinco mil dólares. Esa era la tarifa a que había llegado su prestigio. Usted ve, ese hombre que tenía toda la felicidad, era riquísimo, pues le afecta la tuberculosis y muere. Una enfermedad incurable en aquellos tiempos. Hoy no tiene importancia, hoy quedan el cáncer y los males del corazón como graves dolencias.
Juan Marinello
NOTA: Resumen de investigación de las autoras sobre la vida de Joaquín Albarrán.

"El Mutti": Toda mi familia se fue pa’ fuera y yo no quise irme de Sagua.

Por: Yoel Rivero Marín.

¿Quién es Gerardo Armando Suárez Rojo?, esta es una pregunta que estoy seguro que muy pocas personas en Sagua la Grande pudieran responder, pero si cambiamos la pregunta y por todos los rincones de la ciudad y del mundo donde hay sagüeros preguntamos: ¿Quién es el Mutti?, me atrevería a afirmar que todos los nacidos en esta ciudad lo conocerían, al menos por referencias.
Tengo que confesar que personalmente yo era una de esas personas que solo lo conocía por regencias, muchas referencias que lo convirtieron en uno de mis entrevistados en el programa “La gente de mi pueblo” de la televisión en Sagua la Grande.
Al encontrarme con el Mutti descubrí a un hombre pequeño robusto y que a sus 68 años de edad aún muestra la forma física que llegó a tener en sus mejores tiempos.
Cuando joven fue cantinero del bar “El Pirulí”, allí me asegura riendo que nunca le echó agua al ron, aunque no faltó quien lo juzgara por eso, pero su formación cristiana no se lo permitía. En aquellos tiempos me dice el Mutti que él tenía una fuerza natural poco común y que prácticamente sin hacer ejercicios con pesas concursa en uno evento de fisiculturismo y alcanza premio, luego si se puso a mechar, como decimos en buen cubano, y se puso en plena forma lo cual le permitió alcanzar algunos premios más en competencias de fisiculturismo de la región.
A los 24 años de edad, ya casado, el Mutti lee en la prensa de una competencia de pesas y allí se presentó; “Yo era una persona que desde chiquito me gustó hacer alarde de fuerza, yo tenía aquella ansia de ser fuerte, de demostrar mi fuerza…” No podía fallar, en ese mismo año se convierte en campeón municipal, provincial y alcanza el tercer lugar a nivel nacional, desde entonces comienza una carrera deportiva que le permitió convertirse en el primer sagüero Campeón Nacional en levantamiento de Pesas.
Al comenzar muy tarde en el deporte su carrera fue muy corta y al poco tiempo le proponen que se convierta en entrenador aquí en su tierra y si pensarlo aceptó, atrás quedaba el bar “El Pirulí” y comenzaba la vida de una persona que algunos afirman, se convirtiera con los años en una leyenda del deporte de Sagua la Grande.
Como entrenador llegó a alcanzar las distinciones: “Rafael María de Mendive”, la medalla “Mártires de Barbados”, el sello “30 aniversario de la caída del Che” y en dos oportunidades resultó Vanguardia Nacional y otras muchas provincial y municipal, tanto fue su éxito que hasta fue a la Unión Soviética como estímulo.

- ¿Cómo era su relación con los alumnos?.
Hay algo que es raro, ellos no eran alumnos míos, eran hijos, hermanos, amigos, es que me podían decir “Mutti” o cualquier cosa que yo no me ponía bravo. Yo jugaba con ellos así como si fueran mi familia, claro, ante todo en el respeto.
- ¿Te consideras una gente de pueblo?
Chico, yo soy sencillo, yo saludo a todo el mundo, conocidos y no conocidos. Unos se ponen a conversar conmigo y hay veces que comienza a hablar de deporte y ya la mente mía no… Yo te puedo decir cositas, pero ya no es lo mismo.
- ¿Qué sientes por Sagua la Grande?
Soy sagüero, es tan grande lo que uno siente por Sagua que a veces las palabras no lo dicen todo. Yo fui a la Unión Soviética y estuve 15 días y estaba loquito por venir para acá. En una competencia, mira muchacho, a mi me daba corcomilla, a mi decían “oye ganamos” y yo les decía: mira tú te quedas a coger el trofeo que yo me voy para Sagua. Lo mío es Sagua, si me llevas a pasarme un mes en la Habana, no, no, yo voy dos o tres días y viro para acá. Hay palabras que la gente dice, yo soy sagüero por esto y por esto y es una cosa tan grande que no encuentro las palabras… Toda mi familia se fue pa’ fuera y yo no quise irme…..

Con los ojos llorosos por la nostalgia termina su conversación el Mutti y me demuestra por qué ha acumulado tanto prestigio dentro de su pueblo.
Y como curiosidades tengo que aclarar que además de ser el Mutti el primer campeón Nacional de pesas de Sagua la Grande es su familia la única de Sagua que alberga a 3 campeones nacionales de este deporte, él y dos de sus hijos, uno de ellos hasta hizo equipo para una Olimpiada.
Hoy Gerardo Armando Suárez Rojo, el Mutti está orgulloso de cuanto ha hecho y con sus 4 hijos, 6 nietos y un bisnieto vive feliz dedicándoles esta etapa de su vida llena de recuerdos.

HISTORIA DEL USO DE LAS PLANTAS MEDICINALES (Los científicos sagüeros tienen espacio en Sagua Viva)

Por: Dra. Haydée Abril Trujillo
Especialista de II Grado en Estomatología General Integral. Máster en Medicina Natural y Tradicional. Miembro Titular de la Sociedad de Medicina Natural y Bioenergética. Filial de Ciencias Médicas “Lidia Doce”. Sagua La Grande, Villa Clara. Profesora Auxiliar. Investigador Agregado. ISCM-VC.
e-mail: haydee@undoso.vcl.sld.cu


La Medicina Natural y la Bioenergética forman parte importante de la historia de la humanidad, porque las terapias naturales son mucho más antiguas que los tratamientos occidentales, como la cirugía y los antibióticos. Los remedios naturales de hierbas han estado en circulación por más de 5 000 años, aproximadamente. Por ejemplo, los antiguos egipcios usaban aceites fragantes para masajes, baños y medicinas, quemaban incienso en ceremonias religiosas, y usaban aceites aromáticos de cedro para embalsamar a sus muertos, lo que puede haber sido una versión original de la aromaterapia.
Se conservan papiros egipcios, que se remontan al año 1700 a. C., entre los que se mencionan diferentes plantas, como el ajo, que se ha venido utilizando con fines medicinales desde hace unos 4 000 años. En tiempos de Ramsés III se usaban plantas, como la amapola del opio, que se empleaba para calmar el llanto de un niño.
¿Cómo descubrió el hombre primitivo que las plantas tenían propiedades medicinales?
Existen diferentes hipótesis acerca de esto. Probablemente, según estudios realizados, los primeros herbolarios observaron los animales, y se fijaron en cuáles plantas comían cuando no se sentían bien. El estudio de las sociedades primitivas en diferentes lugares del mundo ha demostrado que el uso de las plantas con fines curativos ha sido una actividad responsable de hechiceros, magos y curanderos en diversas tribus. Constituye un mérito de estas personas que en los primeros tiempos se dedicaban a curar, el haber descubierto hace milenios plantas como el té en Asia, el café y la nuez de cola en África y la coca en América, estimulantes todas. Podemos decir que el hombre primitivo trató de combatir sus enfermedades, pero a través de la historia consideró que tanto sus padecimientos como las propias plantas que lo curaban tenían poderes mágicos y sobrenaturales.
Existe una relación muy estrecha entre la filosofía de la antigüedad y los tratamientos con medios naturales, pues aunque éstos comenzaron en etapas anteriores al desarrollo de la filosofía como ciencia, lo que sí resulta cierto es que en etapas posteriores, cuando aparece la filosofía, el hombre comenzó a representarse teóricamente la realidad circundante desde un punto de vista naturalista, y empezó con ello a superarse el mito, y a entenderse que la naturaleza exterior al hombre –como el hombre mismo– puede manifestar desequilibrios, que en el caso de los humanos serían las enfermedades y, por tanto, según los filósofos y médicos de la antigüedad, tales desequilibrios sí tenían un origen natural y no divino; entonces, la solución a ellos radica en los propios procesos y medios naturales. Es ahí, donde se refuerza la tesis del antiguo misticismo de la medicina natural, actualmente revalorado con criterios más científicos. Decía Hipócrates (468-377 a. C.) que la naturaleza y las causas de las enfermedades dependen del mismo principio que da nacimiento a todo lo existente. Por tanto, ninguna de las dolencias que padece el hombre es más divina ni más humana que las demás; cada una tiene su causa natural y ninguna se produce sin ella. La naturaleza, decía, es el médico de todas las enfermedades. Según Paracelso (1493-1541): “Todo lo que viene de la naturaleza es bueno y malo a la vez, puede ser alimento, veneno y remedio, es la dosificación lo que determinará su efecto.” Este pensamiento contribuyó a la difusión de los valores medicinales de ciertas plantas o hierbas y el tratamiento de las enfermedades con elementos naturales por diversas vías, al parecer con resultados sorprendentes algunos de ellos; aquí comenzó a delinearse el azaroso camino que ha recorrido la medicina natural y bioenergética entre lo místico y lo científico.
Hipócrates dividió todos los alimentos y hierbas en categorías, según su cualidad fundamental. Mantener el equilibrio entre todos ellos, hacer ejercicios y respirar aire puro era esencial para disfrutar de buena salud.
Dioscórides escribió el clásico “De Materia Médica”, alrededor del año 60 d. C., el cual se convirtió en un libro de referencia obligada durante 1 500 años.
Claudio Galeno (131-199) médico del siglo II, reelaboró muchas de las teorías de Hipócrates; con la caída de Roma en el siglo V, el centro de la cultura se trasladó a Oriente, donde los árabes adoptaron el galenismo. La invasión árabe a Europa devolvió prácticas y tradiciones sobre el empleo de hierbas que sobrevivieron en el antiguo Egipto. Probablemente, lo más importante de la época fuera el Kitab al-Qanun o canon de medicina, del médico árabe Avicena, que estaba basado en los principios de Galeno. En nuestros días las teorías de Galeno siguen siendo dominantes en la medicina Unani, que se practica en el mundo Musulmán, y el Ayurveda en la India.
Los orígenes del uso medicinal de las hierbas en China, se pierden en la mitología. Existen figuras legendarias como Shen Nong, el cual ”inventó” la agricultura, e identificó numerosas plantas medicinales. El padre fundador de la teoría médica china es el Emperador Amarillo, que según se cree tuvo una larga vida. Al igual que en el Occidente, en esa época la medicina china estaba vinculada a la religión.
En Cuba, el reconocimiento del uso de las plantas con fines curativos, no es nuevo; esta práctica, a través de los tiempos, estuvo a cargo de curanderos, adivinos y practicantes vinculados con cultos afrocubanos. Cuba, colonizada a partir de 1511, vio la entrada de esclavos africanos desde 1515, procedentes de diversas partes de África occidental, que pertenecían principalmente a las culturas yorubas y bantú; estos negros traían sus creencias en dioses u orishas, pero desde el principio fueron llevados por los españoles a recibir la fe católica6. Los esclavos siguieron dando culto a sus orishas secretamente, y comenzaron a venerar en el santo católico al orisha africano. Como dijera René Depestre, poeta haitiano: “Se le puso una máscara a los dioses negros”. Una de las religiones afrocubanas de mayor fuerza en Cuba ha sido, a través de los tiempos, la regla de Osha o santería. Las bases de esta religión plantean la confluencia entre sus dioses u orishas y las plantas, pues los primeros eran dueños de muchas de éstas que poseían propiedades curativas7. Aunque en muchos casos no se ha comprobado científicamente el valor terapéutico de algunas plantas utilizadas en esta religión, sí nos sirve como una base de datos para continuar la investigación, para conocer más de cerca el modo en que actúan e identificar así los ingredientes activos responsables de sus propiedades curativas.
El interés por las hierbas en el mundo entero va aumentando; el riesgo a los efectos secundarios que puede provocar el uso de potentes fármacos convencionales representa para muchas personas una razón para volver a la medicina basada en plantas. En los países en vías de desarrollo, la falta de recursos para importar productos farmacéuticos está revalorizando los remedios tradicionales.
Sin embargo, al extraer los productos químicos de las plantas y convertirlos en potentes fármacos, nos olvidamos de que el fundamento de los métodos curativos tradicionales era intentar combatir la causa de las enfermedades antes que los efectos, porque la salud está tan relacionada con la prevención, como con la curación. Los padres fundadores del Ayurveda, la escuela clásica de la medicina india, se centraban tanto en la higiene personal y la alimentación sensata, como en los preparados de hierbas. Los primeros textos chinos reiteran, una y otra vez, la idea de que “el buen médico se ocupa de mantener a la gente sana, mientras que el de menor categoría sólo atiende a quienes están enfermos.”