Pertenecemos a una sociedad compleja que no puede entenderse sin los medios de comunicación. Ellos cumplen un papel clave en la vida de los ciudadanos mediante cuatro roles: el social, por la cual nos ofrecen información y modelos de comportamiento. Asimismo son espacios de ciudadanía en los que se crea una opinión pública, equivalente a lo que se denomina "sociedad civil". Por otra parte tienen un protagonismo indudable en el uso del tiempo libre de las personas y, por último, son agentes educativos, que se suman a los tradicionales de la escuela y la familia.
Somos seres mediáticos en una
sociedad compleja (Morin 1990) a la que hemos denominado “sociedad del conocimiento”. Entiendo por “ser mediático” al hecho de que pertenecemos, lo queramos o no, a una cultura que no puede entenderse al margen de los medios de comunicación. Los necesitamos para saber lo que ocurre, para seguir nuestras pautas culturales y de conducta; para interactuar con nuestros semejantes, conocer gran parte de los saberes que van a construir nuestras opiniones y encaminar nuestras actuaciones y, en definitiva, para intentar entender el mundo en el que vivimos.