lunes, 26 de enero de 2009

Parque "José Luís Robau" I (El Mausoleo)

Especialista: Raúl Villavicencio Finalé
Aún cuando Holguín es catalogada la ciudad de los parques, en la Villa del Undoso los sagüeros no perdimos la oportunidad de plantar en cada rincón un espacio abierto al recreo, la tranquilidad y el encurntro con nuestros coterraneos. Una de las plazas públicas más importantes de Sagua la Grande es el Parque José Luis Robau.
De la historia de este parque estaremos hablando durante varias secciones debido a que la misma es muy rica en acontecimientos ocurridos durante su devenir.
El lugar puede ser considerado como el más sagrado de Sagua la Grande pues en el monumento ubicado al centro del mismo descansan los restos de los sagüeros que cayeron combatiendo por la independencia de Cuba. Son los sagrados restos de los fundadores de la Nación Cubana.
Conocido dicho monumento como el Mausoleo, erróneamente se ha nombrado a la plaza con este nombre cuando en realidad es el Parque José Luis Robau, el jefe invicto que dirigió esas fuerzas independentistas durante la Guerra del 95
La historia de esta plaza pública se remonta a 1860, año en que se construyó la cárcel pública en un área aledaña, a la cual, necesitada de una plaza militar para el entrenamiento de su guarnición, se le construyó al frente de la misma una explanada que recibió como nombre plaza de la cárcel.
De las filas de esta misma fuerza militar salieron los pelotones de fusilamiento que cegaron la vida a 19 combatientes independentistas de la localidad durante el tiempo que duró dicha gesta liberadora.
La plaza está asociada también a un hecho curioso ocurrido el 4 de diciembre de 1887, día en que se celebró allí el primer juego de pelota en Sagua la grande, hecho este que se recuerda con una tarja erigida para recordar ese acontecimiento deportivo.
Apenas terminada la Guerra de Independencia, una vez que las fuerzas independentista ocuparon la ciudad en enero de 1900, surgió la idea de entre sus propios miembros de rescatar los restos de los caídos en la misma que habían quedado sepultados en los montes de la región.
Con la llegada de los primeros restos traídos a la ciudad, el periódico local Democracia, sugirió la construcción de un Mausoleo que guardara los mismos en el cementerio de la ciudad.
Después, el Ayuntamiento y una Comisión Pro-Mausoleo fueron sugiriendo otros lugares tales como la plazoleta del lado este de la Iglesia, el área que ocupa hoy el anfiteatro y finalmente la plaza de la cárcel recién bautizada Plaza Robau.
La falta de ladrillos para la construcción del proyectado Mausoleo hizo necesario el derribo de los fuertes españoles que quedaban en pie en los alrededores de la ciudad. Con ese fin fue derribado, en mayo 1900 el mayor de ellos, conocido como Fuerte Weyler y ubicado en el lugar que hoy ocupa la parada que existe frente al hospital.
El 24 de febrero de 1901 se puso el primer ladrillo y se sembró una vegetación simbólica compuesta por representantes de los mismos árboles del monte cubano que los vio caer: Palma real, Ceiba, Guásima, Güira, Baria, etc.
La inauguración se llevó a cabo el 24 de febrero de 1902 con un número de restos que fue creciendo hasta la cifra de 155, cifra en la que se incluye a los 16 fusilados en el cementerio.
La etapa del siglo 20 es sumamente importante en la historia de este parque y sin dudas merece un comentario muy particular.

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