viernes, 22 de octubre de 2010

El general más joven de la Guerra de Independencia cubana era sagüero. José Luis Robau López.

Por: Raúl Villavicencio Finalé
Al Brigadier José Luis Robau López, líder indiscutible de la Guerra del 95 en el territorio dedicamos un nuevo espacio de este sitio.
José Luis Robau López nació un 3 de octubre de 1870 en este mismo local donde nos encontramos, convertido hoy en Museo Histórico, era entonces algo diferente y se le conocía como “Los altos de Robau”, tenía balcones metálicos corridos, techo de tejas, escalera de acceso en forma de caracol y estructura en forma de “L”.
El hecho de haber nacido en el seno de una familia de holgada posición económica, le permitió al joven José Luis estudiar bachillerato en la Habana y comenzar luego estudios de medicina que abandonó pronto para, con solo 24 años, dedicarse desde fines de 1894 a conspirar en la localidad contra España.
Al frente de un grupo reducido de hombres, se levantó en armas en el puente de Jiquiabo el 3 de junio de 1895,
En diciembre de ese año participa en la Batalla de mal Tiempo, acontecimiento en el que se ganó los grados de Tte. Coronel, otorgados estos en el mismo escenario del combate por el Generalísimo Máximo Gómez.
Participa después en la Invasión a Occidente, pero Gómez lo retorna a Sagua en 1896 para que se hiciera cargo de la Brigada que allí combatía.
Al frente de esta, se convirtió con 25 años en el General más joven de toda la gesta independentista.
Como tropa invicta combatió hasta finalizada la Guerra, para entrar victorioso en Sagua a través del Puente Militar bautizado el día 1 de enero de 1899 como Puente del Triunfo.
Finalizada la Guerra, en la Asamblea Constituyente, se opuso resueltamente a la Enmienda Platt, pronunciando allí un histórico discurso.
En 1902 ocupó en Sagua el cargo de Jefe de la recién creada Guardia Rural. Fallece en Santa Clara de una enfermedad renal a los 36 años, el 12 de diciembre de 1909. Era entonces Gobernador Provincial y no pudo inaugurar el bello edificio que había mandado a construir para sede del Gobierno. El duelo en Sagua fue todo un acontecimiento.
Debido a su prestigio, siempre se ha pensado que hubiera llegado a ser Presidente de la República.
Hoy se le recuerda con tan solo mirar hacia el puente, aunque este sea de hierro; cuando estamos en la Plaza que lleva su nombre y donde yacen los restos de los que cayeron en los combates que dirigió, o cuando pasamos frente al busto que perpetúa su memoria.
Aun se le debe un monumento que en los años 20 del siglo pasado se proyectó pero nunca se construyó y el nombre de una de nuestras calles. Los sagüeros lo recordarán eternamente.
Monumento que un día se proyectó pero que aún no se ha hecho.

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