Ramón Alba Ruiz, un saguero quien más que por periodista se destacó ser “el hombre que enderezó el río”. Para hablar de Alba, se hace necesario primero hacer referencia a las características del río Sagua en su curso superior, sobrecargado de meandros, tornos, curvas y recurvas que alargan el trayecto por el río hasta la costa 18 Km. más que por vía recta. El primer intento por “enderezar el río” data de 1804, cuando la marina española eliminó la llamada Vuelta del Ministro, creando lo que se conoce como Las Cuatro Bocas.
En 1868, el agrimensor Rodrigo de Bernardo y Estrada, asociando las inundaciones con los tornos del río, propuso la idea de cortes en el cauce para imprimir velocidad al agua, evitando su embalsamiento. El proyecto no prosperó debido a su alto costo y carencia de máquinas apropiadas para ello.
Después de la desastrosa inundación de 1906, esa idea fue retomada pero se materializó solamente con la construcción del Dique.
En noviembre de 1948, después de la inundación de ese año, Ramón Alba Ruiz insistió nuevamente en la idea de hacer cortes en el río y propone esta vez la construcción de un canal de seguridad que sacaría rápidamente las aguas del río hacia el mar en caso de inundación. A pesar de haberse presentado en la Habana, el proyecto del canal no prosperó, pero en su lugar se dio financiamiento para el dragado de un gran tramo, cerca de la desembocadura, directamente desde el río hasta al mar, surgiendo lo que hoy conocemos como Río Nuevo.
Alba contó con el apoyo de Luciano Fariñas y junto a otros más, elaboraron las correspondientes maquetas para demostrar la forma en que se podían aliviar las terribles crecidas.
Por toda esa dedicación a un problema que aquejaba al pueblo, este le erigió un sencillo monumento frente al río, mirando hacia él. Allí iba el pueblo a rendirle tributo al hombre que había enderezado el río. Lamentablemente un persona irresponsable y desconocedora de la rica historia local, destruyó el busto e incompletando el monumento, Algún día el pueblo de Sagua repondrá otro busto similar en el mismo lugar, para seguir rindiéndole homenaje a tan ilustre saguero.
En 1868, el agrimensor Rodrigo de Bernardo y Estrada, asociando las inundaciones con los tornos del río, propuso la idea de cortes en el cauce para imprimir velocidad al agua, evitando su embalsamiento. El proyecto no prosperó debido a su alto costo y carencia de máquinas apropiadas para ello.
Después de la desastrosa inundación de 1906, esa idea fue retomada pero se materializó solamente con la construcción del Dique.
En noviembre de 1948, después de la inundación de ese año, Ramón Alba Ruiz insistió nuevamente en la idea de hacer cortes en el río y propone esta vez la construcción de un canal de seguridad que sacaría rápidamente las aguas del río hacia el mar en caso de inundación. A pesar de haberse presentado en la Habana, el proyecto del canal no prosperó, pero en su lugar se dio financiamiento para el dragado de un gran tramo, cerca de la desembocadura, directamente desde el río hasta al mar, surgiendo lo que hoy conocemos como Río Nuevo.
Alba contó con el apoyo de Luciano Fariñas y junto a otros más, elaboraron las correspondientes maquetas para demostrar la forma en que se podían aliviar las terribles crecidas.
Por toda esa dedicación a un problema que aquejaba al pueblo, este le erigió un sencillo monumento frente al río, mirando hacia él. Allí iba el pueblo a rendirle tributo al hombre que había enderezado el río. Lamentablemente un persona irresponsable y desconocedora de la rica historia local, destruyó el busto e incompletando el monumento, Algún día el pueblo de Sagua repondrá otro busto similar en el mismo lugar, para seguir rindiéndole homenaje a tan ilustre saguero.
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