En este comentario hago referencia específica a la acera sur del tramo de la calle Colón, comprendido entre las calles de Padre Varela antigua Cruz y Clara Barton, antigua Progreso.
A fines del siglo XIX ese lugar conservaba aun parte de la importancia comercial que había tenido en la primera mitad de ese siglo, época en que Sagua se limitaba a las cercanías del lugar de nacimiento. Entonces, todo el tramo estaba ocupado por edificaciones que poseían el estilo y la importancia de su época.
En la esquina con Progreso existió la barbería de Consuegra, con rumbo oeste le seguían entonces, el estudio fotográfico de Clara García, viuda de Bravo, una oficina de comisionistas y en la esquina con Cruz la casa comercial de artículos diversos para el hogar nombrado “La Villa de París”.
En 1910, habían desaparecido las casas de madera de la parte este del tramo y construido en ese lugar el Colegio del Apostolado para niñas, también conocido como Colegio de las Monjas.
El resto de las edificaciones eran de mampostería y duraron hasta la primera mitad del siglo XX. Allí estuvieron, además de la Academia de Antonino Fabre en los años 15, Correos y Telégrafos hasta1919, el Juzgado Municipal y se conoce que vivió temporalmente José Luis Robau después de la Guerra.
En los años 40 el edificio comenzó a deteriorarse aceleradamente y ya en la década de los 50 fue eliminado, manteniéndose como área deportiva del vecino colegio religioso.
A fines del siglo XIX ese lugar conservaba aun parte de la importancia comercial que había tenido en la primera mitad de ese siglo, época en que Sagua se limitaba a las cercanías del lugar de nacimiento. Entonces, todo el tramo estaba ocupado por edificaciones que poseían el estilo y la importancia de su época.
En la esquina con Progreso existió la barbería de Consuegra, con rumbo oeste le seguían entonces, el estudio fotográfico de Clara García, viuda de Bravo, una oficina de comisionistas y en la esquina con Cruz la casa comercial de artículos diversos para el hogar nombrado “La Villa de París”.
En 1910, habían desaparecido las casas de madera de la parte este del tramo y construido en ese lugar el Colegio del Apostolado para niñas, también conocido como Colegio de las Monjas.
El resto de las edificaciones eran de mampostería y duraron hasta la primera mitad del siglo XX. Allí estuvieron, además de la Academia de Antonino Fabre en los años 15, Correos y Telégrafos hasta1919, el Juzgado Municipal y se conoce que vivió temporalmente José Luis Robau después de la Guerra.
En los años 40 el edificio comenzó a deteriorarse aceleradamente y ya en la década de los 50 fue eliminado, manteniéndose como área deportiva del vecino colegio religioso.
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