Mi aldea amaneció como de costumbre, sin grandes alteraciones, dócil, intensa, llena de gente intensa, pero tranquila. Solo puede percibirse cerca de las cuatro esquinas un pequeño alboroto fuera de lo planificado. Parece que los cuerpos rígidos que asisten a los ancianos no saben nada aún. Solo me tomo 10 minutos para llegar junto a los aldeanos que hacen círculo alrededor de un hombre tembloroso, que se encuentra sentado en el borde del camino, nadie se le acerca y él no es capaz de mirar a nadie, cada uno de los músculos de su cuerpo parecen trepidar. No entiendo qué generó tanto alboroto entre los habitantes de esta parte de la aldea. Al sentarme a su lado me tomo unos minutos para decir una palabra y esto parece que lo tranquiliza un poco. Al ver su tranquilidad los espectadores continuaron su rutina diaria y dejaron esta pequeña alteración de su orden lógico y perpetuo.
ALDEANO: ¿Qué sucede?
LOCO: (SILENCIO)
El hombre comienza nuevamente a temblar. Baja la cabeza y se tapa los oídos con tanta fuerza, como si quisiera dañarlos.
ALDEANO: ¿Qué sucede?
Todo se queda en silencio, pero de pronto el hombre se levanta y grita despavorido, intento levantarme pero no me da tiempo a reaccionar. Demoro unos minutos para hacer una nueva pregunta. Espero que se calme.
ALDEANO: ¿Qué sucede aldeano?
LOCO: (GRITA IRRITADO) Yo no soy un aldeano.( COMIENZA NUEVAMENTE A TEMBLAR)
ALDEANO: ¿Cómo que no?... Aquí todos somos aldeanos
LOCO: (CONTINÚA GRITANDO) Yo no soy de este planeta.
ALDEANO: ¡Estás loco!
LOCO: (GRITA Y ME DA UN SÚBITO GOLPE EN LA ESPALDA) Aléjate, cierra tu estúpida boca.
ALDEANO: Pero…(AHORA TEMBLOROSO YO) ¿Por qué te empeñas en pasar por loco?
LOCO: (GRITANDO Y LLORANDO EN SÚPLICA) Nadie entiende lo que digo, yo no entiendo nada de lo que dicen.
ALDEANO: ¿ A qué le temes, yo te puedo ayudar?
LOCO: (CONTINÚA LLORANDO) Nadie me puede ayudar, todos hablan demasiado.
ALDEANO: Tranquilízate, vamos a sentarnos nuevamente, dime qué te sucede.
LOCO: (CALMADO, PERO SOLLOZANTE) Le tengo miedo a las palabras.
En mi rosto no se puede ocultar el asombro, la incertidumbre. He vivido toda la vida rodeado de palabras, todos los que me acompañan han vivido rodeados de palabras, usan las palabras para todo, sin ellas tendríamos un nuevo Babel.
ALDEANO: Eso es imposible aldeano, las palabras son vitales.
LOCO: (GRUÑE) ¡No me llames aldeano!
ALDEANO: Disculpa, ser del mundo exterior.
LOCO: Las palabras lo único que han hecho toda mi vida es manipularme.
ALDEANO: ¿Cómo?... Las palabras comunican.
LOCO: Por eso les tengo tanto miedo, las mentes humanas están podridas y las palabras son las encargadas de mostrar ese pantano.
ALDEANO: ¿Acaso ahora las palabras entre tú y yo están podridas?
LOCO: Las mías solo denotan miedo, las tuyas intentan manipularme. He vivido toda mi vida huyendo de las palabras. Las palabras son las que nos dicen qué sucede en la otra parte del mundo, pero no nos muestran verdaderamente la otra parte del mundo. Las palabras son las que nos dicen qué hacer, cómo hacerlo, cuándo hacerlo, pero no nos dicen realmente por qué debemos hacerlo, si es porque lo necesitamos o porque lo necesita quien lanza las palabras. Las palabras son el poder de los que mandan, ellas organizan a quienes obedecen.
ALDEANO: Es que en toda oración siempre hay manipulación.
LOCO: (GRITA) ¡Aléjate de mí, cierra tu estúpida boca!
ALDEANO: (EN VOZ ALTA) No puedo entender por qué le temes tanto a las palabras.
LOCO: Las palabras se han convertido en la esencia de este mundo, ya las acciones no cuentan, quién tenga las mejores palabras se lleva el crédito, quien domine mejor las palabras tiene el poder, quien sea capaz de conjugar las palabras exactas será quien decida qué hacer, cómo hacerlo, cuándo hacerlo y lo más importante, por qué hacerlo. Ya nadie mira a quien hace, hace y hace, callado, callado y callado, ese es un pusilánime, un don nadie, un tonto que hace lo que los demás dicen
ALDEANO: Pero gracias a las palabras estamos unidos.
LOCO: (SE RIE) Valiente unidad. Unidad que depende solo de las palabras y no de lo que se siente, de lo que se es, de lo que se vale. La gente de hoy sólo se une alrededor de las palabras, esas son el dios moderno, de ellas se valen los ancianos, se valen los oficiosos de las aldeas vecinas, se valen los parladores, los oficiales y hasta los leguleyos. Las palabras se usan indiscriminadamente para destruir, para desunir, para conquistar, para coaccionar, para delatar, para humillar, para agredir, para adulterar, falsear, viciar, deformar, para… (ME MIRA IRACUNDO) para interrogar.
ALDEANO: No, no pienses eso, solo intenso encontrar respuestas.
LOCO: Mira a tu alrededor entonces, pon atención a las palabras que son dichas por todos, por los unos y por los otros, por los de aquí, por los de allá y por los de acullá. Todas disfrazan los verdaderos intereses de los parlantes. Las palabras, creo que son hasta sádicas.
ALDEANO: ¿Sádicas?
LOCO: La manipulación universal es tan irritante que no puedo definirlas de otra forma, a la gente le gusta escuchar las palabras y ser manipulados por ellas. Escucha esto que escribieron en el habitual de la aldea vecina: “Ya no hay negros. No. Se acabaron. Ahora hay afroamericanos. Tampoco hay indios, hay nativos americanos. Ni enanos, sino gente pequeña.” ¡Bah! Puros malabarismos verbales inventados para enmendar los daños que causaron varios siglos de usar con desprecio esas palabras. "Ya no existen los paralíticos, los inválidos, minusválidos o ciegos. No. Ahora son “personas con capacidades diferentes”. ¡Personas con capacidades diferentes! Eso es miedo a las palabras o que las palabras precisas están vetadas.
ALDEANO: Pero, ¿cómo vas a tenerle miedo a las palabras? Ellas están y nadie puede evitarlas, aprende también tú a utilizarlas.
LOCO: (AGOTADO) No puedo… Me es imposible. Nunca me acostumbraré a realizar malabarismos verbales para tratar de tapar el sol con un dedo. No soportaré nunca estar dos horas sentado en un lugar queriendo arreglar la aldea solo con palabras. Le tengo miedo a las palabras. ¡Todos tenemos que tener algún miedo en la vida!
ALDEANO: Entonces tú eres un aldeano parlafóbico (LA RISA NO SE PUEDE CONTENER)
LOCO: (MOLESTO) No soy un aldeano, soy de otro planeta.
ALDEANO: (SIN PODER CONTENER LA RISA AÚN) Disculpa, disculpa…
LOCO: Todos le tenemos miedo a algo. Hay quien le tiene miedo a la verdad, otros a la mentira, otros a las amenazas, otros a las burlas, otros a las órdenes, otros a las promesas, otros a las preguntas, otros a las respuestas… Existe gente que le tiene miedo hasta a los discursos y los círculos, en ellos hay toda clase de palabras y toda clase de intensiones.
ALDEANO: Entonces, ser inteligente de una galaxia extraña, no creo que entonces podamos entendernos con palabras. Yo le tengo miedo al silencio, me hace sentirme solo, angustiado, olvidado. Todos tenemos que tenerle miedo a algo.
LOCO: (SILENCIO)
Creo que estuvimos sentados en el borde del camino una o dos horas más. Ya es el momento de irme, creo que de tanto silencio he comenzado a temblar y tal vez cuando vaya al centro del camino nuevamente comience a tenerle un poco de miedo también a las palabras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario