"Una palabra no dice nada, y al mismo tiempo lo esconde todo"
Carlos Varela.
Carlos Varela.
Todos
esperaban atentos. La multitud expectante se desesperaba y aún los
ancianos no ocupaban su lugar frente a la aldea. Decenas de inquisidores
arreaban a las masas concentradas, como perros disponiéndolas para el
pastor. Llegan todos, llegan pulcros, llegan estirados, con caras
estiradas, con miradas censuradoras, rígidas. Quedan frente a todos
ocupados en sus notas y examinando a cada uno de los aldeanos citados en
el cónclave.