Pertenecemos a una sociedad compleja que no puede entenderse sin los medios de comunicación. Ellos cumplen un papel clave en la vida de los ciudadanos mediante cuatro roles: el social, por la cual nos ofrecen información y modelos de comportamiento. Asimismo son espacios de ciudadanía en los que se crea una opinión pública, equivalente a lo que se denomina "sociedad civil". Por otra parte tienen un protagonismo indudable en el uso del tiempo libre de las personas y, por último, son agentes educativos, que se suman a los tradicionales de la escuela y la familia.
Somos seres mediáticos en una sociedad compleja (Morin 1990) a la que hemos denominado “sociedad del conocimiento”. Entiendo por “ser mediático” al hecho de que pertenecemos, lo queramos o no, a una cultura que no puede entenderse al margen de los medios de comunicación. Los necesitamos para saber lo que ocurre, para seguir nuestras pautas culturales y de conducta; para interactuar con nuestros semejantes, conocer gran parte de los saberes que van a construir nuestras opiniones y encaminar nuestras actuaciones y, en definitiva, para intentar entender el mundo en el que vivimos.
Los medios de comunicación son un elemento clave en esa sociedad compleja que tiene varias características, una de ellas la de ser una sociedad acontecedora (Tudescq, 1969) en la que no existen ni decisiones ni acontecimientos aislados; todos tienen unas causas y unos efectos que pueden producirse en ámbitos muy distantes del lugar en que tienen lugar. La globalización es algo más que un término, o, mucho menos, un tópico. Diversos teóricos afirman que estamos ante la eclosión de un nuevo paradigma que supone cambiar gran parte de los fundamentos sobre los que hemos construido las relaciones en el contexto internacional. Zigumn Bauman (1999) considera que el concepto globalización significa que todos dependemos ya unos de otros en una red mundial de interdependencias, (podíamos añadir, y de interacciones) y Milton Santos (2000) afirma que lo que está sucediendo no es una mera forma de integración de las naciones-estado sino la emergencia de otro tipo de nexo histórico social que es el mundo, constituido en la nueva realidad a pensar y en la nueva categoría central de las ciencias sociales.
La visión tradicional de los medios indicaba que cumplían tres funciones: informar, formar y entretener, aunque la primera era la más relevante y la que había motivado su existencia. Una de las características del papel central, aunque no siempre pertinente, que los medios de comunicación (y entiendo por estos a la prensa, la radio, la televisión, los multimedia e Internet) están jugando hoy en esta sociedad se debe a la redefinición de sus roles; la otra la constituye el hecho de que esos roles se desarrollan en muchas ocasiones al margen de la voluntad y la consciencia de los propios medios.
Actualmente cuando nos referimos a los medios de comunicación no nos podemos limitar a su característica de transmisores (o, incluso, constructores) de una determinada realidad. La gente habla y opina de los temas que se tratan en la radio, en la televisión, en la prensa o en Internet, e ignora los acontecimientos sucedidos incluso en un entorno próximo que no tienen cobertura noticiosa o de entretenimiento.
Toca a los Medios de Comunicación tener como finalidad la emancipación de los ciudadanos.
La integración Macro y Micro y la integración de lo individual y lo estructural como grandes problemas de las Ciencias Sociales, también son problemas determinantes y contradicciones históricas en los Medios de Comunicación.
No puede asumirse la relación Conocimiento-Poder como único modelo de desarrollo, pues el pluralismo es una realidad imposible de obviar.
El riesgo, la incertidumbre, la falta de garantías es una cualidad de lo complejo a la cual no debemos temer en el trabajo de los Medios de Comunicación, sino aprender a preverlas. Afirma Morin que El conocimiento es una aventura incierta que conlleva en sí misma y permanentemente el riesgo de ilusión y de error. (Morin 1999). Romper esquemas es necesario y los Medios de Comunicación en Cuba han de comprender que al ser propiedad del Estado, son propiedad del pueblo, de esa comunidad a la cual pertenecen y a la cual deben responder incondicionalmente. Solo desde la teoría de lo complejo y evadiendo la linealidad en tales sistemas se pudiera comprender y solucionar el supuesto dilema Estado – Medios de comunicación - participación ciudadana.
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