viernes, 5 de marzo de 2010

Cometí un error.

Por: Yoel Rivero Marín.
Acabo de cometer un error y por suerte rectifiqué a tiempo. Siempre escuché que los niños no deben contradecir a los mayores y así pensé que podría educar a mi hija. Recientemente sentados a la mesa abordábamos un asunto vital para la familia y fue precisamente ella quien tuvo la “osadía” de contradecir mi criterio, pobre insensato yo que la mandé a callar sin atender en lo más mínimo aquella opinión, (la más razonable de la mesa por cierto). Incluso, en aquel momento llegué hasta a reprenderla por decir lo que pensaba con absoluta certeza. Cuando cabizbaja fue para su cuarto recobré la imparcialidad que he tratado de mantener en mi familia y comprendí el error. ¿Cómo educarla y prepararla para la vida limitando su posibilidad de razonar y opinar?
Desde que el ser humano vive en sociedad las grandes masas siempre fueron dominadas por su propia ignorancia, por no ejercitar su facultad de pensar, de emitir sus criterios y sostenerlos ante el pensamiento oficial de una minoría en el poder. Ejemplos existen por toda la historia, en todos los países, en todos los sistemas sociales, en todas las creencias, religiones, en todas las posiciones políticas. Incontables han sido los hombres que han emitido su criterio en contradicción con el pensamiento de las clases o religiones dominantes y han sido doblegados o exterminados; Giodarno Bruno, Nicolás Copérnico, Trosky, Sócrates, Juana de Arco, Hipatia, Martin Luther King.
Por qué no decir lo que pensamos sin temor, por qué no aceptar lo que piensan otros sin recelo. La diversidad de criterios hace crecer a la sociedad. Decía José Martí que “En las repúblicas es un deber ejercitar todos los derechos”, y el de pensar y exteriorizar esos pensamientos es uno de los más importantes; aún cuando se emitan verdades difíciles de asimilar por quienes rigen los destinos. Decía Ernesto Che Guevara que “No debemos crear asalariados dóciles al pensamiento oficial, ni becarios que vivan al amparo del presupuesto, ejercitando una libertad entre comillas”. Esa libertad de opinar es imprescindible y no debemos cometer el error de limitarla.
Otra certera afirmación del apóstol cubano nos aclara que “El siervo no ha de valerse del permiso que para hablar le dé el señor, que como señor, recordará que lo es”. Señores han sido pocos, siervos han sido miles de millones de seres humanos a través de los tiempos y aún cuando resultan la inmensa mayoría, no han aprendido a defender lo que piensan, o más triste aún, defender a los que son capaces de decir lo que piensa la mayoría. En sus palabras a los intelectuales cubanos en el año 1961 Fidel Castro afirmó: “Creo que cuando al hombre se le pretende truncar la capacidad de pensar y razonar se le convierte de un ser humano en un animal domesticado”. ¿Cuántos vagan por el mundo como corderos que repiten todo lo que se les dice y hacen cuanto se les manda, sin saber si está bien o mal, si es correcto o no, si se pudiera hacer mejor o de una forma más eficaz?
No pretendo ni pretenderé nunca que mi hija se convierta en parte de esa masa amorfa que obedece a ciegas y callada. La célula fundamental de la sociedad es la familia y en ella buscaré desde este mismo instante que se convierta en una persona que piense y razones sin ser domesticada, pero que además también aprenda que debe escuchar a los demás. Ya mi error ha sido rectificado, para mi también ha sido una nueva enseñanza. Siembra, atiende el cultivo y tu cosecha siempre será valiosa.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me parece que el comentario es muy oportuno en estos tiempos en que hay tantas personas que piensan saberlo todo, que el criterio de los demás no tiene valor. Cuan equivocados están, viviendo en un mundo tan cambiante, con acciones negativas, de exterminio, de odio por doquier. Escuchar a todos es siempre bueno, no importa quien sea, porque todos tenemos criterios, todos vivimos sobre esta tierra, escuchar siempre es bueno, nadie sabe dónde está lo que se busca.
Voto por la mancomunidad de criterios. Te escucho y me escuchas.
loer

Anónimo dijo...

lo que expones es muy cierto pero la reaalidad en cuba es diferente porque >que le sucede a los que opinan diferente al gobierno que en realidad no es comunista sino un fidelista,que comunismo hablan cuando el pueblo le falta libertad para expresarce ,de elegir libremente su presidente,?porque atacan de mercenarios a los que difierern del gobierno,por que existe tanto odio del gobierno hacia ese pueblo que ha sufrido decadas castristas,es hora que haya un cambio y que los verdaderos enemigos del pueblo cubano salgan del poder y termine la dictadura de los hermanos castros que son los que tienen al pueblo cubano en la miseria en que viven mientras ellosviven en la abundancia