martes, 29 de noviembre de 2011

Canal Habana el que hace lo que le da la...

Algunos días de vacaciones no pudieron impedir que me alejara de mi esencia cotidiana. Hacer televisión es mi desvelo día tras día y en una semana de descanso muy necesaria visité la capital de Cuba.
Entre las realidades que allí se viven y los privilegios de habaneros por encima de cubanos, inevitablemente choqué con el Canal Habana. Pude disfrutar de una programación sólida, variada y de calidad, con un diseño visual muy novedoso y bien elaborado.
Este canal surgió junto a los otros 20 canales comunitarios que hace más de 5 años abrieron sus puertas por todo el país y de forma inmediata pasó a ocupar funciones de telecentro pro
vincial. El destino de todos era el mismo, la misión de todos era la misma, las libertades creativas de todos eran las mismas. Pero las primeras diferencias comenzaron con la tecnología y los recursos productivos. Estas diferencias crecieron y después de estar una semana frente a la programación de este canal hecho para los capitalinos fue inevitable que tomara una pluma y comenzara a establecer estas comparaciones.
Semejanzas:
- Canal Habana transmite para una ciudad de Cuba, por lo que entendemos que transmite para cubanos.
- Sagua Visión y los demás telecentros municipales y provinciales transmiten para ciudades de Cuba, por tanto, para cubanos.
Diferencias:
- Canal Habana ocupa tiempos y horarios de transmisión según sus grandes posibilidades y autodeterminadas por su excelente colectivo de trabajo. (Todos los días de 4 pm a 12 de la noche)
- Sagua Visión y el resto de los canales comunitarios y territoriales, le fueron asignados tiempos y horarios de transmisión según sus muy limitados recursos y de forma arbitraria.
- Canal Habana, demuestra un presupuesto de producción prácticamente superior al de un Canal de alcance nacional.
- Sagua Visión y sus telecentros hermanos se encuentra prácticamente desprovisto de presupuesto de producción.
- Canal Habana, transmite una programación variada donde incluye dramatizados, musicales e informativos, tanto nacionales como internacionales.
- Sagua Visión y los demás, deben transmitir estrictamente programación local, aún cuando los limitados recursos no le permitan crear un atractivo balance
para los televidentes.
¿Por qué estas y otras tantas diferencias? ¿Es acaso que el Canal Habana transmite para los habaneros y los demás transmiten para los cubanos? ¿No vivimos el mismo contexto social, los mismos problemas? ¿No tenemos el mismo criterio televisivo los cubanos y los habaneros?
Pudiera llenar cuartillas y cuartillas de preguntas y me sería muy difícil encontrar una respuesta lógica y convincente. El Canal Habana transmite para 2 millones de habaneros, que al igual que los 60 mil habitantes de Sagua la Grande o los otros 9 millones de personas que viven en el resto de las provincias, son CUBANOS. Al quedar atónito frente a la pantalla con una mezcla de ira y admiración ante la aplastante realidad del Canal Habana, no pude hacer otra cosa que cambiar el canal cuando mi hija de solo 9 años se burlaba de mí y de mi Telecentro Comunitario de Sagua la Grande al decirme entre risas: “Canal Habana, el que hace lo que le da la gana”. Desde ese momento traté de no pensar como realizador audiovisual y quedar sólo como televidente, tenía 6 propuestas en el selector de canales, indiscutiblemente la transmisión capitalina tenía las de ganar, aún cuando los habaneros no se preocupan por el hecho ni se percatan de sus privilegios porque siguen viendo las transmisiones satelitales, los DVDs del momento y mucho más que merecería otro comentario.

viernes, 25 de noviembre de 2011

Pertenezco a la Generación Y.

Dicen los sociólogos que pertenezco a la Generación Y, universalmente dependiente. No sé si la B, la C fueron mejores, o tal vez la Z lo sea, pero sí sé que mi generación le tocó vivir la llegada de un nuevo milenio y es a mi generación a la que le toca enrumbarlo. Lo que hizo la B o la C no será determinante, lo que hará la Z será seguir nuestros pasos. Decía Gandhi que “Aquellas personas que no están dispuestas a pequeñas reformas, no estarán nunca en las filas de los hombres que apuestan a cambios trascendentales”. Hemos de comprender que la vida es un permanente ascenso, caer una, dos, tres, mil veces es parte de reto. Si nos conformamos con laderas de calma y confort, nunca podremos ver la cima. Si no somos capaces de evolucionar, no aprendimos nada de la vida y de la historia humana. Especialistas de todo el orbe aseguran que esta Generación Y nació dependiente de sus padres, creció dependiente de sus padres y hoy hasta para tomar decisiones en su vida adulta depende de sus padres. Pero aquí aseguro que no es así, me ha tocado vivir en una generación que supo sobrevivir más de 15 años de duro periodo especial valiéndose por sí misma, desde ese momento los hijos de papá y de mamá se vieron enrolados en esa dura realidad de la vida donde tienes que crecer. Estoy seguro que esta generación a la que pertenezco llena de Yulisis, Yandris, Yankos y muchos más, tiene la capacidad de tomar decisiones maduras y profundas.
No creo que quedarse sentada con la boca abierta esperando una migaja sea su propósito. Sé muy bien que a veces el camino más cómodo no es el mejor camino, a veces la decisión más práctica no es la más sabia y justa, a veces la contradicción más profunda abre el cauce más seguro para que el paso del río sea permanente, muchas veces esas puertas abiertas son ilusiones, otras son esperanzas, otras oportunidades y muchas otras son solo puertas que tal vez nunca crucemos. Decía Alexander Graham Bell que “A veces nos paramos tanto tiempo a contemplar una puerta que se cierra que vemos demasiado tarde otra que se abre”. Existen infinidad de puertas, infinidad de sueños. Tal vez quien sea capaz de pintar puertas en las paredes soñando nuevos caminos encuentre las llaves correctas para abrirlas. En mi generación hay muchos soñadores, muchos que la vida se encargó de prepararlos para ir frente a las masas, en le medio de las masas y en la retaguardia ayudando a todo aquel que se pueda quedar en el camino. Pero a veces se abren muchas puertas y no sabemos cuál es la correcta para entrar o salir, a veces hay solo una y los hombres no tienen el valor de atravesar el umbral. Esta Generación Y cubana no se encuentra atada a generaciones de padres y abuelos de forma dependiente, está ligada en lo afectivo, porque ha tenido que valerse por sí misma durante muchos años.
Todo lo que digo aquí lo viví en carne propia, desde los 12 años trabajo para aportar a mi hogar y no me pesa, aprendí el valor de lo que tengo y creo que esa es la esencia de mi generación, sabe bien el valor de lo que se gana porque nadie se lo regala. Cada puerta que abre, la abre porque quiso hacerlo y no porque fuera un dictado. Aún cuando en el mundo esta Generación Y se hizo dependiente de la generación anterior, en Cuba tenemos muchas excepciones.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Os habent et non loquentur



Unas nubes más o unas nubes menos, no marcarán la diferencia. El fenómeno fue creado hace ya mucho tiempo, cuando el blanco y el negro las hicieron infranqueables y las palabras comenzaron a quedar rodando entre cielo y tierra.
Dicen que la voz de mando quedó maldecida al intentar llegar al resto de las aldeas y ahora, cuando se hace escuchar, todos los aldeanos reflejan sus ondas como ecos. Descubrir una palabra nueva se ha convertido en privilegio solo de esa voz, únicamente de esa voz. Para el resto, todo es sencillo.

viernes, 11 de noviembre de 2011

Sagua la Grande: Más que un comentario, un sentimiento.

El 8 de diciembre del 2008, justamente cuando Sagua la Grande cumplía sus 196 años de fundada, Sagua Viva publicó el artículo: Sagua la Grande cumple 196 años, abiertos los comentarios, abiertos los sentimientos. Hoy, 3 años después llega un comentario que me gustaría compartir con todos los lectores del blog, pueden encontrarlo en la publicación original también. Al igual que en aquel comentario, esta vez, muy próximos a los 199 años de la ciudad, estamos abiertos a comentarios y sentimientos.

Nací en Sagua en el 1968, es decir casi estrené el hospital "Mártires del 9 de abril". Me crié oyendo comentarios de los personas comunes que me rodeaban, casi siempre desdeñando la ciudad, como si fuese el último lugar del mundo; pero también tuve la suerte de tener unas tías bisabuelas muy viejitas ya, que vivieron la época de la colonia y eran todo un almacén de historias sobre nuestra ciudad. De modo que prefería escuchar las historias de las inundaciones, la del ciclón del 33, la del desastre de Cayo Cristo, y muchas otras que ya no recuerdo bien. Y realmente prefería esas historias a los cuentos infantiles populares, pues en ellas se mezclaban mi imaginación de niño con la ficción con la que el paso del tiempo adornaba en las mentes de aquellas ancianas lo que una vez fue realidad.

jueves, 10 de noviembre de 2011

Por la conservación de nuestras costas y sus comunidades

CENTROCOSTAS. Villa Clara 2011.
Por la conservación de nuestras costas y sus comunidades


Durante los días 26, 27 y 28 de Octubre sesionó en el Hotel Islazul Elguea el Primer Taller Centrocostas Villa Clara 2011. El evento de ciencia y medio ambiente fue el colofón de un año de manejo integrado costero en la provincia y resultado del Proyecto PNUD/GEF Sabana Camagüey (PSC). Dedicado a la memoria de Alfredo Nieto Dopico, figura insigne en la vida y el quehacer del Centro de Estudios y Servicios Ambientales de Villa Clara (CESAM), un ejemplo para todos.
Participaron especialistas del CESAM con representantes de ambas zonas de manejo en la provincia, especialistas de la Delegación Provincial del CITMA y de las Áreas Protegidas, invitados de los medios de comunicación social y la presencia del gobierno en la Vice Presidencia de los CAM de los territorios involucrados; este último, factor integrador imprescindible para la eficacia del manejo integrado costero.
La diversidad de presentaciones motivó el intercambio de criterios y experiencias, todas constructivamente a fin de beneficiar nuestro “Gran Ecosistema Sabana Camagüey”. Las sesiones de trabajo iniciaron con “Los logros y Desafíos del Manejo Integrado Costero en Villa Clara. Atisbos del mañana” a cargo del M.Sc Edelkis Rodríguez, coordinador en VC del Proyecto PNUD/GEF Sabana Camagüey. Siguieron los estudios de Peligro, Vulnerabilidad y Riesgos, asociados a los efectos del Cambio Climático para la zona costera, considerados por la opinión general de los presentes columna vertebral para el accionar del manejo.
El día segundo se expuso las experiencias de los Centros de Creación de Capacidades para el Manejo Integrado Costero en las Zonas Este y Oeste respectivamente. “El MIC en el Gran Humedal del Norte” nos mostró otras aristas del manejo en la provincia de Ciego de Ávila. “Experiencias de la Restauración Ecológica en Villa Clara” y “Resultados del monitoreo de Arrecifes en Villa Clara” se unieron a la exposición “Estrategia para Implementar el Programa de Recuperación y Mantenimiento de Playas en VC”.
La tarde fue dedicada a las Áreas Protegidas: Parque Nacional Los Caimanes, Refugio de Fauna Las Picúas – Cayo Cristo y Refugio de Fauna Lanzanillo – Pajonal – Fragoso. Se anidaron a ellas, el Proyecto Piloto Monte Lucas y una interesante propuesta de modelo de autodepuración del Río Sagua la Grande.
La noche fue muestra de audiovisuales, participaron realizadores invitados de la TV Provincial y del CITMA: “Invasión Azul” de Arnaldo Díaz, miembro de la UNEAC y realizador de TeleCubanacán, llenó el espacio y propició el tan esperado debate que acompañaba cada sesión.
Amaneció el último día con “Añoranza”, documental realizado por el CESAM y un grupo de trabajo multidisciplinario, dando paso a las presentaciones de la Comunicación y la Educación Ambiental en la Zona Oeste, así como los retos y consecuencias de la Comunicación Social en el Programa Provincial.
Concluyeron las actividades con las “Consideraciones al Futuro” del coordinador provincial, el resumen de presentaciones realizado por el M.Sc Julio Santarén, Director General del CESAM y los apuntes de la Dra.C María del Carmen Velazco, Delegada del CITMA en Villa Clara.
El cierre fue la Inauguración en Corralillo de la Oficina de Manejo Integrado Costero, Landy Rodríguez, especialista del CITMA en el municipio, asumió el compromiso, participaron directivos y personalidades gubernamentales presentes en el Centrocostas 2011.
Realizado por: CCC MIC Zona Oeste Sagua la Grande Villa Clara
aqueocentro@vcl.cu

NO SOY TOLERANTE.

Por: Yoel Rivero Marín.
Acción de tolerar: Respeto y consideración hacia creencias y opiniones de los demás. Margen o diferencia que se consiente en la calidad y cantidad de una cosa.
Hablamos de tolerancia, teorizamos sobre la tolerancia universal, cuestionamos a los intolerantes, emplazamos el desenfreno intolerante del poder, pero ¿Somos tolerantes? Aún cuando me cueste, tengo que afirmar que NO SOY TOLERANTE, la sociedad no me ha criado así, mi entorno no es así, las decisiones que se toman a mi alrededor no siguen esa máxima. Vivo en un círculo de intolerancia, donde algunos pasos a favor son borrados para no dejar marcas, donde muchos pasos en revés son canonizados y preconizados por mayorías y minorías, por “Tolerantes” e “Intolerantes” .
En mi entorno social donde muchos buscan que se tolere:
- Los homosexuales no son tolerantes.
- Los heterosexuales no son tolerantes.
- Los políticos no son tolerantes.
- El creyente no es tolerante.
- El ateo no es tolerante.
- Los negros no son tolerantes.
- Los blancos no son tolerantes.
- Los mestizos no son tolerantes.
- Las leyes no son tolerantes.
- Las mujeres no son tolerantes.
- Los hombres no son tolerantes.
Los niños, me quedo con los niños, muchos de ellos aún no han aprendido a ser intolerantes. Creo que la intolerancia es una condición que llega en la tradición, en la idiosincrasia, en la historia, en la educación cotidiana. Nos criamos siendo intolerantes y vivimos siendo intolerantes con el cartelito de que: “Buscamos un ambiente más tolerante”
Saber respetar a las demás personas en su entorno, es decir en su forma de pensar, de ver las cosas, de sentir y es también saber discernir en forma cordial en lo que uno no está de acuerdo.
La tolerancia es el respeto con igualdad sin distinciones de ningún tipo. La tolerancia es aceptarse unos a otros. Debemos aceptarnos a nosotros mismos y luego aceptar y respetar a todos los demás. Aceptar a los demás como son, sin peros y sin reparos.
La tolerancia es la virtud moral y cívica que consiste en permitir la realización de acciones, preferencias y creencias que aunque no sean consideradas como lícitas, sin embargo, no son impedidas por la autoridad con poder de impedir. La innegable actitud de soportar los actos ajenos, respetando su forma de pensar, quedando en la situación de recibir lo dado.
Creo que ser tolerante es un estado ideal que se encuentra condicionado por los unos y los otros, donde si unos no hacen, los otros no rehacen.
Cuando salgo cada día por las calles de mi ciudad tropiezo una y otra vez con acciones intolerantes, con personas intolerantes, con decisiones intolerantes, me duele reconocer que tropiezo tanto en un trayecto de poco más de un kilómetro, que al llegar a mi destino mi estado de ánimo se encuentra resquebrajado. Luego llego y hago contacto con el mundo por las redes sociales y descubro que en esa cibercomunidad nada cambia y mis tropiezos continúan, si me pongo a leer noticias del mundo no entendería nunca por qué la ONU decreto hace más de 10 años el 16 de noviembre como día internacional de la Tolerancia, si cada vez somos más intolerantes. Todas las religiones en el mundo se hacen más y más intolerantes, aún cuando digan lo contrario, todos los sistemas sociales, políticos y económicos se hacen más y más intolerantes, será porque la crisis los hace cerrarse en sí mismo, todas las minorías que defienden sus derechos se hacen más intolerantes, porque al no lograr sus objetivos encuentran el otro como un oponente en ideas, conceptos y decisiones.
Sinceramente, mejor salgo de INTERNET, mundo digital hecho a imagen y semejanza de un mundo real, muy intolerante. Regreso al seno de mi familia y descubro que una prima no quiere ver a su hija ni cerquita de un negro (En Cuba no somos racistas, tal vez somos intolerantes al intercambio racial), encuentro a un tío que no admite que su hijo se siente en el sillón de barbero de un homosexual (En Cuba somos menos homofóbicos según el CNSEX, tal vez somos intolerantes a la independencia sexual), tropiezo con otro primo que no quiere tomarse una cerveza con un cubano que vive en el extranjero (En Cuba no cuestionamos a los que salen del país, tal vez somos intolerantes con los que piensan diferente), creo que es evidente, nací y crecí en una familia que padece de intolerancia, me eduqué con designios intolerantes… Conclusiones: NO SOY TOLERANTE.

lunes, 7 de noviembre de 2011

Sagua la Grande, una ciudad de inmigrantes.

Por: Yoel Rivero Marín
El antecedente más remoto de inmigrantes en Sagua la Grande, o lo que es el territorio que abarcó la provincia indígena de “Sabaneque”, se remonta aproximadamente a 30 mil años de antigüedad. Investigaciones recientes confirman la aparición de artefactos primitivos hallados solamente en algunas regiones de Europa. Constituye un tema muy complejo al referirse al origen de los más antiguos pobladores de Cuba y específicamente de las comunidades paleolíticas y mesolíticas. El propio Ernesto Tabio reconoce en su obra: "Introducción a Arqueología de Las Antillas", que los estudios al respecto son aún incompletos por la falta de una investigación más profunda que responda toda una serie de interrogantes y lagunas existentes en todo el ámbito antillano.
No obstante, las investigaciones que se han realizado hasta el momento sobre el tema, suponen que los primitivos pobladores de Cuba arribaron a esta por tres vías fundamentales: proveniente del Sur de los Estados Unidos atravesando la desaparecida Gran Bahama, otra desde la costa nordeste de Venezuela a través del área de Las Antillas Menores, y proveniente de las costas de América Central a través de pequeñas islas y grupos de arrecifes, existentes entonces, que favorecieron el recorrido.
Una de las probables entradas por el norte de Villa Clara, pudo ser producido por las costas del actual municipio de Quemado de Guines desplazándose por toda el área geográfica, teoría respaldada por el hallazgo en lugares conocidos como La Viuda, El Charcón y Manacal, de los ajuares líticos más antiguo de la Región, los que denotan características típicas del paleolítico, cuestión objeto de estudio y sin fechado, que se mantiene en el terreno de la hipótesis hasta tanto se corrobore o rechace, científicamente. Pero todo parece indicar, según las investigaciones del Centros de Estudios Arqueológicos de Villa Clara, que estas tribus nunca llegaron a establecerse en la región y por consiguiente no dejaron descendencia.
Aunque no está históricamente bien definido, el nombre de Sagua se deriva de tronco lingüístico “aruaco”, cuyo centro ocupó la parte norte de Suramérica y del cual proviene la voz “Cagua” que al tener un carácter sintético y aglutinante significaba aproximadamente el lugar de donde proviene el agua. Debemos suponer que el mismo es castellanizado por el Padre Fray Bartolomé de las Casas en sus crónicas, cuando pasó navegando por la boca del caudaloso río Sagua en 1511 en viaje rumbo a Matanzas. Iba en misión de rescate de un español cautivo en aquella región, acompañando al sanguinario Pánfilo de Narváez después que este provocara la criminal matanza de Caonao. Al navegar por el lugar en canoas aborígenes y preguntarle a los traductores autóctonos que lo acompañaban, por el nombre del río, dieron su versión en lengua aruaca y el noble fraile anotó castellanizadamente que viajaban sobre el río Sagua Grande para diferenciar en el apunte la otra anotación hecha anteriormente sobre otro río más pequeño existente hacia el este al que ya había denominado Sagua Chica.
A partir de entonces la región existente entre los dos ríos se conoció por mucho tiempo como “Las Dos Saguas”.
Existen documentos históricos que atestiguan la llegada a la zona antes de 1563 de cortadores reales de maderas preciosas, enviados por el Rey de España Felipe II, quien estaba enfrascado en construir cerca de Madrid un templo a la grandeza de su reinado: “El Escorial”, celebrando a la vez sus victorias militares. Tal es así, que dicha edificación porta una buena parte de las maderas de Sagua.
Aquí cortaron madera en abundancia la cual sacaban en balsas por el río Sagua hasta su desembocadura y de allí la embarcaban por mar. Todo este trabajo fue realizado desde el comienzo por emigrantes españoles en busca de fortuna en el nuevo mundo.
En 1590 se asienta en el territorio el primer español conocido por su nombre: Don Alonso de Cepeda, después de haber recibido una Merced de tierra en el lugar conocido por Sabana Grande. Allí fundó el Hato de la Jumagüa y la hacienda Sabana de Sagua en el lugar conocido hoy como poblado de Jumagüa.
Hasta finales del siglo XVI se cortó mucha madera en la zona. Después de la construcción del Escorial, Felipe II insistió en construir en los astilleros reales de La Habana la famosa Armada Invencible y además de este fin, la buena madera sagüera permitió la fabricación de muchas de las grandes mansiones habaneras.
Aunque los cortes reales fueron abandonados en el siglo XVII y buena parte del XVIII, en 1770 se reiniciaron en Sitiecito y Alacranes, con cuadrillas de leñadores españoles que vinieron esta vez acompañados de sus esposas. Uno de estos matrimonios integrado por Doña Gertrudis de los Santos y Don Cristóbal González, se establece definitivamente en esa fecha, en el área que hoy ocupa el “Parque de la Independencia”, en Sagua la Grande.
Al producirse nuevos cortes de madera en 1780 en las cercanías de la Hacienda de la Jumagüa, ocurren nuevos desprendimientos de colonos que se establecen junto al matrimonio ya establecido anteriormente, dando un definitivo impulso al engrosamiento del caserío inicial, cuyos propietarios dependían económicamente de cultivos de subsistencia para dar un carácter humilde a esta etapa de fundación. En ese tiempo todos los habitantes de la ciudad eran españoles asentados en este rincón del mundo.
En 1796, estimulados por el crecimiento del poblado, lograron permiso para oficiar misa en las casas de los moradores, hecho que ocurrió en el lugar conocido por Isla Verde, de exuberante belleza existente entre el río y el pequeño estero que aún perdura en el lugar.
Poco a poco la población fue creciendo y habitantes de otros rincones de la isla de Cuba también buscaron oportunidades en el naciente poblado. Fue así que comenzó a nacer una nueva población identificada con esta tierra.
En 1800 ya existe donde nace la calle Padre Varela, un atracadero de goletas que provienen de la Habana y cierto aire comercial, recibiendo el poblado por ello el nombre de El Embarcadero, el cual según los documentos de época tenía aun muy pobre aspecto y un escaso número de casas de embarrado y guano que no tenían ni orden ni concierto.
En 1806 llega a este lugar Don Juan Caballero con su esposa y tres hijas y se establece en Isla Verde. Este señor venía con la intención de fundar un pueblo y para lograrlo, repartió pequeñas parcelas para atraer nuevos colonos dándoles un orden hasta cierto punto urbanístico que conformó el primer trazado de lo que llegarían a ser después, las primeras calles del poblado e inmediatamente comenzó las gestiones para construir una pequeña iglesia.
El 8 de diciembre de 1812 con la inauguración de una pequeña y humilde “ermita” o “capilla” y la celebración en ella de una misa en honor de la Purísima Concepción, patrona del pueblo, como era costumbre entonces entre los colonizadores españoles queda fundada la ciudad. El acto como tal, fue notable y se aprovechó como señal de fundación, sentimiento que antes no existía entre los cerca de 200 pobladores que se congregaron ese día. Los sagüeros de entonces tomaron conciencia del hecho, por la relevancia que tenía para sus vidas.
La mezcla de temperamentos, de diferentes modos de ser, de genes, de costumbres y expresiones culturales tan diversas, iría conformando lenta pero inexorablemente, un nuevo y único colorido en todas las esferas de la vida social, que estaba marcado por la unidad de lo diverso. A partir de entonces durante ese complejo proceso de desarrollo ascendente, lo que conocemos hoy como sagüero en general, se iría haciendo paulatinamente menos español, menos negro, menos chino, para pasar a ser una masa peculiar con un nuevo sabor, una nueva forma de ser, diferente a todas las anteriores. Podemos definir desde ese entonces a Sagua como un pequeño planeta tierra.
En el año 1840, se amplió y desarrolló nuestra economía y en consecuencia creció la población a pesar de varios incendios, ciclones e inundaciones que desbastaron la ciudad.
“…el pueblo de Sagua está situado en la costa norte del Isla a la margen izquierda del río Sagua la Grande, a las 6.6 ½ de S.S.O de su boca en línea recta. Este pueblo tiene una iglesia regular de tabla y teja, una plaza pública, una administración, tesorería, rentas reales y de correo, una ayudantía de marina, una escuela con 40 niños, 21 tiendas de ropas y pulpería, cinco billares, tres fondas, cuatro zapaterías, siete panaderías, tres herrerías, una platería, dos boticas, 6 médicos cirujanos, 14 carpinteros, 4 tejares, 26 ingenios a un lado y al otro del río, su puerto era espacioso y servía para unos 250 buques de cabotaje…” (Alcover 1905).
El 24 de Noviembre de 1844, quedó aprobado por José María de la Torre, Oficial encargado de la mesa del departamento Oriental, que Sagua la Grande tuviera su Tenencia de Gobierno y un puerto en la Boca (hoy Isabela).
“(…) La población asciende a 5000 almas, 2644 blancos, 1000 fincas, 50 ingenios que producen 60000 cajas, el movimiento de cabotaje es de 1 000 000, la población se haya muy desairada, proponiendo en fin por límite al este del río Sagua la Chica, al Oeste de Sierra Morena, al este sur la linia recta que se ve tirada en el plano que son los términos equivalentes entre Sagua y Villa Clara (…)” (Alcover 1905).
La jurisdicción de Sagua, estaba constituida por 7 partidos judiciales, 2 poblados, 1 aldea y 2 caseríos, y ya en el año 1946, la población continuó su ascenso y la Villa contaba con un total de 16 961 habitantes, distribuidos de la forma siguiente: 10 396 blancos, 579 pardos libres, 417 morenos libres, 273 pardos esclavos, y 5296 morenos esclavos.
En “Las Villas” (hoy Villa Clara) entre los años 1846 y 1862, se aprecia una tendencia al aumento de la población blanca más que en el resto, sobre todo por varios factores asociados al proceso de inmigración tanto interno como externo. Durante el período de 1848–1874 se redujo considerablemente la introducción de esclavos debido a la prohibición del contrabando de 1845. No obstante continuó la entrada ilegal de esclavos al país que se estima en unos 220 mil.
Llegaron esclavos de África para hacer producir las florecientes plantaciones cañeras, industria que rápidamente se convirtió en el primer renglón económico de la Jurisdicción. Apenas una docena de años después de la fundación, por necesidad del cruel modo de producción esclavista imperante entonces en Cuba, se incorpora al componente social español ya existente en la región, el componente africano, para darle un nuevo colorido a la naciente sociedad. A estos hay que agregar alrededor de 124 mil culíes chinos que ingresaron al país contratados como “trabajadores libres”, pero bajo condiciones tan espantosas o peores que los esclavos africanos. Su entrada al territorio fue a partir de mediados del siglo XIX cuando los colonos procedentes de ese inmenso país, se importaron en grandes cantidades hacia esta región, ante el peligro que significaba para la economía azucarera las amenazas de supresión de la esclavitud. Aún se recuerda en la zona que la dotación de trabajadores que construyó el Faro Bahía de Cádiz fue casi en su totalidad china y en ese cayo, aún se encuentra el cementerio que guarda los restos de la mayoría. Después continuaron llegando paulatinamente por su propia voluntad durante la primera mitad del siglo XX, siguiendo el rastro de los primeros. Aquí fundaron sus colonias en las cuales mantenían vivas sus costumbres y tradiciones.
En estas mismas condiciones entraron al territorio grupos de indios yucatecos. Adicionalmente, hubo otro gran componente de la gran corriente inmigratoria hacia Cuba en estos años, representada por colonos españoles.
Sagua la Grande representó la mayor amalgama de nacionalidades extranjeras en los dominios de un territorio cubano. Los datos aportados por Alcover y Beltrán en 1905, cuando publicó su “Memoria Histórica de la Villa de Sagua la Grande y su Jurisdicción”, son palmarios. En 1862, después de 17 años de establecida la independencia de su caserío, bajo el dominio de la administración político y militar de Santa Clara, el Undoso contaba con más de 51 mil 986 habitantes. Todos se encontraban diseminados en los cercanos asentamientos de Álvarez, Amaro, Calabazar, Ceja de Pablo, Quemado de Güines, Rancho Veloz y Santo Domingo.
Doce nacionalidades, sin incluir a los cubanos nacidos en la Isla, había por esa fecha. Sumaban 27 mil 307 extranjeros, entre los que existían españoles peninsulares, canarios, norteamericanos, franceses, yucatecos, portorriqueños, alemanes, sudamericanos, ingleses, portugueses, asiáticos y, por supuesto, africanos, quienes constituían el principal soporte económico de una población dedicada en lo fundamental a actividades industriales, de servicios y de comercio.
La corriente migratoria se vio favorecida por las condiciones favorables de subsistencia en la Isla a finales del siglo XIX a contrapelo de los temores que podía infundirles la fiebre amarilla, la viruela, el paludismo y el cólera. La fuerte inmigración de estos años modificó las condiciones étnicas de nuestros habitantes, a la vez que continuó introduciendo enfermedades no padecidas anteriormente. Estos eventos repercutieron en la transición del perfil epidemiológico de la época.
Durante 16 años (1862- 1846) la población aumentó en 19 578 habitantes, mientras que de 1827 a 1846 (19 años después) aumentó solamente en 1 669 habitantes. En ese momento histórico se justifica el lento crecimiento ya que es en esta etapa cuando ocurre la separación de Cienfuegos, lo cual implicó pérdidas tanto en tierras como en habitantes. No obstante esta división político-administrativa, la jurisdicción mantuvo una población considerable de 33 066 habitantes como consta en el censo de 1846, de ellos 25 634 vivían en el campo (78% del total) de los cuales el 93 por ciento en áreas no azucareras.
Podemos afirmar que el municipio de Sagua la Grande se ha desarrollado demográficamente bajo las condiciones económicas, políticas y sociales que han caracterizado al país y a la provincia de Villa Clara, por lo que el proceso de Transición Demográfica de la ciudad, puede ser analizado e interpretadas bajo los mismos puntos de vistas.
Sagua la Grande nació por sus inmigrantes, creció por ellos y sus descendientes posteriormente mostraron un proceso inverso que debe ser analizado detenidamente por su complejidad hasta la época actual.

domingo, 6 de noviembre de 2011

Medios de Comunicación Comunitarios en Cuba. Una utopía necesaria.

La sociedad cubana actual, empeñada en una actualización económica y social trascendental y decisiva, no puede ignorar el papel de los medios de comunicación en el proceso. En esta reestructuración se potencia en gran medida el desarrollo local y la flexibilización de los mecanismos para que las comunidades adquieran mayor autonomía, de esta misma forma deben verse los medios de comunicación enclavados en las comunidades, ya sea radio o Televisión.
El investigador José Ignacio López definió a los medios comunitarios como “bosques del nacionalismo” porque posibilitan que la pluralidad de nuestras sociedades siga “existiendo”. Como los bosques, constituyen el aliviadero de este mundo contaminado.
La contradicción más dañina dentro de los medios de comunicación es la homogenización y pérdida de la identidad de los sujetos. Es por ello que los medios comunitarios son los que deben trabajar para mantener vivos los valores y tradiciones propios del lugar donde se desarrollan, facilitando las relaciones intergrupales e interpersonales dentro de la comunidad.
La participación activa de los individuos en proyectos dirigidos a cambiar su entorno, es la única forma de redistribuir las cuotas de poder en la sociedad. Para que un medio comunitario posea una verdadera función liberadora debe cumplirse que la producción de estos medios sea conformada con la participación de la propia comunidad en la que se desarrolla. “Medios de comunicación popular: medios que promueven una real participación entre la gente. Que dependen sus intereses, que hablan de sus problemas e inquietudes y con su lenguaje. Medios que pueden ser realizados o utilizados por los grupos y organizaciones populares. “ (Kaplún, 1994: 18).
Para muchos autores la participación e implicación de los pobladores en el medio comunitario ha sido la única vía de lograr la apropiación del medio para la comunidad y a medida que esta los siente suyo “se va superando esa apatía y esa indiferencia. Es como una cadena. La gente participa de una forma u otra porque siente que esos medios la expresa y como siente que la expresa, participa.” (Kaplún, 2004: 201).
Según el boliviano Alfonso Gumucio (2003: 2) “es en relación que establece con su audiencia y en el proceso de participación comunitaria, que se justifica la razón de ser una experiencia de comunicación comunitaria. En la instancia, no importa cómo haya surgido la iniciativa, mientras exista un proceso de apropiación comunitaria que garantice su autonomía y la independencia de su proyecto político y comunicacional”, por lo tanto mediante la participación se logra que el medio comunitario sea funcional a la dinámica social en la que se desarrolla, lo que garantizará el éxito.
“Los medios comunitarios están comprometidos con los enfoques de los derechos humanos, justicia social y sostenibilidad para el desarrollo, y son controlados y pertenecen a las mismas comunidades” (Buckley y Van Oeyin, 2003: 9). Los medios comunitarios no tratan a los sujetos como consumidores pasivos sino que los empodera.
Para lograr una real apropiación e implicación de la comunidad, es necesario plasmar en los proyectos la identidad de los sujetos que los ejecutan. Según el especialista Carlos Rodríguez Brandẫo es pertinente interrogarse acerca de las formas y redes de participación ya existentes, lo que nos llevará a preguntarnos acerca del modo de producción del saber por parte de los sectores populares. Importa conocer cómo las personas viven la experiencia colectiva de producir saber, participación y poder. (Rodríguez Brandao, 1996: 112).
Lo que sí está claro es que los medios comunitarios son los que deben trabajar para mantener vivos los valores y tradiciones propios del lugar donde se desarrollan, facilitando las relaciones intergrupales e interpersonales dentro de la comunidad. Respondiendo, claro está, al proceso político e ideológico de nuestro país.
¿Cómo lograr que los medios de comunicación enclavados en la comunidad contribuyan eficaz y eficientemente al autodesarrollo local? La respuesta de esta interrogante debe constituir una prioridad, no solo de los medios de comunicación, sino de los poderes locales en su ejercicio cotidiano, así como también de las organizaciones políticas y de masas (PCC, UJC, CDR, FMC).
En los momentos actuales donde los medios de comunicación municipales se convierten en el eslabón más débil de la cadena informativa del país, la dirección de la Radio y la Televisión debe hacer esfuerzos indescriptibles para mantenerlos en el aire. Insertar a estos medios en los proyectos de autodesarrollo local, creando un “aseguramiento mixto” de los mismos, trazando “políticas y estrategias mixtas” entre las posibilidades económicas y los intereses y necesidades locales y nacionales, son alternativas perfectamente válidas para garantizar su sostenibilidad y mantener su innegable aporte a toda la comunidad.
En estos momentos los Medios de Comunicación locales en Cuba no son comunitarios ni en su génesis ni en su desarrollo, algo que daña, no solo a los medios, sino de forma fundamental a la Comunidad donde se encuentran estos enclavados.
Descubrir las capacidades “ocultas” de las personas y potenciar liderazgos, es la vocación social de estos medios. Sin embargo, otros proyectos se hacen llamar medios comunitarios y no tienen como principio básico dicha evocación social, la que es necesaria en todo proyecto liberador. Los tiempos son de cambios y de reconocimiento. Alentamos a que otros soñadores como nosotros emprendan su pedazo de camino en esta dirección, porque no puede agotarse ahí el tema de los medios de comunicación comunitarios en Cuba, los mismos se encuentran en plena evolución con las circunstancias actuales.