lunes, 22 de noviembre de 2010

La historia perdida.

Por: Yoel Rivero Marín.
Escribir un programa histórico semana tras semana durante más de un año, investigar, hurgar en el pasado de la ciudad de Sagua la Grande, trae consigo innumerables satisfacciones, por formidable cúmulo de conocimientos adquiridos y por sentir que los habitantes de la ciudad descubren junto a mí las raíces de nuestra tierra. Pero aparejada a la satisfacción va la preocupación. Ante cada sección que sale a la luz en el programa “Historias del Sabaneque” de Sagua Visión, crece mi inquietud sobre las lagunas que existen en la historia de la Villa desde 1959 hasta la fecha.
Me preocupa en primer lugar el número tan reducido de sagüeros que han tenido la inquietud de dejar testimonio del devenir cotidiano de esta ciudad; por tal motivo, los años 60, 70 y 80 son neblinas en la historia de esta tierra. Los años 90 son contados solo de boca en boca. En los duros años 90 nadie tuvo, ni tiene en estos momentos la motivación de archivar cronológicamente cada hecho de ese acontecer. Incluso hoy, después de concluir la primera década del siglo XXI, no existe ningún historiador que tenga la ocupación de escribir la realidad de esta ciudad al inicio del tercer milenio. Seguro estoy que los sagüeros de mañana nos lo reprocharán y tendrán que elaborar conjeturas históricas carentes de fundamentos por nuestra culpa.
Ejemplos del daño que puede provocar esta falta de visión, existen varios en los casi 200 años de existencia de Sagua la Grande, pues no fue hasta finales del siglo XIX que comienza a escribirse sobre nuestro pasado. Antonio Miguel Alcover y algunos periodistas de la época comenzaron este detallado trabajo que vio sus frutos con la salida a la luz del texto “Historia de la Villa de Sagua la Grande y su jurisdicción”, obra subvencionada por el Ayuntamiento local y llevada a cabo por suscripción popular. Aún así, existen contradicciones hasta en la propia fecha fundacional del poblado por la distancia de casi 100 años.
Los primeros 60 años del siglo XX son muy diferentes, pues existen múltiples textos, de los más prestigiosos autores locales que nos acercan con minuciosa fidelidad a los hechos y personalidades que nos precedieron. Aquí solo menciono algunos de estos textos, pero publicaciones periódicas cientos las que llegaron a los hogares sagüeros.
- “El periodismo en Sagua “.Antonio Miguel Alcover y Beltrán. 1901.
- “Sagua la Grande”. Gregorio Casañas. 1902.
- “Historia de la Villa de Sagua la Grande y su jurisdicción”. Antonio Miguel Alcover y Beltrán. 1905.
- “La inundación de Sagua la Grande en los días 16 y 17 de junio de 1906, telegramas y correspondencias a El mundo de la Habana”. Antonio Miguel Alcover y Beltrán. 1906.
- “La Villa de Sagua la Grande”. Antonio Miguel Alcover y Beltrán. 1909.
- “Piedad, recuerdos de la reconcentración”. Francisco P. Machado. 1917.
- “Sagua la Máxima”. Jorge Mañach. 1923.
- “Apuntes históricos de Isabela”. Juan A. Morejón. 1938
- “Recorriendo a Sagua”. Pedro Marino Ruíz Rojas. 1939.
- “Con Sagua, por Sagua y Para Sagua”. José E. Pérez (Pepe Hillo). 1945.
- “Una ciudad ideal”. Rosa M. Ramos. 1960.
- Centenario de nuestra Iglesia Parroquial. Rosa M. Ramos. 1960.
- “Joaquín Albarrán” . J. Paulís Pages y M. Y. Monteros-Valdivieso. 1963.
La segunda gran preocupación que me embarga en cada emisión del mencionado programa histórico que cada viernes se transmite por Sagua Visión, es generada por la primera inquietud. Todos los textos mencionados fueron impresos en su gran mayoría aquí en la ciudad; esta era una prioridad de los sagüeros de entonces, que tenían la claridad de la repercusión que esto adquiría con el paso del tiempo. Pero en un municipio donde estaba creada la infraestructura editorial para sacar a la luz periódicos y pequeñas tiradas de textos locales, resulta inadmisible que se lanzara por la borda la experiencia ganada en este sentido y que en la actualidad llevemos más de 40 años sin imprimir ni tan siquiera un folletín, ni un periódico, ni un añorado texto sobre Sagua la Grande. Es innegable que en los últimos 20 años la situación se agudizó, pero los 20 años anteriores a 1990 pasaron a oscuras para la historia local.
Considero inaceptable que un texto tan importante como “Historia de la Villa de Sagua la Grande y su jurisdicción” de Antonio Miguel Alcover y Beltrán no tenga una segunda edición, que “Con Sagua, por Sagua y para Sagua” de Pepe Hillo, no tenga una segunda edición, que “Sagua la máxima” de Jorge Mañach, no tenga una segunda edición. Estos y muchos otros textos y publicaciones son en estos momentos objetos de colección, al existir en la ciudad solo 2 o 3 ejemplares, desconocidos para casi la totalidad de la población, la cual nunca ha visto ni tan siquiera sus carátulas.
Más de un año de “Historias del Sabaneque” no creo que me convierta en conocedor del pasado sagüero, pero sí agradezco que me sensibilizara con la importancia que revierte para un pueblo dejar constancia de cada huella del pasado y del presente para cuando este se convierta en pasado también.
Espero que los sagüeros de hoy se percaten del valor que implica escribir y publicar la historia de la ciudad para que el orgullo no mengüe y el amor por esta tierra no sea resentido. De no ser así, los habitantes de mañana deberán tomar nuevamente el curso de una historia que nosotros no supimos escribir, ni llevar de mano en mano en textos impresos, para que nuestros coterráneos conozcan cuáles son las bases que sostienen su verdadera esencia.

viernes, 19 de noviembre de 2010

"¿Qué número salió?" Una pregunta hecha tradición por décadas en Sagua.

Por: Yoel Rivero Marín.
¿Qué número salió?, pregunta común que se hace en voz baja, en los lugares públicos de mi tierra. Pregunta que hacen amas de casas, campesinos, obreros, ingenieros y hasta abogados de mi propia tierra. Cuando son las 8 de la noche ya escucho con mucha discreción, preguntar a la vecina del fondo: ¿Qué número salió? Aún cuando solo unos pocos tienen la posibilidad de escuchar la cifra exacta en emisoras extrajeras, la bola corre de boca en boca y a casi todos los hogares llega la noticia fresca. Los afortunados saltan de alegría, los que una vez más tiraron su dinero por la borda, se arrepienten, maldicen el juego, aseguran que es un vicio y que no gastarán un kilo más. La mayoría engrosó el bolsillo de los afortunados en el juego y los afortunados banqueros del juego, buscan respuestas al error de haber apostado por ese número: … ¿Salió muerto grande?, ¡Yo sabía, pero me encontré dos alacranes en la casa y pensé que esa sería la “cábula”, pero no importa, voy a seguir insistiendo que esta sale pronto! Cada número está asociado a un animal, un objeto o los más sorprendentes enigmas. Ejemplos de “La charada cubana” hay muchos, y aún cuando existen clasificaciones generalizadas, se hallan lugares que tienen sus particularidades. Mientras escribo este comentario, sentado al lado de algunos ancianos, ellos me recitan al dedillo “La charada” por la que juegan a la “Bolita” aquí en Sagua.
1- Caballo
2- Mariposa
3- Niño
4- Gato

5- Mujer

6- Jicotea

7- Mierda

8- Muerto chiquito

9- Entierro

10- Pescado chiquito

11- Gallo.

12- Mujer mala
13- Chulo

14- Niño

15- Niña bonita

16- Bruja

17- San Lázaro

18- Pescado grande

19- Lombriz

20- Tibor

21- Maja

22- Sapo

23- Vapor

24- Paloma
25- Casa

26- Viejo
27- Avispa
28- Chivo
29- Ratón
30- Pinga

31- Venado

32- Puerco chiquito

33- Tiñosa

34- Mono

35- Araña

36- Cachimba

37- Brujería

38- Dinero

39- Ladrón

40- Cura

41- Lagartija

42- Escoba
43- Alacrán

44- Año del cuero

45- Presidente

46- Tesoro

47- Pájaro

48- Cucaracha

49- Borrach
o
50- Policía.
Cuando les pedí que me dijeran el significado de cada uno de los números para publicarlos aquí en el “Blog”, todos se asustaron y me dijeron: “¡Tú estás loco, eso está prohibido!” En realidad aún cuando es una de las tradiciones prohibidas, más arraigadas de mi pueblo, todos saben que existe, todos saben que se juega, y todos la saben jugar. Como tradición al fin, no puede escapar de la atención de este sitio, pues es uno de los elementos identitarios de una población que está viva en todos los estratos de la sociedad. “La bolita”, como todos la conocen, es motivo de perdición para algunos, fuente de enriquecimiento para otros, y una esclavitud para la inmensa mayoría de personas que sueña algún día “sacarse el número”, y aunque sea un peso diario juega, consciente de que pierde el dinero, pero no la esperanza. Del significado de los número pudiera decir muchos, pero no pretendo que este artículo se convierta en una guía para jugar. Considero que resulta imprescindible tener un ejemplo, de los varios, que clasifican a cada número, para comprender el espectro tan amplio de la vida cotidiana que abarca nuestra charada cubana.
51- Soldado
52- Bicicleta

53- Escorpión
54- Flores

55- Cangrejo

56- Araña grande

57- Cama

58- Cuchillo

59- Loco

60- Pájaro grande

61- Caballo Grande

62- Matrimonio

63- Caracol

64- Muerto vivo
65- Bruja

66- Tarro

67- Puñalada

68- Cementerio

69- Relajo
70- Coco

71- Sombrero

72- Buey viejo

73- Navaja

74- Papalote

75- Corbata
76- Bailarina

77- Muletas

78- Sacófago

79- Tren de carga

80- Médico viejo

81- Teatro

82- Madre

83- Tragedia

84- Sangre

85- Espejo

86- Tijeras

87- Agua

88- Muerto Grande

89- Casa Vieja

90- Viejo

91- Limosnero

92- Puerco Grande

93- Sortija

94- Machete

95- Perro grande

96- Zapato

97- Mosquito

98- Piano

99- Serrucho

100- Inodoro.

¿Está prohibido jugarlo? … Eso creo.
¿Está prohibido escribirlo? …No.
¿Es vicio, delito o tradición? …Según quien responda.
¿Yo juego? …Vivo con otros intereses.
En Sagua la Grande el juego y la charada llega fundamentalmente por la fuerte comunidad china existente en la ciudad desde el siglo XIX, aún en el museo local existen ejemplos que lo atestiguan y próximamente Sagua Viva tendrá aquí la historia completa de la Charada en Sagua.

viernes, 12 de noviembre de 2010

Paz, recreo y bienestar. Parques de Sagua la Grande.

Por: Yoel Rivero Marín.
Aun cuando Holguín es la ciudad de los parques y Sagua la Grande nunca pretenderá quitarle tal título nobiliario, pues en verdad son bellos los de allá, los parques de Sagua merecen ser vistos con otros ojos. De su historia pueden encontrar aquí en Sagua Viva en otros artículos, pero aquí les muestro los parques hoy. Realmente merecen el elogio los que dedican mucho tiempo a su cuidado.

jueves, 4 de noviembre de 2010

Tomas Aguilera Hernández. Periodista de dos tiempos pero de un solo pueblo.

Por: Raúl Villavicencio Finalé.
Tomás Aguilera Hernández, más conocido como “Manino Aguilera” nació en Sagua el 11 de noviembre de 1917. Siendo alumno del Instituto de Segunda Enseñanza en 1941 reveló su apego por el periodismo al escribir para el semanario de la propia escuela “Vocero Estudiantil” Al año siguiente, muy joven aun, fundaba el periódico “Mensaje” del cual fue director y propietario hasta 1962, periódico en el cual colaboraban sus amigos Mario Rodríguez Alemán, Jorge Mañach, Enrique Núñez Rodríguez, Manuel Gayol y José Felipe Carneado.
Graduado de periodista en 1945, asociado al Colegio Nacional de Periodismo, escribió para “El País”, “El Crisol” y “Excelsior”.En Sagua se integró a la asociación local de periodistas de la que fue su presidente en 1946. Extendió su labor periodística a todos los lugares de la vida social, cubriendo actos patrióticos, en bodegas, panaderías, farmacias, funerarias, ferreterías, talleres de fundición, carpinterías, etc.
Dominó el arte de la entrevista, siguiendo a figuras relevantes de la época como Wifredo Lam, Jorge Mañach, Conrado Marrero, alcaldes y otros.Fue un amante de la pintura, fundando en Sagua el estudio Rembrant, época de la cual queda aun un cuadro suyo en la parroquia local.
Ferviente seguidor de la música culta y trovadoresca, se le responsabilizó con su divulgación en el Parque El Pelón a través de un aparato ubicado allí por el alcalde Canut, en una urna que aun perdura.
Fue responsable también de la Biblioteca Martiana que en el mismo parque, radicaba en la base del monumento a José Martí que allí existe.Fue un gran defensor de Sagua, de su historia, del río, de sus monumentos.
Se emocionaba cuando se le llamaba Historiador del pueblo.
Enrique Núñez Rodríguez le escribió una crónica en el periódico Juventud Rebelde donde decía que a Manino a sagüero no había quien le ganara.Fue también un ferviente colaborador del Museo Histórico, aportando ideas y piezas para su colección. Colaboró también con Radio Sagua hasta los últimos días de su vida, recibiendo reconocimientos por su labor. Fallece en Sagua el 6 de diciembre del 2001 a los 84 años de edad.

martes, 2 de noviembre de 2010

Enrique Isoba Toledo. "Nací periodista y moriré siendo periodista"

Por: Raúl Villavicencio Finalé
Enrique Isoba Toledo, nacido el 3 de enero de 1897, dedicó en esta localidad, la mayor parte de su vida al periodismo. Comenzó su vida profesional en Rancho Veloz, a los 25 años de edad. Allí escribió para El Ranchovelozano y El Vigía. Después se estableció en Sagua la Grande, dedicándose por entero a la crónica social, colaborando con diversos periódicos como La Patria, La Voz de Sagua y Mensaje. Integró la Asociación de Periodistas de Sagua y fue miembro de su directiva en diversas ocasiones.A él se debe en 1946 la iniciativa de crear El Parque de las Madres.En casi todos los periódicos habaneros tuvo secciones fijas durante los años 30, 40 y 50, especialmente en Diario de la Marina y Avances, así como espacios en noticieros nacionales de radio en C. M. Q., Radio Tiempo y Radio Cadena Central. Al igual que Pírez, su labor se extendió hasta el período revolucionario, perteneciendo a la UPEC y al ICR de manera activa.En una entrevista que le hiciera el periódico Vanguardia en 1977, confesó que había nacido periodista y moriría periodista y así fue hasta su muerte ocurrida en Sagua un 10 de abril de 1982.

lunes, 1 de noviembre de 2010

Benito Pírez Gómez. Paradigma de periodista en Sagua la Grande.

Por: Raúl Villavicencio Finalé
Benito Pírez Gómez, destacado periodista local nació el 26 de mayo de 1903 en Sagua la Grande y dedicó más de cuatro décadas de su vida al periodismo comprometido con las mejores causas.
En Sagua dirigió cuatro periódicos y redactó uno. En 1934 dirigió “El Ocerreista”, apoyando la Revolución que derrocó a Gerardo Machado.
En 1935 redactó “El Nacional”y En 1945 dirigió “Primero de Mayo”, órgano oficial del Sindicato Azucarero, ocasión en la que estableció una gran amistad con Jesús Menéndez, conservándose fotos y manuscritos del destacado dirigente que ratifican esta amistad.
En 1950 se le encuentra dirigiendo “La verdad sagüera” y en 1954 “La palabra”, con su versión radial en la emisora local, del cual se conserva la propaganda del mismo que se proyectaba en los cines locales.
Dirigió también la revista “Alfa” en 1944, de corte histórico y cultural revelador del acontecer local.
Estuvo asociado siempre al Colegio Nacional de Periodismo y desarrolló una activa colaboración con Radio Cadena Oriental, Radio Progreso y C. M. Q. Fue miembro efectivo de la UPEC y el ICR., hasta su muerte ocurrida tras lamentable accidente en 1978.
Sus descendientes en Sagua son el Dr. Benito Pírez Noy, catedrático del Instituto Pedagógico Provincial y sus nietos incorporados todos a las tareas de la Revolución.