sábado, 29 de septiembre de 2012

Sagua la Grande, la emigración de una ciudad.

La emigración de los sagüeros hacia otros países, fundamentalmente hacia los Estados Unidos resulta se ha convertido en un aspecto preocupante en los últimos 50 años, pero desde mucho antes los cubanos ya miraban hacia el norte.
Entre Cuba y Estados Unidos existen relaciones migratorias con marcado carácter histórico, determinadas por factores geográficos, económicos, políticos, y sociales. Se conoce que antes de la colonización, existían vínculos entre la Isla y la población del sur de la Florida.
A partir de 1820 la presencia cubana es de más de 1000 personas. En 1870 el monto de cubanos inmigrantes se incrementa a casi 12 000, de los cuales cerca de 4 500 residían en New York, unos 3 000 New Orleans, y 2000 en Cayo Hueso. Las causas de estos movimientos migratorios fueron tanto económicas como políticas. El problema se agudiza a partir de 1860, cuando el factor político encara el rol preponderante en las salidas de cubanos al exterior, cómo resultado de la agudización de las contradicciones con la metrópoli española.
Antes del primero de enero de 1959, la emigración permanente y temporal de ciudadanos cubanos hacia los EEUU, sin ser estimulada políticamente, era relativamente alta en comparación con la del resto de los países del área de Centroamérica y el Caribe. Entre los años 1950-1958, alrededor de 65 200 cubanos fueron admitidos en los EEUU como inmigrantes permanentes, más que todos los provenientes de países de Centroamérica y equivalentes al 53 por ciento de los del Caribe. Sólo en 1956 emigraron hacia ese país 15 000 cubanos.
También el número de visitantes temporales era considerablemente alto en esos años. Durante 1958 viajaron con visa temporal a los EEUU más de 72 600 cubanos. Con posterioridad al triunfo revolucionario, la política migratoria de los EEUU hacia Cuba ha estado encaminada a estimular la emigración, tanto legal como ilegal, y se ha convertido en un importante instrumento de la política hostil del Gobierno norteamericano, dirigido a crearle a Cuba dificultades tanto internas como también en el plano internacional.
El tema migratorio entre Cuba y Estados Unidos constituyó desde el triunfo de la revolución uno de los principales elementos de posibles puntos de contacto lo cual derivó en el arribo de acuerdos entre los dos países desde el primero de enero de 1959. En la primera oleada de emigrantes cubanos después del triunfo revolucionario, 1959 -1962, integrada por aquellos vinculados directamente en el plano político, militar y económico con la dictadura de Fulgencio Batista, y por sectores prominentes relacionados con el capital norteamericano emigran más de 274 000 personas. De estos una parte de los primeros 70 000, lo hacen prácticamente sin mediar trámites migratorios. Tenemos que aclarar que dentro de estas cifras, Sagua la Grande aportó números significativos, pues ante las primeras medidas revolucionarias muchos propietarios de la localidad abandonaron el país.
El triunfo de la Revolución Cubana marca una ruptura de los componente migratorios tradicionales, cobrando protagonismo los elementos políticos y económicos motivados por la propia evolución del proceso de la Isla, sobre todo aquellos relativos a la contradicción entre los Estados Unidos y Cuba, a la vez, que se produce una diversificación de los países receptores de emigrantes cubanos.
En 1962, en aras de derrocar el sistema social cubano, es firmado por parte del presidente de turno (Kennedy) la Ley Pública 87-510, conocida como Acta de Asistencia a la Migración y los Refugiados del Hemisferio Occidental, dirigida fundamentalmente a canalizar la emigración desde Cuba. Con esta Ley se pretende hacer ver que todos los cubanos que intentan emigrar lo hacen porque son perseguidos por sus "opiniones políticas contrarias al régimen", a la vez que se hace de la emigración de cubanos hacia los EEUU un problema de "seguridad nacional". A través de esta Ley se crearon condiciones financieras especiales para apoyar a los inmigrantes cubanos.
Después de la "Crisis de Octubre", el Gobierno de los EEUU incrementó su ofensiva para incentivar las salidas ilegales desde la isla a cualquier precio, a la vez que se limitaron en extremo las posibilidades a la emigración legal.
Entre 1960 y 1962 se registra en el país un salto en el saldo migratorio externos en forma negativa cuya la tasa se elevó a  – 8.9, – 9.5 y – 9.1 por mil habitante respectivamente.
En noviembre de 1965 se firmó el Acta de Inmigración y Nacionalidad, que significó un cambio sustancial de la política migratoria de los EE.UU. Por medio de esta ley, el tema de la migración cubana se analiza de forma diferente a como se había hecho hasta ese momento. Se creó una Comisión Selecta sobre la Inmigración para el Hemisferio Occidental, entre cuyas tareas estaba el análisis de las leyes de los EEUU sobre la inmigración desde este hemisferio y el reajuste del status de los "refugiados" cubanos. Resulta imprescindible realizar este análisis nacional para comprender la emigración de sagüeros hasta ese país, pues en cada una de las etapas el territorio ha tenido sus peculiaridades al constituir una vía factible para la emigración marítima.
En el año 1988 la Fundación Nacional Cubana-Americana firmó un "pacto migratorio" con la Administración Reagan, conocido como "Programa Éxodo", mediante el cual se permitía la inmigración a los EEUU de unos 1 500 cubanos residentes en terceros países que hubieran salido de Cuba antes del 01/01/89. El pacto establece que esos cubanos no podrán recibir ayuda gubernamental.
En junio de 1990 se inicia una nueva ronda de conversaciones migratorias entre Cuba y los EEUU.
En agosto de 1994 se produjo la llamada "crisis de los balseros". Aprovechando la difícil situación económica por la que atravesaba el país tras la desintegración del campo socialista y la acumulación de descontento entre los que querían emigrar a los EEUU, debido a que las autoridades norteamericanas entregaban de manera muy restrictiva las visas de inmigrantes, mientras que aceptaban a todos los que lograban llegar de forma ilegal a su territorio. En ese año desde el poblado costero de Isabela de Sagua se lanzaron al mar centenares de sagüeros, muchos llegaron directamente a las costas norteamericanas, otros fueron rescatados en alta mar por organizaciones independientes y gubernamentales de ese país y un grupo importante de sagüeros fueron trasladados hasta la Base Naval de Guantánamo y Panamá en espera de formalizar su situación legal, de ellos un importante grupo fue deportado hacia Cuba y otros permanecieron meses en aquellas instalaciones hasta que finalmente cumplieron su objetivo. Más de 30 mil "balseros" abandonaron Cuba en el verano de 1994, de ellos cerca de mil fueron sagüeros.
“… yo me iba con mi esposo y mi niña de 7 años. Nos fuimos para Isabela y después de tratar sin suerte de pagarle a los dueños de dos balsas grandes que salieron, logramos que por 5 mil dólares por los tres, otro dueño de una balsa nos montara. Íbamos como 30 personas apretadas en aquel invento de tablas, tubos y gomas de camión y por suerte cuando ya estábamos como a 15 millas de Cuba un barco americano nos recogió, porque pensé que no hacíamos el cuento. Después nos llevaron para la base de Guantánamo y allí estuvimos retenidos 5 meses hasta que una tía que yo tenía en los Estados Unidos hizo la gestión y nos sacó de allí…” Entrevista a Sandra, sagüera que lleva 15 años viviendo en los Estados Unidos.  Ofrecida para el espacio radial “El olor de mi tierra”.
“… yo lo intenté más de 15 veces, me metí en el fango y mangle hasta el pecho tratando de seguir a los grupos que tenían planificadas las salidas. Me cogieron 5 veces, 2 de ellas no me quisieron montar y las otras la lancha nunca llegó. La última vez me fui embarazada con 6 meses y uno de los dueños de la lancha dejó que me montara con la condición de que mi marido le pagara allá, cuando llegue pase varias semanas curándome las lesiones que me hice con el mangle en los pies y aún las marcas me recuerdan aquel día…”Entrevista a Adela, sagüera que vivió 2 años en los Estados Unidos y actualmente vive en Italia. Ofrecida para el espacio radial “El olor de mi tierra”.
 De los acontecimientos de agosto del 94 quedaba pendiente un tema, la situación de las personas recluidas en Guantánamo y Panamá. De ahí que se realizaran nuevas conversaciones y el 2 de mayo de 1995 se diera a conocer la firma de una ampliación de los Acuerdos, que incluía la admisión paulatina en Estados Unidos de estos cubanos.
Se descuentan 5 000 anualmente de la cifra de 20, 000 visas estipuladas en el Acuerdo, hasta completar la cifra de balseros que estaban en esta situación y serian admitidos en territorio norteamericano.
 Los deportados y muchos otros que se les sumaron en los años siguientes, continuaron insistiendo en salir del territorio y los manglares isabelinos resultaban verdaderas terminales marítimas donde llegaban lanchas dedicadas al tráfico de personas, para recoger a decenas por vez, que después de incontables intentos frustrados por las tropas Guardafronteras, por las inclemencias del tiempo o por los azares de la vida, cumplían definitivamente su sueño. De ellos Sagua la Grande sufre la pérdida de muchos hijos que el mar no les perdonó el intento.
“… aún recuerdo como tuve que nadar casi 5 millas después que una ola partiera a la mitad el barco donde íbamos. Solo supe que de los 76 que iban conmigo nos salvamos dos, que por suerte éramos buenos nadadores y permanecimos 12 días escondidos en un cayo hasta que otra lancha nos rescató…” Entrevista a Pedro, sagüero que lleva 17 años viviendo en los Estados Unidos. Ofrecida para el espacio radial “El olor de mi tierra”
Delegaciones de Cuba y los EEUU emitieron una Declaración Conjunta, como nuevo acuerdo complementario al de septiembre de 1994, en que se establecieron los siguientes compromisos: dar solución al problema de los ilegales cubanos en la Base Naval de Guantánamo mediante la aceptación mutua de que ingresarán en los EU; devolución a Cuba de los emigrantes ilegales cubanos que sean interceptados en alta mar por las autoridades de los EEUU, o que entren ilegalmente en la Base Naval de Guantánamo, con el compromiso de que no se adopten represalias contra ellos al regreso a su lugar de residencia en Cuba; regreso a Cuba de los ciudadanos cubanos internados en la Base Naval de Guantánamo y que el gobierno de los EEUU considera "inadmisibles". Ambas partes reafirmaron el compromiso de tomar medidas para impedir las salidas peligrosas de Cuba que puedan significar un riesgo de pérdidas de vidas humanas, y de oponerse a los actos de violencia asociados a la emigración ilegal.
A partir de la emisión de la Declaración Conjunta del 95, se efectuaron en los años 90 otras 7 rondas de Conversaciones Migratorias entre delegaciones de Cuba y los EEUU (17 y 18 julio/95 en La Habana; 27 y 28 nov./95 en Nueva York; 4 y 5 dic./96 en La Habana; 16 y 17 julio/97 en Nueva York; 2 dic./97 en La Habana; 30 junio/98 en Nueva York y, la última, el 4 dic./98 en La Habana). En todas ellas se seguió chequeando el cumplimiento de los acuerdos alcanzados en este terreno.
La emigración cubana ha evidenciado históricamente un carácter multicausal; estudios sobre el tema han demostrado que el flujo migratorio externo de los últimos 30 años del siglo XX ha estado marcado por un especial contenido social, en el que las raíces sociodemográficas, económicas y estructurales tienen definidas la presencia de los dos polos de este proceso: la sociedad emisora y el principal país receptor, los Estados Unidos.
La emigración de los años de 1990 a 1994 abarcó a más de 105 mil personas las cuales tuvo como receptores a diferentes países, principalmente los Estados Unidos con aproximadamente las tres cuartas partes. La mayor concentración se dio en los años de 1993 y 1994 con cerca del 60% del total y un índice de crecimiento de dos veces y medias en 1993 y cinco veces en 1994 con respecto a 1990, convirtiéndose así el flujo de estos años el cuarto por su número después del triunfo de la revolución y en el primero cuya composición, de acuerdo a la vía de salida, es la ilegal.
Las motivaciones fundamentales de estas salidas ilegales han sido fundamentalmente económicas, la reunificación familiar y en cierta medida, la pérdida de confianza en el proyecto social de la Revolución. En estos años, la emigración de estuvo compuesta principalmente por personas jóvenes cuya edad oscilaba alrededor de los 30 años con absoluta predominancia del sexo masculino.
La provincia Villa Clara, al término del año 2005 presentaba un saldo migratorio externo negativo de -2.99 como resultado de una mayor cantidad de emigrantes que inmigrantes. Sagua la Grande, municipio costero, que por sus características y posición geográfica tiene una mayor incidencia las salidas ilegales y tráfico de personas en el país presenta en el año 2005 el mayor saldo negativo de emigración externa en la provincia de Villa Clara con -4.76.
Por otra parte, las dos terceras partes de los emigrantes de retorno tomaron como países receptores a Alemania, España, Rusia, México, Italia y Chile, mientras que los emigrantes por vía de no regreso al salir por visa temporal se concentraban en seis países: Estados Unidos con el 65.4% del total y España, México, Rusia y Canadá que abarcaron en su conjunto una parte significativa de los emigrantes que utilizaron esta vía. Finalmente, en el caso de los que salieron por vía legal, lo hicieron mayoritariamente hacia Estados Unidos, aunque existe una mayor diversidad con relación a períodos anteriores, sobre todo hacia países latinoamericanos y España.
Algunos elementos facilitadores en la emigración de los sagüeros:
•    Municipio por su condición geográfica altamente vulnerable a la propaganda  externa.
•    Alto número de personas viviendo en el exterior desde la mitad del siglo XX que generan un estado de opinión que propicia el deseo de emigrar.
•    Socialmente crece en las nuevas generaciones el culto al consumismo, algo que  entra en contradicción con las posibilidades reales de hoy.
•    El deterioro social, económico y de infraestructura del municipio en los últimos 50 años, en contradicción con el crecimiento permanente desde su misma fundación.
El proceso migratorio cubano ha estado en estrecha relación con el proceder del gobierno de este país hacia Cuba desde el triunfo de la Revolución. La política migratoria de los Estados Unidos ha respondido tradicionalmente a los intereses de su política exterior en general, la aplicación de la teoría de la “olla de presión” ha estado siempre presente, determinando que la emigración de ciudadanos cubanos se produzca a saltos, por ciclos, marcando momentos trascendentales, como Camarioca en 1965, Mariel en 1980 y los balseros en 1994. En todos los casos de Sagua la Grande han partido un número significativo de personas.
En el período que se analiza desde el 1995-2006, los saldos migratorios externos que se observan de la provincia Villa Clara son negativos, los movimientos de grupos poblaciones se han producido más hacia fuera de la provincia. Sagua la Grande presenta un comportamiento parecido con saldos externos negativos observándose que en el período comprendido de 1995-1997, los saldos se encontraban por debajo del comportamiento de la provincia, sin embargo a partir del año 1998 los saldos se manifiestan muy por encima. A partir del año 1998 Sagua la Grande comienza un aumento de su saldo migratorio externo con -3.2 por cada mil habitantes, lo que representó la salida de196 personas hacia el exterior. En el año 1999 de 2350 personas que emigraron de Villa Clara hacia el exterior el 11.78 por ciento pertenecían al municipio de Sagua la Grande.
Otro saldo que marca la emigración de Sagua la Grande hacia otras naciones con una fuerte tendencia hacia los Estados Unidos, fue en el año 2002 con un saldo de -4.6 por cada mil habitantes que representó el 11.04 por ciento del saldo migratorio externo de Villa Clara. En el año 2005 este indicador se comportó como el más alto de los últimos 10 años, al ascender a un saldo de -4.76 por cada mil habitantes, representando el 7.73 por ciento del total de emigrantes de Villa Clara, el cual se comportó como el mayor de los últimos años. 
En la proyección del tema migratorio entre Estados Unidos y Cuba, cada uno de los elementos apuntados, ocupa un espacio singular. Todos deben ser tomados en consideración y ponderados convenientemente.
La historia, actualidad y tendencias futuras de la inmigración en Estados Unidos, como principal país de inmigrantes en el mundo, indica rasgos contradictorios. Sus exponentes máximos son tanto las formas de control de la inmigración, legal e indocumentada, así como el crecimiento demográfico de las llamadas minorías en la sociedad estadounidense. El caso hispano es el más evidente, donde la minoría de origen cubano, si bien no ocupa un espacio importante en cuanto a cifras se refiere, representa una fuerza de consideración. La existencia del enclave del sur de la Florida, y sus formas de inserción en el sistema político norteamericano, la tipifican.
La relación migratoria entre Estados Unidos y Cuba, pareciera que se proyecta en el recién iniciado siglo XXI, con la reproducción de varios de sus patrones históricos y el posible cambio de otros, en tanto se modifique o no la dinámica del diferendo bilateral entre los dos países. El impacto de este proceso es definitorio en el cambio de las tendencias y las relaciones migratorias entre ambos.
Coyunturalmente pueden ocurrir procesos internos en los escenarios de los dos países, que alteren y lleguen a modificar algunos de los componentes del problema migratorio.
En Estados Unidos por ejemplo, el endurecimiento de las medidas contra los inmigrantes ilegales y en general un mayor control inmigratorio.
En Cuba, la continuación del proceso de flexibilización de la política migratoria y de su política hacia la emigración; llegará a revertir la tendencia de una emigración definitiva a otras formas de relaciones migratorias, beneficiosas tanto para la nación, como para sus ciudadanos. Los resultados del proceso de reanimación económica y social tanto de zonas neurálgicas, como del país en general, intervienen decisivamente.

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