Resumen tomado de artículo de Jorge Garrido sobre su libro "La historia oculta de los Picassos negros"
Esta es una historia que nadie quiere contar por razones aún inexplicables. Es una historia excitante, peligrosa, acerca de la vida de los Picassos en Cuba. La suerte de un hombre furtivo durante un siglo, una gran tragedia de amor, una fortuna perdida, un manuscrito oculto, una familia extraviada y decenas de tumbas desaparecidas. Y lo más sospechoso: los vínculos secretos de Pablo Picasso con todos estos hechos oscuros. Este es un libro de misterios. Porque los misterios de esta obra, cuando se esclarecen, conducen a nuevos pasadizos oscuros. Y así, sucesivamente, se vuelven interminables, hasta atraparte en un laberinto. Hoy, Pablo Picasso, el genio de la pintura moderna, acaso el más famoso de todos, sigue siendo el pintor más caro del mundo, un cuadro suyo se vende por 100 millones de dólares, se han publicado más de 500 libros diferentes acerca de su vida y su obra, y es el artista más difundido en Internet, aunque hace 30 años que está muerto. Quiere decir aún es un fantasma. A este hombre, muchos lo adoran, otros lo odian, y una buena parte de la humanidad no ha llegado a explicarse aún el sentido de sus imágenes, ni por qué revolucionó la pintura de esa manera y rompió sus formas externas. Seres cercanos a él lo culpan de suicidios y muertes inexplicables, y sus mujeres —antiguas musas de los períodos azul, rosa, negro, cubista, surrealista y de cualquier color y tendencia probables— lo veneran o abominan. Sin embargo, la mayoría ignora que este Dios del arte está asociado en un algún punto enigmático con la Isla de Cuba y con Sagua la Grande. Existe lo que se ha dado en llamar la conexión cubana de Pablo Picasso. Y no conocen lo que hay detrás de este enlace oculto porque el misterio de esta asociación ha quedado hundido en el silencio durante decenas de años. Los misterios de esta historia no comenzaron con Pablo Picasso, sino que se remontan incluso a cerca de 1780, y sus hechos iniciales resultan ajenos al propio pintor, quien naciera en 1881 y muriera en 1973. Esta historia enigmática no se inició en París, donde viviera y falleciera el artista, ni tampoco en España donde naciera y transcurriera su primera juventud. Esta historia comienza —cien años antes de que naciera Picasso— en un punto desolado de la Isla de Cuba: una hacienda olvidada de Sagua la Grande atravesada por un hermoso río del mismo nombre y muy cerca de una bella costa: Isabela de Sagua. Y la parte final de la trama, precisamente donde se pierden todas las pistas, transcurre en otro sitio fastuoso: la ciudad de Cienfuegos, al sur de la Isla, fundada hace casi dos siglos por franceses, y a los pies de una hermosa bahía, la más tranquila y sugestiva de todas. Alguien vivo aún afirma que el artista realizó un viaje secreto a Cuba a buscar los rastros muy ocultos de los primeros Picassos. Sin embargo, los biógrafos del gran pintor ponen en entredicho esta posibilidad, y alguno asegura resuelto que fue imposible este viaje. Pero la leyenda siempre ha de tener una parte de la verdad y nadie puede negarles a los habitantes de Sagua la Grande que hayan visto y sigan viendo el fantasma de Pablo Picasso atravesar sus callejuelas. Los secretos de esta leyenda acerca de la suerte corrida en por los Picassos cubanos y especialmente sobre el destino final del abuelo de Pablo Picasso, nombrado Francisco Picasso Guardeño, quien vivió, murió y está enterrado en una tumba desolada del cementerio de Reina de Cienfuegos, se desdoblaron a lo largo del tiempo como un incomprensible conflicto hasta convertirse, con el correr de los años, en una conspiración que se ha extendido hasta nuestros días y que aún no ha concluido. Esas acciones que formaron parte de un gran complot obligaron a organizar a través del tiempo otro mayor complot para que la verdad permaneciera celosamente escondida hasta hoy: el complot del gran silencio. Era preciso que todos los que iban conociendo los hechos, o parte de ellos, se callaran para siempre, no importa que tropezaran con la verdad de manera accidental o intencional. Lo peor es que todos se sumaron, de una forma o de otra, al mutismo y nadie sabe la razón de que obedecieran a ese designio. Tampoco se conoce exactamente quiénes se han encargado de hacerlo cumplir hasta hoy. De hecho, muchas personas se iban involucrando en esa historia tenebrosa, aunque no lo quisieran. Pablo Picasso debió haber sido uno de ellos. Una de sus víctimas. Lo peor es que muchas otras personas se siguen implicando con sus ocultaciones hasta nuestros días sin que nadie pueda evitarlo. Yo también caí en la trampa. Me sentí atraído por sus misterios y rápidamente sentí la tentación de investigar la historia a fondo y paralelamente escribirla. De esta forma fui organizando un libro basado en el copioso material reunido durante tres años de fatigosa y apasionada investigación: miles de legajos, cartas, manuscritos, actas de aduana, fe de bautismo, órdenes de enterramientos, testamentos, actas de matrimonio, confesiones, atestados, partidas y poderes generalísimos. Llegué a conocer, palmo a palmo, todas las tumbas del Cementerio de Sagua la Grande, donde se encuentra enterrada una larga lista de Picassos y a registrar todos los nombres posibles que pudieran asociarse con los trágicos sucesos. Leí y releí enormes volúmenes en el Archivo Nacional de Cuba y en los registros de iglesias, cementerios, oficinas públicas y aduanas de varias ciudades del país. Debieron ser varias decenas de miles de páginas. Llegué a sentir que alguien estaba rondándome cerca, con negras intenciones, por lo cual hurgaba con premura y al mismo tiempo escribía con urgencia, como si tuviera que entregar ese mismo día el material escrito al jefe de redacción de un diario. Y así lo hice durante tres años fugaces y tormentosos en los cuales dormía la mitad de la noche y hacía cualquier cosa para mantenerme vivo, solo faltó una pieza, papel que de fe de toda la madeja familiar relacionada con el artista. Una persona en la ciudad de Sagua la Grande me confesó antes de morir: “es mejor para tranquilidad de todos que ese papel nunca aparezca”.Después de haber husmeado tantos expedientes y analizado todos los hechos hasta en sus mínimos detalles, pudiera rescribir al pie de la letra ese documento raramente perdido. Sospecho que me lo sé de memoria, aunque nunca lo he visto. Lo importante es que todo lo que se cuenta en esta obra ocurrió o pudo haber ocurrido de manera muy parecida a como se relata, según dictan o sugieren los viejos manuscritos. Después de publicar todo lo recopilado, lo peor que puede suceder me lo dijo un amigo: “Lo más probable es que nunca puedas revelar toda la verdad y no haya más remedio de que reserves algunos de sus misterios dentro de ti y vivas con sus fantasmas para siempre a tu alrededor”.
El volumen, con el título provisional "La historia oculta de los Picassos negros", ya está en manos de una editorial española, dijeron a EFE sus autores, Ramón Picasso Alfonso, bisnieto de Francisco, y el periodista Jorge Garrido Alvarez.
Muy pronto publicaremos en este mismo sitio el testimonio de los Picasso que hoy viven aquí en Sagua la Grande.
Esta es una historia que nadie quiere contar por razones aún inexplicables. Es una historia excitante, peligrosa, acerca de la vida de los Picassos en Cuba. La suerte de un hombre furtivo durante un siglo, una gran tragedia de amor, una fortuna perdida, un manuscrito oculto, una familia extraviada y decenas de tumbas desaparecidas. Y lo más sospechoso: los vínculos secretos de Pablo Picasso con todos estos hechos oscuros. Este es un libro de misterios. Porque los misterios de esta obra, cuando se esclarecen, conducen a nuevos pasadizos oscuros. Y así, sucesivamente, se vuelven interminables, hasta atraparte en un laberinto. Hoy, Pablo Picasso, el genio de la pintura moderna, acaso el más famoso de todos, sigue siendo el pintor más caro del mundo, un cuadro suyo se vende por 100 millones de dólares, se han publicado más de 500 libros diferentes acerca de su vida y su obra, y es el artista más difundido en Internet, aunque hace 30 años que está muerto. Quiere decir aún es un fantasma. A este hombre, muchos lo adoran, otros lo odian, y una buena parte de la humanidad no ha llegado a explicarse aún el sentido de sus imágenes, ni por qué revolucionó la pintura de esa manera y rompió sus formas externas. Seres cercanos a él lo culpan de suicidios y muertes inexplicables, y sus mujeres —antiguas musas de los períodos azul, rosa, negro, cubista, surrealista y de cualquier color y tendencia probables— lo veneran o abominan. Sin embargo, la mayoría ignora que este Dios del arte está asociado en un algún punto enigmático con la Isla de Cuba y con Sagua la Grande. Existe lo que se ha dado en llamar la conexión cubana de Pablo Picasso. Y no conocen lo que hay detrás de este enlace oculto porque el misterio de esta asociación ha quedado hundido en el silencio durante decenas de años. Los misterios de esta historia no comenzaron con Pablo Picasso, sino que se remontan incluso a cerca de 1780, y sus hechos iniciales resultan ajenos al propio pintor, quien naciera en 1881 y muriera en 1973. Esta historia enigmática no se inició en París, donde viviera y falleciera el artista, ni tampoco en España donde naciera y transcurriera su primera juventud. Esta historia comienza —cien años antes de que naciera Picasso— en un punto desolado de la Isla de Cuba: una hacienda olvidada de Sagua la Grande atravesada por un hermoso río del mismo nombre y muy cerca de una bella costa: Isabela de Sagua. Y la parte final de la trama, precisamente donde se pierden todas las pistas, transcurre en otro sitio fastuoso: la ciudad de Cienfuegos, al sur de la Isla, fundada hace casi dos siglos por franceses, y a los pies de una hermosa bahía, la más tranquila y sugestiva de todas. Alguien vivo aún afirma que el artista realizó un viaje secreto a Cuba a buscar los rastros muy ocultos de los primeros Picassos. Sin embargo, los biógrafos del gran pintor ponen en entredicho esta posibilidad, y alguno asegura resuelto que fue imposible este viaje. Pero la leyenda siempre ha de tener una parte de la verdad y nadie puede negarles a los habitantes de Sagua la Grande que hayan visto y sigan viendo el fantasma de Pablo Picasso atravesar sus callejuelas. Los secretos de esta leyenda acerca de la suerte corrida en por los Picassos cubanos y especialmente sobre el destino final del abuelo de Pablo Picasso, nombrado Francisco Picasso Guardeño, quien vivió, murió y está enterrado en una tumba desolada del cementerio de Reina de Cienfuegos, se desdoblaron a lo largo del tiempo como un incomprensible conflicto hasta convertirse, con el correr de los años, en una conspiración que se ha extendido hasta nuestros días y que aún no ha concluido. Esas acciones que formaron parte de un gran complot obligaron a organizar a través del tiempo otro mayor complot para que la verdad permaneciera celosamente escondida hasta hoy: el complot del gran silencio. Era preciso que todos los que iban conociendo los hechos, o parte de ellos, se callaran para siempre, no importa que tropezaran con la verdad de manera accidental o intencional. Lo peor es que todos se sumaron, de una forma o de otra, al mutismo y nadie sabe la razón de que obedecieran a ese designio. Tampoco se conoce exactamente quiénes se han encargado de hacerlo cumplir hasta hoy. De hecho, muchas personas se iban involucrando en esa historia tenebrosa, aunque no lo quisieran. Pablo Picasso debió haber sido uno de ellos. Una de sus víctimas. Lo peor es que muchas otras personas se siguen implicando con sus ocultaciones hasta nuestros días sin que nadie pueda evitarlo. Yo también caí en la trampa. Me sentí atraído por sus misterios y rápidamente sentí la tentación de investigar la historia a fondo y paralelamente escribirla. De esta forma fui organizando un libro basado en el copioso material reunido durante tres años de fatigosa y apasionada investigación: miles de legajos, cartas, manuscritos, actas de aduana, fe de bautismo, órdenes de enterramientos, testamentos, actas de matrimonio, confesiones, atestados, partidas y poderes generalísimos. Llegué a conocer, palmo a palmo, todas las tumbas del Cementerio de Sagua la Grande, donde se encuentra enterrada una larga lista de Picassos y a registrar todos los nombres posibles que pudieran asociarse con los trágicos sucesos. Leí y releí enormes volúmenes en el Archivo Nacional de Cuba y en los registros de iglesias, cementerios, oficinas públicas y aduanas de varias ciudades del país. Debieron ser varias decenas de miles de páginas. Llegué a sentir que alguien estaba rondándome cerca, con negras intenciones, por lo cual hurgaba con premura y al mismo tiempo escribía con urgencia, como si tuviera que entregar ese mismo día el material escrito al jefe de redacción de un diario. Y así lo hice durante tres años fugaces y tormentosos en los cuales dormía la mitad de la noche y hacía cualquier cosa para mantenerme vivo, solo faltó una pieza, papel que de fe de toda la madeja familiar relacionada con el artista. Una persona en la ciudad de Sagua la Grande me confesó antes de morir: “es mejor para tranquilidad de todos que ese papel nunca aparezca”.Después de haber husmeado tantos expedientes y analizado todos los hechos hasta en sus mínimos detalles, pudiera rescribir al pie de la letra ese documento raramente perdido. Sospecho que me lo sé de memoria, aunque nunca lo he visto. Lo importante es que todo lo que se cuenta en esta obra ocurrió o pudo haber ocurrido de manera muy parecida a como se relata, según dictan o sugieren los viejos manuscritos. Después de publicar todo lo recopilado, lo peor que puede suceder me lo dijo un amigo: “Lo más probable es que nunca puedas revelar toda la verdad y no haya más remedio de que reserves algunos de sus misterios dentro de ti y vivas con sus fantasmas para siempre a tu alrededor”.
El volumen, con el título provisional "La historia oculta de los Picassos negros", ya está en manos de una editorial española, dijeron a EFE sus autores, Ramón Picasso Alfonso, bisnieto de Francisco, y el periodista Jorge Garrido Alvarez.
Muy pronto publicaremos en este mismo sitio el testimonio de los Picasso que hoy viven aquí en Sagua la Grande.
1 comentario:
Una historia muy interesante, vivi parte de ella y conservo el libro.
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