jueves, 10 de noviembre de 2011

NO SOY TOLERANTE.

Por: Yoel Rivero Marín.
Acción de tolerar: Respeto y consideración hacia creencias y opiniones de los demás. Margen o diferencia que se consiente en la calidad y cantidad de una cosa.
Hablamos de tolerancia, teorizamos sobre la tolerancia universal, cuestionamos a los intolerantes, emplazamos el desenfreno intolerante del poder, pero ¿Somos tolerantes? Aún cuando me cueste, tengo que afirmar que NO SOY TOLERANTE, la sociedad no me ha criado así, mi entorno no es así, las decisiones que se toman a mi alrededor no siguen esa máxima. Vivo en un círculo de intolerancia, donde algunos pasos a favor son borrados para no dejar marcas, donde muchos pasos en revés son canonizados y preconizados por mayorías y minorías, por “Tolerantes” e “Intolerantes” .
En mi entorno social donde muchos buscan que se tolere:
- Los homosexuales no son tolerantes.
- Los heterosexuales no son tolerantes.
- Los políticos no son tolerantes.
- El creyente no es tolerante.
- El ateo no es tolerante.
- Los negros no son tolerantes.
- Los blancos no son tolerantes.
- Los mestizos no son tolerantes.
- Las leyes no son tolerantes.
- Las mujeres no son tolerantes.
- Los hombres no son tolerantes.
Los niños, me quedo con los niños, muchos de ellos aún no han aprendido a ser intolerantes. Creo que la intolerancia es una condición que llega en la tradición, en la idiosincrasia, en la historia, en la educación cotidiana. Nos criamos siendo intolerantes y vivimos siendo intolerantes con el cartelito de que: “Buscamos un ambiente más tolerante”
Saber respetar a las demás personas en su entorno, es decir en su forma de pensar, de ver las cosas, de sentir y es también saber discernir en forma cordial en lo que uno no está de acuerdo.
La tolerancia es el respeto con igualdad sin distinciones de ningún tipo. La tolerancia es aceptarse unos a otros. Debemos aceptarnos a nosotros mismos y luego aceptar y respetar a todos los demás. Aceptar a los demás como son, sin peros y sin reparos.
La tolerancia es la virtud moral y cívica que consiste en permitir la realización de acciones, preferencias y creencias que aunque no sean consideradas como lícitas, sin embargo, no son impedidas por la autoridad con poder de impedir. La innegable actitud de soportar los actos ajenos, respetando su forma de pensar, quedando en la situación de recibir lo dado.
Creo que ser tolerante es un estado ideal que se encuentra condicionado por los unos y los otros, donde si unos no hacen, los otros no rehacen.
Cuando salgo cada día por las calles de mi ciudad tropiezo una y otra vez con acciones intolerantes, con personas intolerantes, con decisiones intolerantes, me duele reconocer que tropiezo tanto en un trayecto de poco más de un kilómetro, que al llegar a mi destino mi estado de ánimo se encuentra resquebrajado. Luego llego y hago contacto con el mundo por las redes sociales y descubro que en esa cibercomunidad nada cambia y mis tropiezos continúan, si me pongo a leer noticias del mundo no entendería nunca por qué la ONU decreto hace más de 10 años el 16 de noviembre como día internacional de la Tolerancia, si cada vez somos más intolerantes. Todas las religiones en el mundo se hacen más y más intolerantes, aún cuando digan lo contrario, todos los sistemas sociales, políticos y económicos se hacen más y más intolerantes, será porque la crisis los hace cerrarse en sí mismo, todas las minorías que defienden sus derechos se hacen más intolerantes, porque al no lograr sus objetivos encuentran el otro como un oponente en ideas, conceptos y decisiones.
Sinceramente, mejor salgo de INTERNET, mundo digital hecho a imagen y semejanza de un mundo real, muy intolerante. Regreso al seno de mi familia y descubro que una prima no quiere ver a su hija ni cerquita de un negro (En Cuba no somos racistas, tal vez somos intolerantes al intercambio racial), encuentro a un tío que no admite que su hijo se siente en el sillón de barbero de un homosexual (En Cuba somos menos homofóbicos según el CNSEX, tal vez somos intolerantes a la independencia sexual), tropiezo con otro primo que no quiere tomarse una cerveza con un cubano que vive en el extranjero (En Cuba no cuestionamos a los que salen del país, tal vez somos intolerantes con los que piensan diferente), creo que es evidente, nací y crecí en una familia que padece de intolerancia, me eduqué con designios intolerantes… Conclusiones: NO SOY TOLERANTE.

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