domingo, 6 de noviembre de 2011

Medios de Comunicación Comunitarios en Cuba. Una utopía necesaria.

La sociedad cubana actual, empeñada en una actualización económica y social trascendental y decisiva, no puede ignorar el papel de los medios de comunicación en el proceso. En esta reestructuración se potencia en gran medida el desarrollo local y la flexibilización de los mecanismos para que las comunidades adquieran mayor autonomía, de esta misma forma deben verse los medios de comunicación enclavados en las comunidades, ya sea radio o Televisión.
El investigador José Ignacio López definió a los medios comunitarios como “bosques del nacionalismo” porque posibilitan que la pluralidad de nuestras sociedades siga “existiendo”. Como los bosques, constituyen el aliviadero de este mundo contaminado.
La contradicción más dañina dentro de los medios de comunicación es la homogenización y pérdida de la identidad de los sujetos. Es por ello que los medios comunitarios son los que deben trabajar para mantener vivos los valores y tradiciones propios del lugar donde se desarrollan, facilitando las relaciones intergrupales e interpersonales dentro de la comunidad.
La participación activa de los individuos en proyectos dirigidos a cambiar su entorno, es la única forma de redistribuir las cuotas de poder en la sociedad. Para que un medio comunitario posea una verdadera función liberadora debe cumplirse que la producción de estos medios sea conformada con la participación de la propia comunidad en la que se desarrolla. “Medios de comunicación popular: medios que promueven una real participación entre la gente. Que dependen sus intereses, que hablan de sus problemas e inquietudes y con su lenguaje. Medios que pueden ser realizados o utilizados por los grupos y organizaciones populares. “ (Kaplún, 1994: 18).
Para muchos autores la participación e implicación de los pobladores en el medio comunitario ha sido la única vía de lograr la apropiación del medio para la comunidad y a medida que esta los siente suyo “se va superando esa apatía y esa indiferencia. Es como una cadena. La gente participa de una forma u otra porque siente que esos medios la expresa y como siente que la expresa, participa.” (Kaplún, 2004: 201).
Según el boliviano Alfonso Gumucio (2003: 2) “es en relación que establece con su audiencia y en el proceso de participación comunitaria, que se justifica la razón de ser una experiencia de comunicación comunitaria. En la instancia, no importa cómo haya surgido la iniciativa, mientras exista un proceso de apropiación comunitaria que garantice su autonomía y la independencia de su proyecto político y comunicacional”, por lo tanto mediante la participación se logra que el medio comunitario sea funcional a la dinámica social en la que se desarrolla, lo que garantizará el éxito.
“Los medios comunitarios están comprometidos con los enfoques de los derechos humanos, justicia social y sostenibilidad para el desarrollo, y son controlados y pertenecen a las mismas comunidades” (Buckley y Van Oeyin, 2003: 9). Los medios comunitarios no tratan a los sujetos como consumidores pasivos sino que los empodera.
Para lograr una real apropiación e implicación de la comunidad, es necesario plasmar en los proyectos la identidad de los sujetos que los ejecutan. Según el especialista Carlos Rodríguez Brandẫo es pertinente interrogarse acerca de las formas y redes de participación ya existentes, lo que nos llevará a preguntarnos acerca del modo de producción del saber por parte de los sectores populares. Importa conocer cómo las personas viven la experiencia colectiva de producir saber, participación y poder. (Rodríguez Brandao, 1996: 112).
Lo que sí está claro es que los medios comunitarios son los que deben trabajar para mantener vivos los valores y tradiciones propios del lugar donde se desarrollan, facilitando las relaciones intergrupales e interpersonales dentro de la comunidad. Respondiendo, claro está, al proceso político e ideológico de nuestro país.
¿Cómo lograr que los medios de comunicación enclavados en la comunidad contribuyan eficaz y eficientemente al autodesarrollo local? La respuesta de esta interrogante debe constituir una prioridad, no solo de los medios de comunicación, sino de los poderes locales en su ejercicio cotidiano, así como también de las organizaciones políticas y de masas (PCC, UJC, CDR, FMC).
En los momentos actuales donde los medios de comunicación municipales se convierten en el eslabón más débil de la cadena informativa del país, la dirección de la Radio y la Televisión debe hacer esfuerzos indescriptibles para mantenerlos en el aire. Insertar a estos medios en los proyectos de autodesarrollo local, creando un “aseguramiento mixto” de los mismos, trazando “políticas y estrategias mixtas” entre las posibilidades económicas y los intereses y necesidades locales y nacionales, son alternativas perfectamente válidas para garantizar su sostenibilidad y mantener su innegable aporte a toda la comunidad.
En estos momentos los Medios de Comunicación locales en Cuba no son comunitarios ni en su génesis ni en su desarrollo, algo que daña, no solo a los medios, sino de forma fundamental a la Comunidad donde se encuentran estos enclavados.
Descubrir las capacidades “ocultas” de las personas y potenciar liderazgos, es la vocación social de estos medios. Sin embargo, otros proyectos se hacen llamar medios comunitarios y no tienen como principio básico dicha evocación social, la que es necesaria en todo proyecto liberador. Los tiempos son de cambios y de reconocimiento. Alentamos a que otros soñadores como nosotros emprendan su pedazo de camino en esta dirección, porque no puede agotarse ahí el tema de los medios de comunicación comunitarios en Cuba, los mismos se encuentran en plena evolución con las circunstancias actuales.

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