Tema: La fundación de Sagua II
Especialista: Raúl Villavicencio Finalé
Los sagüeros de todos los tiempos deberán agradecer eternamente a Don Juan Caballero el tesón y la constancia que mostró en fundar un pueblo desde el mismo momento en que con toda su familia se estableció en este punto geográfico en 1806. Solo él, apasionado por esa idea, llevó a cabo la repartición de pequeñas parcelas para atraer a nuevos pobladores, infundiendo un incipiente sentido urbanístico a aquel desordenado caserío que encontró a su llegada, para proyectarlo con ese acto hacia el futuro. A él se debe también la iniciativa de gestionar el permiso ante las más altas autoridades eclesiásticas de la Colonia para construir la ermita y organizar el acto fundacional en el lugar escogido de antemano.
El lugar era el más apropiado para ello pues ocupaba la parte más elevada de la margen izquierda del río, a salvo de sus peligrosas crecidas. Era además la parte más céntrica del naciente caserío, lugar donde ya se conformaba la importante plaza del mercado, hoy Parque de la Independencia. De ahí nacía también el camino que conducía a la aguada del río, la cual abastecía de agua potable a todos habitantes del caserío.
Ese mismo camino, cruzando el río por la aguada y subiendo un leve declive, conectaba con los pobladores que se habían asentado en la margen opuesta y enrumbando a la derecha conducía hacia Santa Clara, centro político-administrativo del cual dependía Sagua por entonces.
Ese núcleo poblacional inicial influiría posteriormente sobre todas las tendencias del crecimiento urbano surgidas al calor del desarrollo económico, político y social ascendente del poblado.
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