miércoles, 13 de agosto de 2008

Raúl Villavicencio Finalé: “Si tuviera más de una vida también la entregaba a Sagua la Grande”.

Escribe: Yoel Rivero Marín.

“… la aventura, bueno es que se sepa, no elige lugares ni tiempos,
Por más prosaicos y banales que sean o parezcan”.
José Saramago

Sagua la Grande vive orgullosa de sus calles, de su gente, de su historia, sobre todo de su historia y a ella se ha dedicado por entero un hombre que ostenta el merecido título de Historiador de la Villa de la Purísima Concepción de Sagua la Grande. Raúl Villavicencio Finalé. Profesor de esta asignatura desde muy joven, en el año 1986 comienza a dirigir el museo polivalente de la ciudad y en él se dio a la tarea de rescatar una parte importante del pasado del municipio y desarrolló, como nunca antes, la investigación arqueológica.
En busca de un sueño encontró en la región centro norte de Cuba un mundo desconocido para esta ciencia en el país y un potencial arqueológico que es hoy uno de los más grandes de la isla. En sus trabajos creó el grupo espeleoarqueológico “Delta” y del bosque hizo un aula, educó a un grupo de jóvenes que son hoy investigadores de alto nivel en esta ciencia. En 1992 el grupo recorrió desde su nacimiento hasta la ciudad el Río Sagua la Grande en sólo 8 días, lo cual constituyó la única vez que se ha realizado tal hazaña.
Dentro de las investigaciones de Raúl Villavicencio la polémica de mayor trascendencia es el hallazgo de las hachas de mano, una manifestación extraña de la población aborigen en el archipiélago cubano, las cuáles se han encontrado dispersas en casi toda la región centro norte de Cuba. Además los investigadores del municipio liderados por el Villa han encontrado varios sitios donde claramente se pueden determinar asociaciones de herramientas primitivas con huesos de diferentes animales, fechados hasta en 30 mil años de antigüedad, lo que pudiera cambiar todo lo escrito sobre el aborigen en la historia de Cuba. Las polémicas desatas alrededor de estas investigaciones han adquirido carácter internacional con la presencia en el municipio de especialistas norteamericanos y alemanes que en más de una ocasión han hecho aportes importantes al trabajo de Raúl, quien es hoy candidato a Doctor en Ciencias e Investigador titular del CITMA.

Como Quijote en pleno siglo XXI sigue enfrentando molinos y luchando, a sus 56 años de edad, por una ciudad que atesora un pasado espléndido y gran parte de él está en nuestras manos. Hoy cuando las presentes generaciones tienen como un reto el recuerdo, él está ahí alzando su voz, dando el ejemplo, creando conciencia, educando y recordando a su gente que nos hemos ganado un lugar en la historia y cuanto lo hemos de preservar. Toca a los sagüeros de esta era mantenerlo vivo y el Villa, como lo conocen en su ciudad, en Cuba y en el Mundo, apuesta su vida en ello, convive con la historia y aún cuando no lo quiera así, forma parte de ella, se ha integrado de tal forma que el historiador se siente presente en aquel sitio aborigen en los mogotes de Jumagüa, en aquella entrada triunfal del general José Luis Robaú, en la gesta del 9 de abril de 1958. Raúl Villavicencio ya es parte de la historia de Sagua la Grande y los que vivimos aquí lo sabemos bien.

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