El tabaquero José Castelar, conocido por todos como Cueto, acaba de obtener un nuevo Récord Guinness por hacer el habano más largo del mundo, un puro de 45,38 metros elaborado con miles de hojas del mejor tabaco cubano.
El primer récord fue también de Cueto, pero tuvo que hacer uno mayor porque la competencia internacional lo superó. Con este último habano "me le fui por delante a un dominicano, radicado en Estados Unidos, que había fabricado uno de 41 metros", explica Cautelar.
Nos asegura que Cuba se merece el récord porque "el tabaco cubano es el mejor del mundo, por el clima, por la tierra, por el agua y por la manera de hacerlo". También afirma que "el buen fumador reconoce un habano cubano y una imitación".
Cueto es contrario a las campañas contra el tabaco. "Daño hace el cigarrillo", nos explica y sostiene que "el habano es un producto natural que si se fuma con prudencia no produce ningún mal y se recibe el placer de haberlo fumado".
Pensando en el fumador
Cueto es de Sagua la Grande, en el centro de la isla. "Allí había una tabaquería y cuando yo llegaba de la escuela siendo aún un niño me ponía a limpiar y así fui aprendiendo, poco a poco, los trucos del oficio. De eso hace ya más de medio siglo".
"A los 15 años ya era tabaquero oficial y comencé a trabajar en esa misma fábrica", nos cuenta y agrega que se siente orgulloso de su oficio. "Cuando estoy torciendo un habano siempre estoy pensando en el fumador, en darle lo mejor".
Cautelar le explica a BBC Mundo que "lo más importante a la hora de hacer un habano es la calidad de la hoja y después respetar la ligada que lleva, en los tantos por cientos establecidos". "De ahí parte el aroma, el sabor, que arda y que tire bien", asegura.
Pese a todo, no acepta enseñarnos a fabricar un habano. "Aquí en Cuba hay escuelas dedicadas a eso y se tarda ocho meses en formar un buen tabaquero. Sería muy difícil que ustedes puedan aprender a torcer en una hora", nos dice con una sonrisa.
Aún son muchos los que en Sagua la Grande continúan aprendiendo el oficio en la fábrica de Tabacos que aquí existe y de ellos aún tenemos mucho de qué hablar.
Tomado de BBC Mundo
Nos asegura que Cuba se merece el récord porque "el tabaco cubano es el mejor del mundo, por el clima, por la tierra, por el agua y por la manera de hacerlo". También afirma que "el buen fumador reconoce un habano cubano y una imitación".
Cueto es contrario a las campañas contra el tabaco. "Daño hace el cigarrillo", nos explica y sostiene que "el habano es un producto natural que si se fuma con prudencia no produce ningún mal y se recibe el placer de haberlo fumado".
Pensando en el fumador
Cueto es de Sagua la Grande, en el centro de la isla. "Allí había una tabaquería y cuando yo llegaba de la escuela siendo aún un niño me ponía a limpiar y así fui aprendiendo, poco a poco, los trucos del oficio. De eso hace ya más de medio siglo".
"A los 15 años ya era tabaquero oficial y comencé a trabajar en esa misma fábrica", nos cuenta y agrega que se siente orgulloso de su oficio. "Cuando estoy torciendo un habano siempre estoy pensando en el fumador, en darle lo mejor".
Cautelar le explica a BBC Mundo que "lo más importante a la hora de hacer un habano es la calidad de la hoja y después respetar la ligada que lleva, en los tantos por cientos establecidos". "De ahí parte el aroma, el sabor, que arda y que tire bien", asegura.
Pese a todo, no acepta enseñarnos a fabricar un habano. "Aquí en Cuba hay escuelas dedicadas a eso y se tarda ocho meses en formar un buen tabaquero. Sería muy difícil que ustedes puedan aprender a torcer en una hora", nos dice con una sonrisa.
Aún son muchos los que en Sagua la Grande continúan aprendiendo el oficio en la fábrica de Tabacos que aquí existe y de ellos aún tenemos mucho de qué hablar.
Tomado de BBC Mundo
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