viernes, 22 de mayo de 2009

El guajiro de Delta. La décima tiene su historia en Sagua la Grande.

Por: Lic. José Luís Pérez Machado
Uno de los cultores más populares y auténticos de las tradiciones campesinas sagueras, fue “El guajiro de Delta”.
Francisco Reynaldo Sosa nació en esta ciudad el 3 de diciembre de 1903, apenas recibió instrucción escolar, sin embargo, estaba dotado de aptitudes naturales para el repentismo, la décima y la narración oral, es decir los cuentos populares. Desarrolló estas virtudes desde temprana edad, demostrando una inteligencia natural, agilidad mental y gran humorismo guajiro.
Residió gran parte de su vida en la finca Delta, al pie del curso del río que nombra la ciudad en su trayecto hacia la desembocadura, sus vivencias como campesino, la época que le tocó vivir, los acontecimientos familiares, la campiña y su sentimiento de apego a su patria chica y a Cuba fueron el caldo de cultivo fundamental de su genuinas creaciones. En estas estampas campesinas de jocosidad sin límites manifestó un folclor picaresco, natural e intangible, con una décima directa de absoluta fidelidad a la etapa que le correspondió vivir. La siguiente décima lo confirma:
Hay quien no sabe apreciar
Lo que es un punto cubano
Y tiene cayos en la mano
De chapear y guataquear,
Y vive en un yerbazal
Donde no corre la brisa
Y a veces le causa risa
Oír cantar a un poeta
Y tiene la espalda prieta
De guataquear sin camisa.
El Guajiro de Delta fue un infatigable promotor de la música campesina, sobre todo en la radioemisora saguera CMHA “La Voz del Undoso” donde alcanzó gran audiencia y popularidad de la población, su vida que es su obra está llena de interesantes episodios y anécdotas. Este artista de pueblo constituye un ejemplo de la auténtica cultura popular en Sagua la Grande.

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