viernes, 4 de marzo de 2011

Maceo entre Céspedes y Carmen Ribalta. Sagua la Grande. Cuba

Por: Raúl Villavicencio Finalé
En el ciclo relacionado con la historia los lugares más importantes de la ciudad de Sagua la Grande, hablamos hoy del tramo de la calle Maceo entre Carmen Ribalta y Céspedes enfatizando en la encrucijada que hacen las calles de Maceo y Céspedes.
En lo que es hoy “La Isla de Cuba”, existió a fines del siglo XIX una tienda de tejidos conocida como “El Bazar Inglés”, cuyo nombre aun existe grabado en la acera. En la esquina oeste, se mantienen en pie las paredes de una vieja edificación de una sola planta que siempre fue farmacia de la cual aun se aprecia el nombre escrito en la parte superior del inmueble.
En la esquina donde hoy existe una tienda de bebidas en MLC, estuvo desde 1874 la peletería “La Americana” con un establecimiento de una sola planta hasta 1923 en que, manteniendo el mismo nombre ocupó la planta baja de un nuevo edificio de dos plan tas. Así existió hasta el triunfo de la Revolución en que se creó la Peletería “La Época”. De esta esquina hasta la de Carmen Ribalta existieron desde fines del XIX hasta la primera mitad del XX, Ropas “El siglo XX”, Peletería “El Correo de París”, otra tienda de tejidos, jun prestamista, otra tienda de ropas y confecciones y en la misma esquina Café-Hotel “El Correo”. En la misma acera pero hasta el triunfo revolucionario estuvieron, en el mismo sentido, la “Casa Rafael”, “Casa Magadán, “La Moda Elegante;, “Casa Menéndez”, “Cafetería Oquendo”, Joyería Elías” y la billetería de Dorta hoy venta de perros calientes.
En el tramo de enfrente, hoy establecimiento “Villa de París”, existió desde 1882 una tienda de ropas conocida por “Los Estados Unidos” que fue destruida por voraz incendio en los primeros años del siglo XX. A su lado existió también una armería.
En ese lugar, los hermanos Arturo y Alfredo, construyeron en 1920 el Palacio de Fernández y Hnos., también conocido como “La Villa de París”, de cuatro plantas , considerado insignia del interior del país y demasiado moderno para su época.
El resto del espacio hasta C. Ribalta lo ocupó desde 1866 la Plaza del Mercado, teniendo en su interior un conglomerado de establecimientos comerciales como cafés, baratillos, bodegas, carnicerías, fondas, restaurantes, peleterías y ventas de tabacos y cigarros. Después de su desplome en los primeros años del siglo XX, se construyó en 1946 en el mismo lugar la nueva Plaza del Mercado, con establecimientos similares a la anterior. Hoy existe allí Correos y Telégrafos.

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