lunes, 16 de mayo de 2011

La entrada al comercio de Sagua. Carmen Ribalta entre Martí y Maceo

Por: Raúl Villavicencio Finalé
Carmen Ribalta entre Martí y Maceo resulta uno de los tramos de calle emblemáticos de nuestra ciudad y desde hace muchas décadas uno de los más transitados.
Comenzando por la acera que hace esquina en el Banco Popular de Ahorro, explicar que existió en el mismo lugar, pero a fines del siglo XIX el Hotel-Restaurante “El Pasaje”, uno de los más modernos y concurridos de la época, construido con el mismo estilo de los existentes por entones en los poblados del oeste norteamericano. Este inmueble tenía el frente por Martí (Gloria) y daba su costado para Carmen Ribalta (Amistad).
En 1911 se construyó en ese mismo espacio urbano el Banco Continental, el cual se mantiene aun con el mismo uso. Al fondo del Hotel El Pasaje existió un pequeño restaurante llamado El Universal, en cuyo lugar se construyó en la década del 20 del pasado siglo una tienda de tejidos y sedería, de nombre El Telar. Desde este inmueble hasta la esquina con Maceo existe aun desde el siglo XIX un edificio cuyo uso ha sido siempre como hotel y cafetería. En el siglo XIX se le conocía como Hotel y Cafetería El recreo, en 1951 como Hotel Europa hasta los primeros años de la Revolución, además del uso que le hemos conocido en los últimos años.
Iniciando el recorrido de nuevo desde la calle Martí por la cera contraria, tenemos aun en pie desde mediados del siglo XIX, la casa natal del General y Jefe de Brigada Sagua en la Guerra del 95, José Luis Robau y López, que fue también con el transcurso del tiempo hotel, sociedad liceo, escuela y más recientemente museo histórico. En los bajos la Cafetería-Dulcería El Fornos, de Feitó y Hno., hizo época hasta los primeros años del triunfo revolucionario.
Al lado de este inmueble y debajo del mismo edificio estuvo la billetería y frutería El Paraíso de los Hnos. García, también conocida como El Gallito. Después y aun debajo del mismo edificio que viene desde la esquina, existió un local dedicado a bodega desde el siglo XIX, primero de Juan Aspiolea, después en 1935 de Juan Roque y conocida como La Mía y en 1956 como La Feria de Juan Arroyo y Carlos Huerre. Orestes Finalet, antiguo dependiente de la bodega en diferentes épocas, tuvo la amabilidad de facilitarnos fotos del interior de la misma. Frente a la misma, junto a la acera, el mártir Antonio Finalet, hermano de Orestes, tenía un puesto de frituras y empanadas.
En el espacio siguiente existió primero en el siglo XIX una farmacia muy antigua de Digna del Sol. Después, en el mismo lugar, se construyó un edificio de tres plantas, ubicándose en la inferior otra farmacia de nombre San Rafael, que tuvo diferentes dueños, siendo el último el Dr. Pérez Arriete. Hoy se mantiene con un uso similar como farmacia de medicina verde.
Desde este local hasta la esquina con Maceo existió a fines del siglo XIX un inmueble de madera y tejas en el que se instalaron dos establecimientos comerciales. Al lado de la farmacia la barbería-peluquería conocida como Salón Solís y en la misma esquina una sastrería de nombre La Gran Vía. En los años 40 del siglo XX se construyó un sólido edificio de dos plantas en cuya planta inferior se inauguró una peletería que tenía por nombre en 1956 El Mundo del español Muñiz. La misma es hoy una shopping que lleva el mismo nombre.

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