lunes, 13 de abril de 2009

La Primera Ley de Reforma Agraria en Sagua la Grande

El 17 de mayo de 1959 se dictó la Primera Ley de Reforma Agraria, medida más importante y radical de la etapa, que asestó un duro golpe al latifundio e inició la transformación de la estructura de la propiedad privada sobre la tierra. Para hacer cumplir esta ley se creó el Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA), que radicó, en el hoy Internado de Primaria Nelson Fernández y fue dirigido por el destacado revolucionario José Fuertes Jiménez; a las doce meridiano de aquel histórico día comenzó el proceso que tuvo las siguientes características.
Teniendo en cuenta la información estadística del censo agrícola de 1946, en el municipio existían 645 fincas, sólo 17 fueron intervenidas a familias como Beguiristaín, Valles, Cartaya, Benavides, Pedro Suárez y Francisco Blanco, entre otros. De ellas trece tenían una extensión que no excedía las 74, 61 caballerías solo cuatro eran grandes propiedades hasta 373,1 caballerías. Las tierras confiscadas constituían el 0,2% del total de fincas, lo que indica que no había una alta concentración de la tierra, predominaba la pequeña y mediana propiedad. A diferencia de otras regiones del país, el alcance de la Ley fue limitado en cuanto a la transformación de la gran propiedad estatal, pues se mantuvieron en manos de la mediana burguesía agraria un total de 62 fincas con una extensión desde 7,45 a 30 caballerías, que representan un 0,8% del total, si bien este porciento no es altamente significativo con respecto al total de fincas, dada la no existencia de grandes latifundios y al predominio de la pequeña propiedad, estos representaban grandes extensiones en manos privadas que mantuvieron el régimen de explotación asalariada sobre sus jornaleros y las relaciones de producción capitalista en el campo hasta 1963.
La 1ra Ley de Reforma Agraria entregó la propiedad de la tierra a quienes la trabajaban en calidad de arrendatarios, sub-arrendatarios, precaristas y aparceros.
En el municipio predominaba el arrendamiento como forma de tenencia y explotación de tierra . Los 408 arrendatarios unidos a los sub-arrendatarios, aparceros y precaristas, un total de 464 campesinos fueron beneficiados, en actos públicos recibieron sus títulos de propiedad que los liberó del pago de la renta, de todo tipo de explotación y la amenaza de desalojo. Estos se organizaron en siete Asociaciones campesino de Base, que luego se fusionaron en la ANAP.
Como resultado de la ley, una gran masa de obreros agrícolas, en su mayoría intermitentes, se liberaron de los míseros salarios, las largas jornadas y la amenaza de desempleo, de hecho se convirtieron en obreros de nuevas unidades de producción. Aunque la ley dejó en pie un considerable sector capitalista, inició la transformación de la base económica agropecuaria; las grandes fincas expropiadas fueron convertidas en: cooperativas cañeras como, Julio Laportilla Felipe, dedicada a la agricultura cañera, granjas del Pueblo: "Pablo de la Torriente Brau" y “Lino de las Mercedes", dedicados al cultivo de arroz, granos, viandas y vegetales y Fincas administradas que fueron dedicadas al cultivo cañero o viandero, según su tradición productiva.
En estas nuevas unidades de producción se realizaron los primeros intentos de la política de diversificación agrícola trazada por la Revolución; la granja del pueblo Lino de las Mercedes dedicó decenas de caballerías al cultivo del arroz en las zonas bajas de Armonía; obtuvo resultados favorables en las cosechas de 1960 y 1962 llegó a alcanzar un rendimiento de 1614 quintales por caballería. Este cultivo fue beneficiado por la construcción de la derivadora Sagua y el canal de riego Armonía, primeras obras hidráulicas realizadas en la región para el desarrollo de sistemas de riego.
Se iniciaron los planes de siembra de Soya y Pangola destinados a la producción de viandas, granos y vegetales destinados al consumo de la población.
Tomado de: Monografía histórica del Municipio de Sagua la Grande. Villa Clara
Colectivo de varios autores.

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