A pesar de los efectos causados por la guerra de 1895 y a la acción económica deformadora de los Estados Unidos, Sagua la Grande continuó siendo una plaza exportadora preponderante, su embarcadero en Isabela enviaba al extranjero durante los años iniciales de la colonia entre 1 700 000 y 2 millones de sacos de azúcar anualmente. El 40% de las mismas eran manipuladas por dos de las principales firmas de la localidad, las de Delfín Tomasino y la razón social Marcelino García Limited. Otras firmas predominantes aquí eran las Maribona San Pedro y la de Carlos Alfert. Todas estas eran a la vez importadoras de maquinarias, carbón, sacos de yute, artículos de ferretería y enseres del hogar y conjuntamente con una decena de comerciantes importadores de víveres abastecían las necesidades de las haciendas, colonias cañeras y de la red de comercio minorista.
También fue representativo en la vida económica sagüera otro estrato del sector comercial de la burguesía mucho más numeroso y especializado que los antes mencionados, eran aquellas sociedades dedicadas principalmente a la importación de un género determinado de mercancías y en menor medidas dedicadas a la exportación de productos nacionales, estos eran importadores de productos de ferretería, víveres, textiles, tejidos, etc. En este grupo se puede ubicar elementos de la emigración española que entre 1899 y 1907 fue intensa en esta región vinculándose a este tipo de actividades comerciales, sobre todo los peninsulares, los cuales a partir de la segunda década del siglo seden terreno ante la hegemonía de las compañías o agrupaciones nacionales y norteamericanas, por eso estos en su mayoría luego de acumular cierto monto de capitales regresan a España, incluso llama la atención que excepcionalmente estos comerciantes españoles procrearon familia aquí. Este no fue el caso de los emigrantes de origen canario, los isleños se vincularon a tareas agrícolas y generalmente no lograron hacer fortuna rápidamente, además a diferencia de los peninsulares la gran mayoría procreó familia aquí y no regresó a su país de origen, al parecer ocurre una adaptación social y cultural, incluso siguieron emigrando al país en grandes oleadas hasta los primeros años de la década de 1920,estableciéndose en zonas rurales como Viana, Caunao y Cifuentes para asegurar su actividad agrícola.
Estos dos estratos anteriormente referidos(las compañías exportadoras de azúcar y sus derivados y las especializadas en la importación y distribución de productos especializados), integraban en su conjunto lo que pudiera llamarse la gran burguesía comercial existente en Cuba y representada en Sagua durante los primeros 20 años del siglo XIX. Entre sus componentes aquí se dieron frecuentemente incidencias en el sector productivo como son los casos de la industria azucarera y la destilería.
La agricultura durante la primera ocupación militar y primeros años de la república continuó en un estado de caos, el agro sagüero carecía de tradiciones productivas no azucareras, esto unido a que el estado técnico era rudimentario y al proceso de salinización de los suelos que se manifestaron desde la colonia, la ausencia de atención a la tierra y al papel absolutizante de la agricultura cañera con su método extensivo hizo que la agricultura del territorio perdiera perspectiva y que en otros productos que antaño habían alcanzado cierto auge como el tabaco, maíz y arroz dejaran particularmente de cosecharse: a esta situación se sumó el déficit de fuerza de trabajo que motivó la contratación de jornaleros de otras zonas de la provincia. La ganadería también estaba diezmada y utilizaba al igual que la agricultura métodos extensivos con abandono técnico y con un ganado de poco valor económico, por lo que esta actividad también fue en detrimento a partir de este período. Incluso el Centro Agrícola de Sagua a través de la prensa regional solicitó reiteradamente la contratación de fuerza de trabajo para las fincas del municipio ofreciendo un salario de 20 pesos de plata y propuso además la creación de centros de este tipo en todas las cabeceras de partidos con el objetivo de reactivar la agricultura que particularmente en Sagua contaba con casi 6 000 caballerías para su fomento.
Otro argumento que evidencia el carácter monoproductor de la economía de esta localidad es que al iniciarse el año 1900 la ocupación laboral en tareas productivas relacionadas con la industria azucarera(agricultura, industria y comercio)representaba el 66% de la población activa, dedicándose el resto a otras ocupaciones como son: los servicios profesionales domésticos y personal, el comercio minorista, la agricultura no cañera, la ganadería y la pesca entre otras actividades.
Del análisis de la base económica sagüera derívase la estructura clasista de la sociedad de este territorio la cual se caracterizó en lo fundamental durante toda la república por el estado inmutable de la tenencia de la propiedad capitalista en manos de las clases y sectores económicamente dominantes por una parte, y los sectores desposeídos y explotados por otra, grupos que se perfilaron al inicio del siglo y se polarizaron en el transcurso de la sociedad capitalista dependiente durante la neocolonia. En esencia sobresale una reducida casta de propietarios de centrales, tierras, bancos, compañías comercializadoras, la empresa ferroviaria y de fábricas como la destilería otras como la fundición y la electroquímica que sus dueños se incorporaron a este polo a partir de las décadas del veinte y el treinta y que personificaron el capital financiero, productivo y comercial de esta región y por consiguiente la clase dominante en la sociedad sagüera, representante de la burguesía nativa vinculada a la industria azucarera, los medianos propietarios se dibujaban en la sociedad de Sagua en los dueños de negocios vinculados al comercio interior regional, a la producción agrícola azucarera y a la ganadería, estos sin perspectivas de competencia con los grandes propietarios, y la pequeña burguesía muy fluctuante e insegura económicamente donde se localizaban los pequeños propietarios de tierras, negocios, comercio minorista, los profesionales y la mayoría de los intelectuales y funcionarios estatales, los medianos y pequeños propietarios eran mayoritarios numéricamente dentro de las clases dominantes. En el otro polo se ubicaban las masas populares, el gran ejército de obreros industriales y agrícolas predominantes, los campesinos, empleados de comercio y servicios, trabajadores de oficio y por cuenta propia, estibadores, pescadores, además de los desempleados y la mayoría de los estudiantes que igualmente dependían de los propietarios dominantes en la economía. En general se vislumbraban dos clases sociales fundamentales en el territorio de Sagua la Grande: l burguesía nativa vinculada a la industria azucarera y al comercio y el proletariado industrial y agrícola hacedor de la riqueza que sostenía la base económica de este municipio en el siglo XX.
Al integrarse la Asamblea Constituyente en 1901 para redactar la carta magna de la República fue elegido delegado por esta provincia el General de Brigada José Luis Robau López junto a otros villaclareños, al ocurrir la imposición de la Enmienda Platt este sagüero se opuso enérgicamente a la vil maniobra que maniataba política y económicamente a la nación, Robau al explicar su voto negativo a este documento expresó: “Mis compañeros de Las Villas me han mandado aquí pensando que yo sería un sabio legislador, no me dieron sus poderes creyendo que podría dictar preceptos atinados para nuestra constitución, me escogieron porque sabían que yo había defendido la independencia de la Patria (...) eligieron al general de la Revolución (...) que amaba sus principios, y partiendo de ese hecho yo no puedo aceptar nada que atente contra la independencia y la soberanía de Cuba, por eso he votado ¡NO!."
Según la opinión del patriota Juan Gualberto Gómez, la intervención del sagüero fue tan importante que si este hubiera pronunciado su opinión antes de la votación, quizás muchos constituyentes, sobre todo los combatientes libertadores, hubiera votado en contra de este apéndice neocolonial aunque se disolviera la Asamblea.
La reacción popular en Sagua contra la imposición de la Enmienda Platt fue general, todos los sectores del pueblo se opusieron; en el periódico “La Patria”, diario político independiente de esta ciudad, aparecieron varios editoriales de protesta y denuncia con marcado carácter patriótico; en el número correspondiente al 6 de marzo de 1901 se leía entre otras consideraciones: "Las pretensiones de Estados Unidos son inaceptables y sea cual fuere su actitud de quererlas implantar en Cuba, nuestra protesta será universal (...) digna de un pueblo que tiene dadas pruebas de ser fiel guardador de su prestigio y su decoro”...
También exhortaba y advertía la disposición del pueblo sagüero a luchar hasta alcanzar la verdadera independencia... "Lucharemos en la tribuna, en la prensa, en la plaza pública (...) y si desgraciadamente los hombres del capitolio desoyen nuestra voz (...) el mundo entero sabrá apreciar hasta donde hemos defendido nuestra libertad e independencia. El cubano siempre es digno, envilecido jamás”. Concluía el editorial.
También a través de este órgano de prensa se convocó al pueblo para una gran manifestación que se efectuaría el 7 de marzo en respuesta a la maniobra de Estados Unidos de mutilar nuestra constitución; entre otras razones se aludía a que este hecho constituía una violación de los derechos imprescriptibles e inalienables de la nación cubana por lo que él era eco de protesta unánime del pueblo sagüero ante el mundo; el documento fue firmado por influyentes personajes de la vida política y socioeconómica de la localidad, entre ellos el alcalde municipal Manuel Alberdi Gorzari, veteranos de la guerra de independencia y profesionales muy reconocidos.
El consejo local de veteranos de la independencia convocó asimismo a los gremios, sociedades y todas las clases del pueblo a participar en la manifestación que se efectuaría el día señalado a las 7 de la noche en el parque ”La Libertad”; la convocatoria concluía (...) “se reunirá el pueblo en masas para celebrar una manifestación unida todos los elementos al grito de: ¡Patria y Libertad!” ... lo firmaba el presidente del consejo, el señor José Semidey.
La manifestación fue u clamor popular unánime que unió a los diversos sectores de la sociedad sagüera; tuvo un sentido patriótico, independentista y antimperialista, el acto se desarrolló al compás del himno nacional y la bandera cubana y participaron más de 4 mil personas que coreaban vivas a Cuba y a los convencionales; en una tribuna creada frente a la Casa de la Villa donde radicaba el alcalde hicieron uso de la palabra el propio señor Alberdi, otros funcionarios del gobierno local, veteranos de la independencia y personalidades influyentes de la ciudad, manifestándose todos contra la Enmienda Platt y a favor de los constituyentes.
Ese misma noche el alcalde envió un telegrama al gobernador militar norteamericano Leonard Wood que expresaba textualmente:
“Pueblo de Sagua la Grande, en imponente manifestación me ruega trasmita por su conducto al presidente Mc Kinley el siguiente telegrama: Enmienda aprobada por Cámaras Americanas contradice generosa resolución conjunta (sic) y desdice tradición de los Estados Unidos mirados con cariño por el pueblo cubano que confió en sus solemnes promesas. Este pueblo protesta enérgicamente de relaciones que se quieran imponer a Cuba y pide justicia al pueblo americano”.
Manuel Alberdi --Alcalde--
Resalta en el entorno político de Sagua la Grande un sentimiento nacionalista patriótico e independentista en la conciencia social, prestigiados por los veteranos de las guerras de independencia que tenían todo el apoyo de las masas populares y de personalidades honestas y progresistas de la ciudad, como respuesta a la crítica situación económica existente y a las contradicciones sociopolíticas provocadas por la ocupación imperialista en Cuba y sus maniobras atentatorias a nuestra independencia.
Tomado de: Monografía histórica Municipio de Sagua la Grande, Villa Clara. (Varios autores)
Estos dos estratos anteriormente referidos(las compañías exportadoras de azúcar y sus derivados y las especializadas en la importación y distribución de productos especializados), integraban en su conjunto lo que pudiera llamarse la gran burguesía comercial existente en Cuba y representada en Sagua durante los primeros 20 años del siglo XIX. Entre sus componentes aquí se dieron frecuentemente incidencias en el sector productivo como son los casos de la industria azucarera y la destilería.
La agricultura durante la primera ocupación militar y primeros años de la república continuó en un estado de caos, el agro sagüero carecía de tradiciones productivas no azucareras, esto unido a que el estado técnico era rudimentario y al proceso de salinización de los suelos que se manifestaron desde la colonia, la ausencia de atención a la tierra y al papel absolutizante de la agricultura cañera con su método extensivo hizo que la agricultura del territorio perdiera perspectiva y que en otros productos que antaño habían alcanzado cierto auge como el tabaco, maíz y arroz dejaran particularmente de cosecharse: a esta situación se sumó el déficit de fuerza de trabajo que motivó la contratación de jornaleros de otras zonas de la provincia. La ganadería también estaba diezmada y utilizaba al igual que la agricultura métodos extensivos con abandono técnico y con un ganado de poco valor económico, por lo que esta actividad también fue en detrimento a partir de este período. Incluso el Centro Agrícola de Sagua a través de la prensa regional solicitó reiteradamente la contratación de fuerza de trabajo para las fincas del municipio ofreciendo un salario de 20 pesos de plata y propuso además la creación de centros de este tipo en todas las cabeceras de partidos con el objetivo de reactivar la agricultura que particularmente en Sagua contaba con casi 6 000 caballerías para su fomento.
Otro argumento que evidencia el carácter monoproductor de la economía de esta localidad es que al iniciarse el año 1900 la ocupación laboral en tareas productivas relacionadas con la industria azucarera(agricultura, industria y comercio)representaba el 66% de la población activa, dedicándose el resto a otras ocupaciones como son: los servicios profesionales domésticos y personal, el comercio minorista, la agricultura no cañera, la ganadería y la pesca entre otras actividades.
Del análisis de la base económica sagüera derívase la estructura clasista de la sociedad de este territorio la cual se caracterizó en lo fundamental durante toda la república por el estado inmutable de la tenencia de la propiedad capitalista en manos de las clases y sectores económicamente dominantes por una parte, y los sectores desposeídos y explotados por otra, grupos que se perfilaron al inicio del siglo y se polarizaron en el transcurso de la sociedad capitalista dependiente durante la neocolonia. En esencia sobresale una reducida casta de propietarios de centrales, tierras, bancos, compañías comercializadoras, la empresa ferroviaria y de fábricas como la destilería otras como la fundición y la electroquímica que sus dueños se incorporaron a este polo a partir de las décadas del veinte y el treinta y que personificaron el capital financiero, productivo y comercial de esta región y por consiguiente la clase dominante en la sociedad sagüera, representante de la burguesía nativa vinculada a la industria azucarera, los medianos propietarios se dibujaban en la sociedad de Sagua en los dueños de negocios vinculados al comercio interior regional, a la producción agrícola azucarera y a la ganadería, estos sin perspectivas de competencia con los grandes propietarios, y la pequeña burguesía muy fluctuante e insegura económicamente donde se localizaban los pequeños propietarios de tierras, negocios, comercio minorista, los profesionales y la mayoría de los intelectuales y funcionarios estatales, los medianos y pequeños propietarios eran mayoritarios numéricamente dentro de las clases dominantes. En el otro polo se ubicaban las masas populares, el gran ejército de obreros industriales y agrícolas predominantes, los campesinos, empleados de comercio y servicios, trabajadores de oficio y por cuenta propia, estibadores, pescadores, además de los desempleados y la mayoría de los estudiantes que igualmente dependían de los propietarios dominantes en la economía. En general se vislumbraban dos clases sociales fundamentales en el territorio de Sagua la Grande: l burguesía nativa vinculada a la industria azucarera y al comercio y el proletariado industrial y agrícola hacedor de la riqueza que sostenía la base económica de este municipio en el siglo XX.
Al integrarse la Asamblea Constituyente en 1901 para redactar la carta magna de la República fue elegido delegado por esta provincia el General de Brigada José Luis Robau López junto a otros villaclareños, al ocurrir la imposición de la Enmienda Platt este sagüero se opuso enérgicamente a la vil maniobra que maniataba política y económicamente a la nación, Robau al explicar su voto negativo a este documento expresó: “Mis compañeros de Las Villas me han mandado aquí pensando que yo sería un sabio legislador, no me dieron sus poderes creyendo que podría dictar preceptos atinados para nuestra constitución, me escogieron porque sabían que yo había defendido la independencia de la Patria (...) eligieron al general de la Revolución (...) que amaba sus principios, y partiendo de ese hecho yo no puedo aceptar nada que atente contra la independencia y la soberanía de Cuba, por eso he votado ¡NO!."
Según la opinión del patriota Juan Gualberto Gómez, la intervención del sagüero fue tan importante que si este hubiera pronunciado su opinión antes de la votación, quizás muchos constituyentes, sobre todo los combatientes libertadores, hubiera votado en contra de este apéndice neocolonial aunque se disolviera la Asamblea.
La reacción popular en Sagua contra la imposición de la Enmienda Platt fue general, todos los sectores del pueblo se opusieron; en el periódico “La Patria”, diario político independiente de esta ciudad, aparecieron varios editoriales de protesta y denuncia con marcado carácter patriótico; en el número correspondiente al 6 de marzo de 1901 se leía entre otras consideraciones: "Las pretensiones de Estados Unidos son inaceptables y sea cual fuere su actitud de quererlas implantar en Cuba, nuestra protesta será universal (...) digna de un pueblo que tiene dadas pruebas de ser fiel guardador de su prestigio y su decoro”...
También exhortaba y advertía la disposición del pueblo sagüero a luchar hasta alcanzar la verdadera independencia... "Lucharemos en la tribuna, en la prensa, en la plaza pública (...) y si desgraciadamente los hombres del capitolio desoyen nuestra voz (...) el mundo entero sabrá apreciar hasta donde hemos defendido nuestra libertad e independencia. El cubano siempre es digno, envilecido jamás”. Concluía el editorial.
También a través de este órgano de prensa se convocó al pueblo para una gran manifestación que se efectuaría el 7 de marzo en respuesta a la maniobra de Estados Unidos de mutilar nuestra constitución; entre otras razones se aludía a que este hecho constituía una violación de los derechos imprescriptibles e inalienables de la nación cubana por lo que él era eco de protesta unánime del pueblo sagüero ante el mundo; el documento fue firmado por influyentes personajes de la vida política y socioeconómica de la localidad, entre ellos el alcalde municipal Manuel Alberdi Gorzari, veteranos de la guerra de independencia y profesionales muy reconocidos.
El consejo local de veteranos de la independencia convocó asimismo a los gremios, sociedades y todas las clases del pueblo a participar en la manifestación que se efectuaría el día señalado a las 7 de la noche en el parque ”La Libertad”; la convocatoria concluía (...) “se reunirá el pueblo en masas para celebrar una manifestación unida todos los elementos al grito de: ¡Patria y Libertad!” ... lo firmaba el presidente del consejo, el señor José Semidey.
La manifestación fue u clamor popular unánime que unió a los diversos sectores de la sociedad sagüera; tuvo un sentido patriótico, independentista y antimperialista, el acto se desarrolló al compás del himno nacional y la bandera cubana y participaron más de 4 mil personas que coreaban vivas a Cuba y a los convencionales; en una tribuna creada frente a la Casa de la Villa donde radicaba el alcalde hicieron uso de la palabra el propio señor Alberdi, otros funcionarios del gobierno local, veteranos de la independencia y personalidades influyentes de la ciudad, manifestándose todos contra la Enmienda Platt y a favor de los constituyentes.
Ese misma noche el alcalde envió un telegrama al gobernador militar norteamericano Leonard Wood que expresaba textualmente:
“Pueblo de Sagua la Grande, en imponente manifestación me ruega trasmita por su conducto al presidente Mc Kinley el siguiente telegrama: Enmienda aprobada por Cámaras Americanas contradice generosa resolución conjunta (sic) y desdice tradición de los Estados Unidos mirados con cariño por el pueblo cubano que confió en sus solemnes promesas. Este pueblo protesta enérgicamente de relaciones que se quieran imponer a Cuba y pide justicia al pueblo americano”.
Manuel Alberdi --Alcalde--
Resalta en el entorno político de Sagua la Grande un sentimiento nacionalista patriótico e independentista en la conciencia social, prestigiados por los veteranos de las guerras de independencia que tenían todo el apoyo de las masas populares y de personalidades honestas y progresistas de la ciudad, como respuesta a la crítica situación económica existente y a las contradicciones sociopolíticas provocadas por la ocupación imperialista en Cuba y sus maniobras atentatorias a nuestra independencia.
Tomado de: Monografía histórica Municipio de Sagua la Grande, Villa Clara. (Varios autores)
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