miércoles, 10 de septiembre de 2008

Leyendas de Sagua la Grande (Tesoro de los Mogotes)

“LEYENDA DE LOS TESOROS DEL MOGOTE”
Por: Yoel Rivero Marín.

Cuenta la historia que allá por el siglo XVI los mares de las Antillas estaban llenos de corsarios y piratas que llevaban a cabo innumerables correrías causando muchas víctimas (...) los piratas que poseían una formidable astucia, se apoderaban de preciados botines, los cuales nos cuenta la leyenda, ocultaban en refugios seguros en la línea de la costa de las islas que ellos recorrían con frecuencia. Cuba fue una de las más visitadas por esos intrépidos aventureros y esto da lugar a que la leyenda envuelta en su malla misteriosa “La Loma del Mogote” que se levanta al oeste de la ciudad de Sagua la Grande, es un lugar según cuentan, que fue varias veces frecuentado por piratas que guardaban sus tesoros en las excavaciones naturales que presenta y ésta tesis es confirmada también por un corte vertical, visto desde el mar, que hace esta forma en su septentrional que según la leyenda fue cortada a pico por los piratas para depositar allí el botín y enterrar a las víctimas que casi siempre ocasionaban cuando ellos atacaban un lugar (...).

Cierta vez los piratas llegaron a las lomas de Mogote a depositar uno de sus tantos robos, el bergantín en el cual viajaban estaba cargado de oro producto quizás de un saqueo, y el capitán dio orden de esconder el tesoro y cuando estuvo bien oculto todos volvieron a la embarcación menos el segundo, lo que hizo suponer que se había extraviado, pero el capitán que era hombre listo acostumbrado tal ves a las traiciones de sus compañeros, enseguida supuso que el mismo se había ausentado con el fin de apoderarse del tesoro y por éste motivo dio orden a diez de sus hombres bien armados de fusilarlo en cualquier lugar en que se encontrara, pero, pronto ¡Oh sorpresa! Se vieron rodeados por una banda de bandoleros y comenzó la batalla entre ambos grupos.
La suerte no favoreció esta vez a los piratas los cuales fueron vencidos en la sangrienta batalla y se dispusieron a huir. En la retirada pudieron observar que el segundo era el capitán de los bandoleros. Muchos afirmaron que así fue, pues éste se había separado de sus compañeros con el fin de apoderarse del botín que consistía en onzas, medias onzas y doblones, otros opinan que se extravió encontrándose con los bandoleros a los cuales para salvar su vida dijo que lo acompañaran y se repartían el tesoro equitativamente pero lo que resultó fue que el segundo siguió por mucho tiempo en la banda y como era astuto se apoderó del tesoro separándose de los bandoleros, separándose de los bandoleros, comprando un bergantín para volver de nuevo a la piratería (...)

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