Sagua la Grande vio crecer a una niña que entre juegos y maromas dio sus primeros pasos en la actuación en esta ciudad. La prestigiosa actriz cubana Eslinda Núñez vivió su infancia en la Villa del Undoso y aún después de tantos años llega al municipio y la nostalgia atrapa su pensamiento, esa Villa sigue siendo bella ante sus ojos aún cuando el tiempo la haya despojado de sus mejores galas. El recuerdo de la gente, de las calles anchas y limpias de Sagua, el recuerdo del parque donde jugaba, el recuerdo de las flores en los jardines de la Terminal de trenes, resultan imborrables para esta mujer que con absoluta sencillez visita y saluda a sus amigos de la infancia, a aquellos que estudiaron con ella en el antiguo colegio "Dolores Cruz". Protegido del paso del tiempo aún se conserva un álbum de fotos de aquellos estudiantes que transitaron por el colegio y en varias de sus páginas está la figura menudita y sencilla de esa magistral actriz de Lucía. Una bella mujer, que al decir de su esposo, el cineasta Manuel Herrera, es una sagüera en cuerpo y alma, ella le ha permitido, mucho antes de llegar a la ciudad, conocerla hasta en el más mínimo detalle.
Aún cuando no nació en esta tierra, y creció lejos de ella, Eslinda Núñez siente un apego incondicional hacia la Villa de la Purísima Concepción de Sagua la Grande. Recuerda con un cariño especial su primera fiesta de disfraces en el Casino Español de la ciudad, una construcción que aún en franco deterioro impresiona por su majestuosidad.
Muchos han contado la vida de esta actriz cubana, pero su infancia nunca ha sido contada, esa parte de su vida que le permitió ser lo que es hoy. No olvida que tuvo el privilegio de vivir en Sagua la heroica Huelga del 9 de abril, de estar presente aquel 5 de septiembre en Cienfuegos y de ser testigo de la Batalla de Santa Clara, protagonizada por el Che.
Eslinda y Sagua tienen una relación muy particular que tiene que ser contada porque para ella es un orgullo.
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