jueves, 13 de noviembre de 2008

¿Intelectuales sagüeros hoy? ¿Seremos capaces de trascender?

Por :Yoel Rivero Marín.
Sastre- Los intelectuales son profesionales de la opinión (y actúan como creadores de opinión), de la crítica (y son críticos sociales) y de la exploración de la realidad por medio de la inteligencia y de la experiencia organizada para eso (y son filósofos y científicos).
La Sombra- ¿Y los artistas? Quiero decir: Los escritores de ficciones, los dramaturgos, los músicos, los pintores, etcétera.
Sastre- Ellos son -somos- profesionales de la sensibilidad. Así de sencillo. Pero también capaces de comprometer su obra –nuestra obra- en una lucha política, revolucionaria.
La Sombra- Expresión en desuso: Los escritores engagés del siglo pasado.
Sastre- Es igual la palabra ¿Valdría "Implicados"? Pon la que quieras y vincula tu obra a un proyecto utópico. Eso es todo.
La Sombra- Estoy pensando en lo que has dicho. La inteligencia de los intelectuales, la sensibilidad de los artistas. ¡Pero los intelectuales también son sensibles y los artistas también son inteligentes!
Alfonso Sastre
"La batalla de los intelectuales"

Artista de la plástica Reinaldo Gil, miembro de la AHS en Sagua

La propia cultura es mayor que Homero o el legendario Orfeo, es mayor que Zeus o Ra. La historia de la cultura es la historia del espíritu humano que se manifiesta en las diversas formas de la creación. ¿Qué estamos creando ahora, aquí, los jóvenes intelectuales y artistas cubanos y sagüeros en particular?
El problema consiste en aclarar ¿Qué clase de cultura predomina hoy en el mundo? ¿Qué ocurre con ella?... ¿Cómo es el hombre que la hace?... ¿Cómo nos insertamos en ella?... ¿Cuál es la responsabilidad que somos capaces de asumir?
Podemos decir que la cultura es la medida de lo humano en el hombre, de su formación como un ser universalmente activo y universalmente social. Aún cuando los hacedores de la cultura seamos jóvenes y vivamos alejados de las grandes urbes donde se enrumban los caminos del arte y el pensamiento, podemos ser capaces de influir, podemos convertir el pincel, la pluma y la ligera vibración de una cuerda de guitarra en la piedra que genera las hondas en un silencioso mar de intolerancia, de derechas y de izquierdas, de guerras sucias y limpias, de terror y ocio. Podemos hacer la diferencia desde cualquier rincón, lo importante es saber qué queremos hacer.
Sagua la Grande cuenta con más de 20 jóvenes integrados a la Asociación Hermanos Saíz en las manifestaciones de artes escénicas, artes plásticas, literatura, música y arte de los medios audiovisuales. Todos acumulan un currículum excepcional y han sido capaces de incluirse dentro de la vanguardia artística de Cuba. A todos los une un pensamiento común: la inquietud permanente y la utopía renovada.


El buen intelectual es – y si no lo es debería serlo – un ser políticamente correcto.
El buen intelectual está contra toda violencia, venga de donde venga.
El buen intelectual es tolerante.
El buen intelectual es un ciudadano del mundo.
El buen intelectual es pacifista.
El buen intelectual es demócrata.
El buen intelectual prefiere – en caso de haber de elegir – la injusticia al desorden.

Alfonso Sastre.

Los jóvenes sagüeros han legitimado espacios donde el talento creador puede marcar pautas. Somos algo así como un pequeño laboratorio donde pueden surgir nuevas fórmulas para rejuvenecer el pensamiento y la cultura de un pueblo que ha tenido varios momentos de esplendor en su historia y hoy se ve sumido en un desconcierto intelectual que tiene pies y cabeza, pero necesita un cuerpo más sólido, más cuerpo del que ahora exhibe endeble y lastimoso.
Si la historia tiene muchas variantes y no está predeterminada ni en sus orígenes, ni en su desarrollo, ni en la posible culminación, entonces está justificado el concepto de un trato solícito a las diversas manifestaciones culturales, pues son el sustento de esa batalla intelectual de la cual hablamos.
En Sagua la Grande coexisten varias generaciones y cada una de ellas imprime a la cultura local un matiz particular. ¿Seremos capaces de trascender?... No creo que esa sea la pregunta apropiada y mucho menos la preocupación de los jóvenes que heredamos la responsabilidad intelectual y artística de una ciudad sostenida sólo por la columna de lo que hicieron otros ayer, pero con un delgado puntal levantado por los que hacemos hoy. La cultura de la Villa del Undoso necesita a los jóvenes de hoy, en primer lugar, para hacer crecer a su pueblo cultural e intelectualmente, también para sentir. No es así de sencillo, pero es así. Estamos comprometidos, nuestra obra está comprometida y si somos capaces de ocupar el lugar que esta tierra nos otorga, el eco, sólo el eco de ese triunfo nos hará trascender más allá de nuestras fronteras sin ir en busca de campanas resonantes que nos guíen.

Para vagar un río.
-A Sagua, a todo lugar donde habiten
el tedio y el amor-.
I
Veo al cristo loar la ciudad,
con su pétreo ademán
santifica las aguas
que sabiamente corren a su diestra.
Bendice a quien soñó alguna vez
sumergir la nostalgia
en la humedad de mi villa,
asaltada por las gárgolas
en duermevela.
No es este un canto citadino
para salvar la magia de una "Jungla"
que en profundo abrazo pregona:
"Alerta,
hay hijos vagando el río
hasta el mar… y más."
 
II
Despierta mi ciudad
es el sueño ruinoso desdén de la mañana,
la lluvia moja sus ansias
el llanto es eterno,
sus fachadas no tienen cómo deshacer
el olvido
están cautivas entre gente sin memoria.
Te miro
corren las aguas
para besar este terrible anhelo
de escapar,
propósito exacto
para vagar un río
hasta el mar, y más.
 
 
En vano luchas contra el tiempo
la desgana.
No hay cómo extirpar de tu seno
a los que inventan castillos
para vender luego,
al precio de tu muerte.
Es este el motivo exacto
para vagar un río
hasta el mar, y más…
Que siga entonces el Cristo loando la ciudad
con la esperanza de que su ademán
haga despertar a quienes,
como gárgolas,
duermen el sueño sumergido de la huída.

Aylín Cruz (2008)

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