Especialista: Raúl Villavicencio Finalé
A partir de una concentración importante de viviendas que se había creado en 1817 entre las que hoy son las calles de Maceo, Ribera, Colón y Clara Barton. ocurrió primero una tendencia de crecimiento hacia la ribera opuesta del río lugar este donde se formó después el Barrio de San Juan. Este contacto entre ambas márgenes se realizaba aprovechando la aguada o bajo que el río tiene al final de la calle Clara Barton pero se hizo necesario crear más facilidades para el tránsito entre los dos puntos geográficos. El pequeño “Puente de Isla Verde” superó la incomodidad que representaba el estero existente en el lugar, pero fue en realidad el “Andarivel”, gran balsa flotante de madera que recorría varias veces al día el trayecto entre ambas márgenes, el que solucionó más cómodamente el problema. El mismo funcionó en el mismo trayecto que hoy ocupa el Puente del Triunfo.
Al permitírsele a Sagua en 1844 exportar mercancías por su puerto en Isabela, este lugar atrajo el interés económico de los sagüeros, ocurriendo entonces un alargamiento urbano hacia el norte siguiendo la calla Real de Colón, que era entonces la ruta hacia el puerto. Fue necesario entonces superar el obstáculo que representaba el Estero de Contreras, para lo cual se construyó primero un puente de madera en 1847 y en 1852 uno de ladrillos de tres arcos bautizado como Príncipe Alfonso, que aun perdura con el nombre de puente del estero, aunque también se le conoció como puente de la concordia.
El contacto con Santa Clara, que siempre fue muy importante para Sagua desde todos los puntos de vista, primero se hacia a través del Puente de Isla Verde y el vado del río, pero en 1860 se construyó otro puente de ladrillo y tres arcos, similar al de la salida para Isabela en la parte opuesta de la calle Real de Colón, es decir al Sur, entre las actuales calles de Carrillo y Gonzalo de Quezada. Fue bautizado con el nombre de Isabel II, reina de España y madre del Príncipe Alfonso. Esta nueva ruta a Santa Clara atrajo el crecimiento urbano en ese sentido y se hizo a partir del aprovechamiento de otro bajo encontrado en el río a la altura de la calle de Céspedes, entonces llamada Intendente Ramírez.
La salida hacia Quemado de Güines también atrajo el crecimiento del poblado en ese sentido y por último la construcción de un puente de hierro en el siglo XX sobre el río Sagua en las cercanías de Sitiecito estimuló también el sentido de crecimiento hacia el Sur.
El resto de la expansión de la ciudad la definió el surgimiento de los barrios marginales.
A partir de una concentración importante de viviendas que se había creado en 1817 entre las que hoy son las calles de Maceo, Ribera, Colón y Clara Barton. ocurrió primero una tendencia de crecimiento hacia la ribera opuesta del río lugar este donde se formó después el Barrio de San Juan. Este contacto entre ambas márgenes se realizaba aprovechando la aguada o bajo que el río tiene al final de la calle Clara Barton pero se hizo necesario crear más facilidades para el tránsito entre los dos puntos geográficos. El pequeño “Puente de Isla Verde” superó la incomodidad que representaba el estero existente en el lugar, pero fue en realidad el “Andarivel”, gran balsa flotante de madera que recorría varias veces al día el trayecto entre ambas márgenes, el que solucionó más cómodamente el problema. El mismo funcionó en el mismo trayecto que hoy ocupa el Puente del Triunfo.
Al permitírsele a Sagua en 1844 exportar mercancías por su puerto en Isabela, este lugar atrajo el interés económico de los sagüeros, ocurriendo entonces un alargamiento urbano hacia el norte siguiendo la calla Real de Colón, que era entonces la ruta hacia el puerto. Fue necesario entonces superar el obstáculo que representaba el Estero de Contreras, para lo cual se construyó primero un puente de madera en 1847 y en 1852 uno de ladrillos de tres arcos bautizado como Príncipe Alfonso, que aun perdura con el nombre de puente del estero, aunque también se le conoció como puente de la concordia.
El contacto con Santa Clara, que siempre fue muy importante para Sagua desde todos los puntos de vista, primero se hacia a través del Puente de Isla Verde y el vado del río, pero en 1860 se construyó otro puente de ladrillo y tres arcos, similar al de la salida para Isabela en la parte opuesta de la calle Real de Colón, es decir al Sur, entre las actuales calles de Carrillo y Gonzalo de Quezada. Fue bautizado con el nombre de Isabel II, reina de España y madre del Príncipe Alfonso. Esta nueva ruta a Santa Clara atrajo el crecimiento urbano en ese sentido y se hizo a partir del aprovechamiento de otro bajo encontrado en el río a la altura de la calle de Céspedes, entonces llamada Intendente Ramírez.
La salida hacia Quemado de Güines también atrajo el crecimiento del poblado en ese sentido y por último la construcción de un puente de hierro en el siglo XX sobre el río Sagua en las cercanías de Sitiecito estimuló también el sentido de crecimiento hacia el Sur.
El resto de la expansión de la ciudad la definió el surgimiento de los barrios marginales.
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