Leer, escuchar y hasta debatir el problema de la crisis global que vivimos hoy y ver una y otra vez la imagen de bancos y bancos que se desploman financieramente creó en mi la curiosidad por uno de los bancos más identitarios de la ciudad, un banco que ha guardado el patriminio de los sagüeros de ayer y de hoy.
En julio de 1910 la sociedad anónima denominada Banco Nacional de Cuba compró el solar ubicado en la esquina de Martí y Carmen Ribalta destinado a la construcción de un edificio de hormigón armado de un nivel destinado a oficinas del banco. La variante neoclásica del eclecticismo caracteriza el estilo arquitectónico del inmueble. Su fachada principal consta de un portal de ocho columnas corintias que sostienen un frontón clásico. Todas sus ventanas son adinteladas y poseen trabajos de herrería protectora y cristalería. Posteriormente El Banco Nacional de Cuba subastó sus sucursales radicadas en siete importantes ciudades del país entre las que se encontraba la de Sagua la Grande, esta fue comprada por la compañía The National City Bank of New York el 13 de marzo de 1924. Actualmente es sede del Banco Popular de Ahorro y tengo la oportunidad día tras día de verlo imponente ante el tiempo y testigo de las riquezas de esta villa. Longevo pero con la frescura original porque los hombres hemos cuidado de él.
Aún son muchas las edificaciones de mi ciudad que he de descubrir y aquel que siga mis pasos tendrá la oportunidad de hacerlo conmigo.
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